Anales de la RANM

97 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 EL SER HUMANO DESDE LA NEUROCIENCIA Y LA TRASCENDENCIA Fernando Reinoso Suárez Año 2018 · número 135 (01) · páginas 96 a 100 A estas dos acepciones tienen respuestas las defini- ciones que hace el Diccionario de la Lengua Española al definir “trascendencia”. Las dos primeras definicio- nes: “1. Penetración, perspicacia. 2. Resultado, conse- cuencia de índole grave o muy importante”, coinciden en gran medida con la primera de mis acepciones de trascendencia. La tercera (filosofía): “3. Aquello que está más allá de los límites naturales”, lo hace con mi segunda y más profunda, acepción de trascendencia. Resumo el parecer de varios autores entre ellos Ale- jandro Llano y también Xabier Zubiri, que definen Trascendental como aquello que traspasa los límites de la ciencia experimental; Lo trascendente es aque- llo que se encuentra “por encima” de lo puramen- te inmanente (…), la trascendencia supone la inma- nencia como uno de sus momentos, al cual se añade la superación que el trascender representa; y a esta realidad ( trascendente) es a la que en primera apro- ximación llamamos Dios (...) la trascendencia signi- fica: presencia de Dios en el mundo, pero inserción de éste en Dios. No creo que estaba muy lejos de la realidad cuando he afirmado que: trascendental es aquello que tiene que ver con Dios, que lo trascendental por excelencia es Dios y acabo concluyendo que: Trascendente es aque- llo que lleva a Dios, el trascendente es Dios. Observar al ser humano desde la trascendencia su- pone observarlo desde aquello que traspasa los lími- tes de la ciencia experimental, de un mundo inserta- do en Dios, o cómo opinamos que puede ver Dios al ser humano. Esta visión de Dios del ser humano puede ser la que propone el papa Francisco en el punto 81 de la en- cíclica Laudato si`: “El ser humano, si bien supone también procesos evolutivos, implica una novedad no explicable plenamente por la evolución de otros sistemas abiertos. Cada uno de nosotros tiene en sí una identidad personal, capaz de entrar en diálogo con los demás y con el mismo Dios. La capacidad de reflexión, la argumentación, la creatividad, la inter- pretación, la elaboración artística y otras capacidades inéditas muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico. La novedad cualitativa que implica el surgimiento de un ser personal dentro del universo material supone una acción directa de Dios, un llamado peculiar a la vida y a la relación de un Tú a otro tú.” Resumiendo: El ser humano es llamado por Dios, el Trascendente, a una dignidad superior, con una espe- cial relación de un Tú a otro tú. “Neurociencia” es la ciencia que estudia de forma multidisciplinar todo lo relativo al sistema nervioso. Desde hace ya muchos años cuando he comenzado la explicación del sistema nervioso a mis alumnos he in- sistido en que su primera función es contribuir a dar unidad al ser vivo hombre . En realidad el ser huma- no, actúa como una unidad y lo hace: especialmente porque posee un sistema nervioso. Gracias al sistema nervioso, es todo el hombre que participa en todas las acciones, aun en las intelectualmente más complejas y sofisticadas que realiza. Para ello, el sistema ner- vioso debe tener información de lo que ocurre en to- dos los órganos y sistemas del individuo y debe poder actuar sobre todos ellos. Para hacerlo adecuadamen- te debe integrar la información que recibe del propio organismo y de su entorno y elaborar una respuesta específica. Esta respuesta puede ser modificada conti- nuamente en razón de su eficacia o del cambio de cir- cunstancias concretas. En el caso del hombre, a dife- rencia de lo que ocurre en los animales, estas respues- tas pueden darse en forma de lenguaje organizado ha- blado o escrito, y además el hombre posee subjetivi- dad, tiene capacidad para reflexionar sobre deseos, intenciones y creencias y tiene, finalmente, libertad. Para todo ello necesita de un especial y complejísimo sistema nervioso, del que sólo les proporcionaré unas pinceladas. Un resumen más extenso se encuentra en el manuscrito. La unidad funcional del sistema nervioso es la neu- rona. Las conexiones de neuronas entre sí forman ex- tensas redes neuronales que constituyen el sustrato de todas las funciones sencillas y complejas del sistema nervioso. Cuanto más compleja es una función, un mayor número de neuronas, y en consecuencia de si- napsis, uniones de neuronas entre sí, participan en la red neuronal que la sustenta. Esto es lo que ocurre en la unidad funcional tálamo-corteza cerebral que sus- tenta las funciones cerebrales más elevadas. Los pro- cesos de percepción, aprendizaje y otras funciones del sistema nervioso, se hacen por la potenciación o fa- cilitación de los millones de sinapsis que contribuyen a delinear y potenciar las redes neuronales responsa- bles de esas funciones. En las cortezas asociativas, prácticamente ausentes en los roedores, pero que el hombre ocupan el 85% de la corteza cerebral, unidas al tálamo asociativo, muy extenso también en ser humano, se hará el procesa- miento de la información que llega a la corteza ce- rebral. Estas redes cortico-talámicas son también el depósito de la información en ellas procesada. Por lo tanto su destrucción impedirá procesar nueva infor- mación y simultáneamente se perderá el depósito de memoria en ella producido. La descarga simultánea y sincronizada de todos los elementos que componen una de estas redes, es lo que permite, por ejemplo, la percepción de un objeto. Hoy se ha demostrado: no sólo que la descarga sincronizada de los distintos no- dos de una red son capaces de recrear un evento, sino, que las diferentes frecuencias de las descargas, en esta red, permiten recrear diferentes aspectos (por ejem- plo: espacial o temporal) que subyacen en un solo eventos en la misma red. Me gustaría señalar que en la organización de una respuesta conductual completa y adecuada, siempre está implicada la corteza prefrontal, la más moderna adquisición del ser humano y la que más se desarrolla en tamaño y complejidad anatómica y funcional. En el hombre adulto llega a ser una tercera parte de su neocorteza. Está principalmente implicada en funcio- nes ejecutivas superiores, de ella dependen el interés, NEUROCIENCIA

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