Anales de la RANM

98 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 EL SER HUMANO DESDE LA NEUROCIENCIA Y LA TRASCENDENCIA Fernando Reinoso Suárez Año 2018 · número 135 (01) · páginas 96 a 100 la creatividad, la iniciativa, la capacidad de percep- ciones complejas, de plantear, comparar y comprobar hipótesis. En ella se pueden considerar dos regiones: la corteza prefrontal lateral, la más desarrollada en el hombre y la corteza prefrontal ventromedial. De la primera depende la organización temporal de las ac- ciones dirigidas a metas en los dominios de conducta, cognición y lenguaje. La segunda está involucrada en la expresión y control de comportamientos emocio- nales e instintivos. Esta segunda se extiende hoy día comprendiendo la corteza cingular anterior que está relacionada con los procesos atencionales y es consi- derada como la fuente de energía tanto para las accio- nes externas (movimientos) cómo para las internas (vivacidad del pensamiento y razonamiento). La parte ventral, de este sistema prefrontal medial, se considera hoy día como un eslabón importante de la red neuronal que participa en el procesamiento de la consolidación de la memoria declarativa, ya que, unifica la actividad del hipocampo y tálamo medial, estructuras responsables, para que, en las redes neu- ronales tálamo-corticales, depósito de estas memo- rias, se produzcan los mecanismos moleculares que conducen a su permanencia (consolidación) en estas redes. Por añadidura, existen numerosos ejemplos de la es- trecha relación conectiva y funcional entre el hipo- campo y la corteza prefrontal medial ventral en el proceso de consolidación de la memoria declarativa. Es importante señalar: que para un correcto apren- dizaje y procesamiento y consolidación de la memo- ria es necesario que tengan lugar, normal y armónica- mente, todas las fases del ciclo vigilia-sueño: vigilia, sueño no-REM y sueño REM. Numerosas publicacio- nes recientes demuestran que en niños, jóvenes y an- cianos el trastornar el sistema de sueño organizado y regular, afecta considerablemente el aprendizaje y el rendimiento intelectual. Es evidente que si se rompe la armonía en este proceso de la triología: hipocam- po, corteza prefrontal medial ventral y el ciclo vigilia- sueño, tendremos problemas en la consolidación de la memoria y, en consecuencia, la calidad de vida. En resumen: comprobamos que desde la Neurocien- cia, en el ser humano se han preparado las estructuras necesarias para realizar todas las funciones y capa- cidades que corresponden a su naturaleza, desde las más sencillas a las intelectualmente más complejas. Incluso, conociendo, que en el ser humano existen capacidades inéditas, que muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico, como he señalado ya en el capítulo 1. Como he dicho en la introducción, para conocer al hombre se puede recurrir a tres niveles de estudio: el de las ciencias positivas, el de las ciencias filosófi- cas y el de la Revelación. También he insistido en que la visión que la metodología propia que cada uno de estos órdenes de conocimiento proporciona, permi- te resaltar los distintos aspectos y matices de la reali- dad del ser humano. Sin embargo, puede ocurrir que un especialista de cualquiera de los tres órdenes de conocimiento, aborde un tema introduciéndose en el otro orden sin poseer su metodología y conocer sus limitaciones, y tratando de aplicar la metodología del que proviene. Este hecho sucede hoy día con frecuencia desde el área de las ciencias experimentales. Muchos de ellos son per- sonas inteligentes, pero muy limitadas para ver el mun- do más allá de su especialidad científica. Son los llama- dos, por el Prof. Ayala “fundamentalistas cientificistas”. Para facilitar que puedan conocer mi opinión en este tema propondré hoy unas breves pinceladas, que son extensas en el texto escrito, de tres científicos que pue- den servirnos de contraste con los fundamentalistas. El primero es el Prof. Joaquín Fuster, brillante neu- rocientífico que admite que existen, además de las ciencias positivas, otras ciencias como la filosofía y otras fuentes de conocimiento. Es siquiatra, dedica- do al estudio de la corteza cerebral y uno de los líde- res mundiales de la neurociencia cognitiva. Es la pri- mera autoridad en el estudio de la corteza prefrontal. Como expresión de su pensamiento expondré aquí un fragmento de su participación en un reciente “Diá- logo entre neurociencia y educación”, hablando de aprendizaje y memoria, termina diciendo: “Lo prima- rio en la educación es aprender a aprender, es decir, a desarrollar aquellas funciones innatas de la corteza prefrontal y a hacerlas habituales. Es esto lo que nos hace libres –en la acepción tomista– y abre ante no- sotros el abanico prácticamente infinito de posibili- dades con el que hacemos nuestra ‘agenda’, en sentido literal. En este escenario, el debate entre determinis- tas y defensores del libre albedrío pierde completa- mente su sentido. Considerando la multiplicidad de fuentes de información e influencia sobre la corteza prefrontal, el determinismo a ultranza se disuelve en un mar de probabilidades bayesianas y en una infini- dad de opciones.” El segundo caso es el Prof. Francisco Ayala, científi- co capaz de superar el fundamentalismo cientificista desde el propio ejercicio de la ciencia positiva y des- de un profundo conocimiento de la filosofía. Segu- ramente es el científico español más renombrado en la actualidad. Ha conocido de cerca a muchos de los científicos y pensadores más influyentes en las últi- mas décadas. Así señala: “Pensar que solo la ciencia nos da cono- cimiento válido es una arrogancia tremenda y muy ingenua, aunque provenga de personas muy inteli- gentes (como sus amigos Wilson, Dawkins, Monod y otros y sigue) Necesitamos los valores éticos para di- rigir nuestra vida y nuestras relaciones con otros se- res humanos.” “La ciencia y la religión son dos ventanas diferentes para observar el mundo. Las dos ventanas miran el mismo mundo, pero muestran aspectos diversos de él. Sólo surgen aparentes contradicciones cuando la ciencia o la religión cruzan sus límites y se entrome- ten indebidamente en los asuntos de la otra.” DEL FUNDAMENTALISMO CIENTIFICISTA

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