Anales de la RANM

87 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 LA INTEGRACIÓN SOCIAL DE LOS SORDOS, 15 AÑOS DESPUÉS DE SU IMPLANTACIÓN COCLEAR Pedro Clarós Año 2018 · número 135 (01) · páginas 84 a 89 Pacientes implantados entre 4-5 años (47 pacientes ): Solo 4 pacientes de este grupo o sea el 8,5% no utilizan su implante coclear. En el 23.4% son portadores de un im- plante coclear bilateral. En este grupo, el 68% de los pacien- tes asistieron a escuelas regulares y el 34% han aprendido un segundo idioma además del Castellano (catalán u otro). Pacientes implantados entre 6-7 años (26 pacientes ): Todos ellos son portadores de un implante coclear uni- lateral y el 61,5% lo utiliza de forma permanente. Nin- guno de ellos ha aprendido un segundo idioma euro- peo. Actualmente todos ellos realizan un trabajo labo- ral estable y cualificado a tiempo parcial. Pacientes implantados entre 8-17 años (61 pacientes ): En este grupo el 4.9% usan implante bilateral. El 77% de los pacientes son usuarios del implante a tiempo parcial, mien- tras que el 23% no lo usan. El 16,4% son miembros de fa- milias donde hay varios sordos profundos. Un 11% hablan un segundo idioma europeo. El 24,5% utiliza el teléfono con frecuencia. La mayoría tienen puestos de trabajo específicos, pero en este grupo hay ingenieros civiles, abogados, enfer- meras, informáticos, fisioterapeutas y un disk-jockey. La integración social de los sordos implantados de nuestro CIC ya se estudió a los diez años de su implantación, Clarós y cols (4). En 2007 los principales elementos estudiados en aquel primer estudio fueron la evaluación del lenguaje oral en unmedio ambiente sonoro, el nivel del habla, la autonomía de los pacientes con sus habilidades auditivas, la comunicación oral y el grado de satisfacción de sus padres y familiares. En este nuevo estudio, evaluamos a los 15 años de implan- tación centrándose en la calidad de vida , el tipo de escolari- zación, la actividad laboral alcanzada, el aprendizaje de una segunda lengua y las características de su entorno familiar. La sordera es un problema importante debido a sus im- plicaciones a nivel de las funciones de comunicación y los efectos que una mala adquisición del lenguaje puede pro- ducir a nivel educativo, emocional y social en el paciente (7). Durante la última década, varios estudios han demostra- do la importancia de la implantación coclear precoz en los niños. Para Borkoski y cols. (8), la implantación co- clear a una edad temprana es la base de los resultados en el comportamiento y desarrollo lingüístico. Esto su- giere que la implantación coclear precoz es mucho mejor para la adquisición del lenguaje en los niños. Del mismo modo, Govaerts y cols (9) en su estudio demostró que los niños implantados antes de los dos años tienen una me- jor integración en el sistema escolar. Estos resultados son similares a los de Kirk y cols (10) que pone de manifies- to que las implantaciones cocleares antes de los 3 años de edad alcanzan una tasa de desarrollo lingüístico mucho mayor que si se hace a edades tardías. Esto podría explicar los buenos resultados audiofonato- rios observados en los niños implantados entre 0-3 años en nuestra serie de los cuales el 92% se integraron en un sistema escolar ordinario. Estos resultados son similares a los de Razafimahefa-Raoelina y cols (11) que mostró que la implantación coclear en los 3 primeros años de la vida de los niños sordos pre-linguales favorece el desarrollo de una calidad de vida similar a la de la población gene- ral. Niparko y cols (12) constataron que la mayoría de los niños implantados antes de los 18 meses se desarrollan con las mismas facilidades lingüísticas que las de los ni- ños con audición normal de la misma edad. Como con- secuencia cuanto más tardía sea la implantación coclear menor serán los resultados alcanzados. Los pacientes implantados de nuestro estudio entre las eda- des de 8-17 años representan el mayor número de pacientes que no utilizan sus implantes. También hay que destacar que el número de usuarios parciales y de no usuarios aumenta con la edad del paciente en el momento de la implantación. Niparko y cols (12) sugieren que retrasar la implantación coclear de los niños con pérdida auditiva de severa a pro- funda argumentando el supuesto beneficio que aporta el uso de los audífonos antes de implantar puede interferir con el desarrollo del lenguaje después de su implantación coclear. Del mismo modo que la comprensión y expresión del lenguaje se ve influida por las interacciones entre pa- dres e hijos en la vía bidireccional (12). En nuestro estudio, el 8,2% de pacientes de este grupo de edad no son usuarios del implante y la mayoría de ellos proceden de una familia de sordos que usan, habitualmente, el lenguaje de signos. Respecto a la importancia que ejercen sus amistades, ve- mos que la mayoría de nuestros pacientes se frecuentan con amigos con audición normal. Bat-Chavat y cols (13) en su estudio mostró que la implantación coclear les da la oportunidad de mejorar sus relaciones entre los sordos implantados y los amigos normo-oyentes. Magierska-Kr- zyszton y cols (14) observaron que la asistencia a la escue- la ordinaria de un niño sordo implantado, influye positi- vamente a los otros niños con audición normal, los hace más sensibles y menos egoístas. Sin embargo, los niños sordos implantados aún se enfrentan a barreras de comu- nicación, especialmente sus relaciones sociales con niños de audición normal sean difíciles (13). Punch (15) en su estudio, señaló que la adolescencia es un momento particularmente difícil para algunos, pues son conscientes que el usar un implante con su procesador ex- terno les dificulta sus relaciones con los demás compañeros. Spencer (16) mostró que en su serie de pacientes implan- tados, más del 50% fueron admitidos en la universidad en la edad requerida. En este grupo, la tasa de los no-usuarios del implante coclear fue del 11% durante los primeros 3 años, el 99% de los usuarios han mantenido un uso a tiem- po completo durante 7 años. Este grupo ha mostrado resul- tados académicos satisfactorios similares a los de sus com- pañeros con audición normal. Estos niños tienden a seguir el asesoramiento educativo y profesional de sus padres. La puntuación más alta de la clasificación CITE-97 en los pacientes de nuestro estudio fue de 3,5 y concretamente en los pacientes implantados entre 0-3 años. Esto es similar a los resultados de IIIg y cols. (17) en su estudio de una po- blación de 174 pacientes implantados en Alemania. Según este autor, los adultos y adolescentes implantados en la in- fancia tienen un nivel de educación menor que sus compa- DISCUSIÓN

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