Anales de la RANM

58 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 HISTORIA EVOLUTIVA DE LA ANTICONCEPCIÓN José Antonio Clavero Núñez Año 2018 · número 135 (01) · páginas 56 a 59 da. Pero como tenía miedo de que el único hijo que le quedaba, también muriera si se casaba con ella, no cumplía su palabra, y Tamar se impacientaba cada vez más. Aprovechando que Judá tenía que encaminar- se lejos de su casa para el esquileo, Tamar se adelan- tó y vistiéndose de prostituta, con un velo en la cara para que no la reconocieran, tuvo relaciones con Judá. Quedo embarazada de gemelos y llagado el parto, Ca- rej saco una mano, que anudó la matrona diciendo que había sido el primero en nacer, pero la volvió a meter y salió Farés. Por este motivo existía el bulo, aun no erradi- cado, de que el segundo gemelo es el primogénito . Es también de interés para los obstetras, ver que se aportan datos para admitir que la predisposición fami- liar del embarazo múltiple, también puede heredarse por vía paterna . Así vemos que Jacob, el padre de Judá, era gemelo de Esaú, al que compró la primogenitura por un plato de lentejas, y Judá también tuvo mellizos con Tamara. Asimismo se deduce otro hecho, que es la capacidad que tienen los espermatozoides para la selección del sexo de la descendencia. En efecto, vemos que Jacob tuvo doce hijos varones con cuatro mujeres distintas, y solo una mujer, Dináh. Su hijo Judá, tuvo tres hijos varones con Sué, y otros dos varones con Tamar, no citándose a ninguna mujer. En total diecisiete hombres y una mujer en esa dinastía. Siguiendo la historia, y caída la preponderancia egip- cia, pasamos a Grecia, donde Hipócrates en su trata- do “Enfermedades de la mujer”· escrito en el año 460 a.c., expone que aquella es fértil después de la mens- truación, y no antes, lo que puede ser utilizado para el control del embarazo. Aristóteles (años 384-322 a.c.) en su tratado “Historia de los Animales” dice que los pue- blos que no controlan su población, estaban destinados a la pobreza, adelantándose así en 1.000 años a las ideas de Malthus. Expone remedios para evitar la gestación, como el que hay que impedir que el esperma penetre en el cuello uterino, y para ello se deben endurecer las paredes del útero (evidentemente debe referirse a la va- gina) con aceite de cedro, de oliva o de incienso. Jun- to a estos primitivos métodos espermicidas, siempre se habían utilizado los ineficaces amuletos, especialmente entre las clases más humildes. En Roma ya existía una ley, la Cornelia, promulgada por el dictador Lucio Cornelio Sila en el año 81 a.c., en la que se prohibía el aborto. Acaso esto tenga rela- ción con el hecho de que la natalidad de los ciudadanos romanos iba disminuyendo paulatinamente, hasta que poco después, Cesar Augusto (63 a.c. al 14 d.c.) tuvo que dictar leyes que favorecían el matrimonio y la ma- ternidad, pero manteniendo la contracepción. En esta época nació en Belén de Judá Jesús de Naza- ret, el creador de la religión cristiana, la cual ha segui- do influyendo profundamente en la moral de sus fie- les a lo largo de la historia. Curiosamente durante los primeros siglos del cristianismo, no existen menciones concretas en contra la anticoncepción, lo que si aparece en los textos judíos. Filón de Alejandría (año 15 a.c. al 50 d.c.) contemporáneo de Pablo de Tarso, condenó la homosexualidad y los contraceptivos, porque según él, el fin del matrimonio eran los hijos. Pero no to- dos pensaban igual. Sorano de feso (76-138) médico griego que ejerció en Alejandría, y que es considerado el padre de la Ginecología, recomienda en su tratado usar como contraceptivo aceite rancio de oliva, miel y bálsamo introducido en la vagina en una bola de lana hasta llegar al cuello uterino. Ya hemos descrito remedios similares a este. Es posible que algunas iglesias cristianas adoptaran las normas de Filón, pero no existen citas específicas hasta San Juan Crisóstomo (354-407) que siendo pa- triarca de Alejandría fue el primero en oponerse a los contraceptivos . Es en el siglo IV cuando aparecen au- tores de la misma opinión. San Jerónimo de Estridón (340-420), el autor de la Biblia llamada Vulgata, es uno de ellos, y desde luego lo ha sido San Agustín de Hípona (354-430) que se convierte en el paradigma cristiano contra el uso de los anticonceptivos. l es el protagonista de su rechazo entre los católico hasta tiempos recientes (3). Es sabido que antes de su con- versión en el año 387, practicaba el maniqueísmo, por lo que rechazaba la procreación y aprobaba el placer sexual. Según cuenta en sus Confesiones (4, 23 ; 9, 6) su hijo Adeodato no fue deseado, sino fruto de un fra- caso de los primitivos contraceptivos. La doctrina de S. Agustín ha calado profundamente en los países cristianos, y el concepto de que la fina- lidad del matrimonio es la descendencia , fue oficial- mente aceptado por la Iglesia Católica, cuando en 1.917 se creó el Código del Derecho Canónico y que- dó reflejado en el Canon 1.012 . La reforma realiza- da en 1.983 cambió radicalmente el texto, y el Canon Eclesiástico 1.055 (4) dice que la alianza matrimonial es un consorcio de toda la vida, ordenado al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole. El primer fin es el amor, motivo por el que se unieron, del que provendrá la descendencia como una conse- cuencia del amor. Pero estas leyes morales han tenido tanta importancia entre los católicos como también entre los protestan- tes, que se crearon leyes civiles que llegaron a prohibir el uso oficial de la contracepción. En USA se ha lega- lizado la contracepción en 1.960, y en España el 10 de agosto de 1.978. Esta fecha es crucial para los ginecó- logos, porque el control de la natalidad dejó de ser un delito , y la posterior reforma del Canón Eclesiástico, también la permitía. A partir de entonces se abrieron al público las consultas de Planificación Familiar. Volviendo a la historia de la contracepción, hay que reconocer que salvo el coito interruptus, no encontra- mos métodos útiles hasta la introducción del preser- vativo, que no fue eficaz hasta que en 1.843 Goodyear ideó la vulcanización del caucho, con lo que aumentó su elasticidad y resistencia y con ello su aceptación. En aquellos años estaba muy en boga el Neomalthu- sianismo, impulsado por los preponderantes Socialis- tas, que proclamaban la planificación familiar, para evitar la tara económica que ejercía en las familias numerosas de los trabajadores. En USA surgió una fe- minista que, enfrentándose valientemente a la legis- lación vigente, enarboló la bandera de la contracep- ción. Fue la enfermera Margaret Sanger (1.879-1.960) que en 1.916 abrió una clínica para el control de la natalidad y en 1.921 fundó la American Birth Control

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