Anales de la RANM

137 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 EL SALTO DE ESPECIE EN LA EMERGENCIA DE ZOONOSIS Elías Fernando Rodríguez Ferri An RANM · Año 2018 · número 135 (02) · páginas 136 a 140 evolucionaron a especialistas. Con independencia de que la susceptibilidad esté condicionada por recepto- res celulares y el complejo mayor de histocompatibili- dad (2), deben existir otras razones que expliquen las ventajas de una u otra opción, aunque seguramente la razón central de ambos comportamientos sea mejo- rar la supervivencia (3, 4); lo difícil es entender que a ello se llegue mediante ventajas distintas (si la evo- lución favorece la especialización, la generalización es garantía de persistencia). Sriswadi et al. (2017) (5) demostraron que los linajes generalistas eran más persistentes, facilitando la introducción de especies nuevas y la diversidad, permitiendo la ampliación de hospedadores, y que muchos especialistas evolucio- naban a generalistas, pero también, al contrario. Al final, se abren interrogantes sobre la estabilidad de la interrelación patógeno-hospedador, pudiendo entrar el hombre en este círculo de riesgo. El término emergente se ha utilizado al referirse a las epidemias que asolaron la humanidad, como la peste, viruela o gripe, las más mortales. En los últimos años han emergido otras, principalmente víricas (Ébola, SARS, influenza, etc) o bacterianas, como el cólera (Haiti, 2010), o E.coli O104:H4 (Alemania, 2011), etc. La primera vez que aparece la calificación “emergen- te” fue en un brote de piroplasmosis equina en 1962 (6). La primera publicación que trató la emergencia con una perspectiva general está fechada en 1971 (7), aunque adolece de falta de definición, por lo que se considera la Academia Nacional de Medicina de los EE.UU. el punto de partida, al publicar en 1992 un informe titulado “Infecciones Emergentes: Riesgos Microbianos para la Salud, en los Estados Unidos” (8), que fue completado después, en 1994, con otro del CDC “Sobre los riesgos de las enfermedades in- fecciosas emergentes: Una estrategia de prevención para los Estados Unidos” (9). En ambas, se definió la emergencia en base a un incremento de la inciden- cia y riesgo previsto en el futuro próximo. La OMS (10) la definió como “ la que aparece en una población por primera vez o que pudo haber existido previamente pero que se ha incrementado rápidamente en inciden- cia o distribución geográfica ” El interés de estas enfermedades deriva de su inciden- cia, cuyo incremento se justifica por la coincidencia de una serie de factores que la favorecen en un mode- lo de convergencia (incremento de la población glo- bal, envejecimiento, viajes, comercio, urbanización o cambio climático, etc.,), además de la gravedad, evo- lución y difusión, representando por todo ello un de- safío permanente global. La mayor preocupación ac- tual en las de origen bacteriano reside en las cepas resistentes a los antibióticos, con un panorama ate- rrador (11) que prevé por esta causa para 2050 más de 10 millones de fallecimientos (390 mil en la UE) y costes superiores a los 100,2 billones de $. En cual- quier caso, siempre comparten impredecibilidad, alta morbilidad, crecimiento explosivo de casos, gravedad e impacto social. De su importancia económica bas- te señalar que, según el Banco Mundial, el costo de una pandemia moderadamente grave de influenza, supondría costos superiores a los del PIB de Alema- nia y ello sin contar la pérdida de salud y longevidad. Las pérdidas por Zika en 2016 superaron 3.500 mi- llones de $ (12) y el brote de Ébola en África alcanzó 32.000 millones. El proceso que concluye en la emergencia de zoonosis puede resumirse en etapas. La primera refiere el con- tacto entre una fuente de infección primaria animal con otros animales. La segunda es crítica y representa la infección humana por exposición con un reservo- rio animal infectado, produciéndose por primera vez la transmisión animal-hombre, el salto de especie. En la tercera se mantiene la exposición humana al pató- geno animal y aparecen algunos casos humanos. El estadio siguiente, en el que se sigue manteniendo la exposición, incluye ya grandes brotes de la enferme- dad en el hombre, para finalizar en una epidemia o pandemia, en la que desaparece la exposición animal y la enfermedad se convierte (o puede hacerlo) en ex- clusiva del hombre (13). El “salto de especie” (“de la barrera de especie”), repre- senta “ la transmisión atípica de un patógeno desde un hospedador-reservorio a un hospedador nuevo ”. Puede producirse entre animales, domésticos o salvajes y tam- bién, desde ellos al hombre, en cuyo caso se habla de “ salto de barrera zoonósico ”, un proceso progresivo en el que un patógeno animal se establece en el hombre pu- diendo producir en él enfermedad, incluso su muerte. La probabilidad de que tenga lugar un “salto zoonósico” depende de interacciones entre factores complejos cada uno de los cuales son dificultades, obstáculos o barre- ras, que se oponen al flujo del patógeno desde el hospe- dador-reservorio al nuevo y aún en él, con respuestas no lineales e interacciones con otros factores, externos, que favorecen la dinámica de la enfermedad en el reservorio, el contacto inter-especies y la exposición del hospeda- dor nuevo, además de los que afectan a su susceptibili- dad a la infección. La particularidad es que, en muchos patógenos, para que se produzca el salto de especie, éste debe superar todas las barreras a la vez, alineadamente y de manera sucesiva mientras que, en otros, de super- vivencia prolongada en el ambiente ( Bacillus anthracis ) o de amplia difusión por aerosoles ( Coxiella burnetii ), el alineamiento se puede escalonar. Tal exigencia incor- pora un componente de dificultad que explica la esca- sa frecuencia de estos casos, pese a que el hombre esté permanentemente expuesto a muchos patógenos ani- males específicos, potencialmente infecciosos, pues la mayoría no son capaces de causar enfermedad humana o si se produce, permanece como un suceso ocasional, sin adaptación que permita después la transmisión in- terhumana (14). Sin embargo, esto es más un problema de calidad que de cantidad, como corresponde a proce- sos emergentes en los que el mecanismo íntimo de la transmisión desde el reservorio, todavía está lejos de ser completamente conocido (15). EL SALTO DE LA BARRERA DE ESPECIE EN LA EMERGENCIA CRECIENTE DE ZOONOSIS EL FENÓMENO DE EMERGENCIA. ENFERMEDADES EMERGENTES

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