Anales de la RANM

149 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 ÉTICA DEL TIEMPO Federico Mayor Zaragoza An RANM · Año 2018 · número 135 (02) · páginas 146 a 150 y se precisa, sin demora, la adopción de un nuevo con- cepto de seguridad, bajo la vigilancia atenta y la implica- ción directa de las Naciones Unidas. Ninguna nación está exenta de responsabilidad: es inad- misible que se “transfieran” al “mercado” deberes mo- rales y responsabilidades que corresponden a los go- bernantes democráticos. Disponer de unos códigos de conducta mundiales en el marco jurídico-ético de unas Naciones Unidas debidamente reformadas es, por cuan- to antecede, una imperiosa exigencia. En momentos de gran aceleración histórica, son más necesarios que nun- ca los asideros morales. Estamos –como en 1945- al ini- cio de una nueva era. Ahora, al contemplar la Tierra en su conjunto, nos damos cuenta de la grave irresponsabilidad que supuso transfe- rir al mercado los deberes políticos que, guiados por idea- les y principios éticos, podrían conducir a la gobernanza democrática. Por todo cuanto antecede, hace unos años procedimos a la redacción de una Declaración Universal de la Demo- cracia (6) en la que se abordan las principales dimen- siones, empezando por la ética, del concepto “demo- cracia”. A la democracia social y política se añade la democracia económica, cultural e internacional. En el undécimo artículo se indica que “Todos los aspectos y dimensiones de la democracia económica estarán su- bordinados a la justicia social”. Que nadie se engañe: éstos son los principios de la democracia que “deben guiar”, según establece el preámbulo de la Constitución de la UNESCO, a la humanidad. La justicia, la libertad, la igualdad y la solidaridad, “intelectual y moral”. Una Declaración de esta naturaleza, con todas las mejoras que pudieran establecerse, es la que podría enderezar los torcidos rumbos actuales de la humanidad. Desde el origen de los tiempos, la fuerza. Desde el origen de los tiempos, “Si vis pacem, para bellum ”. Ahora, por primera vez en la historia, convertidos los seres humanos en ciudadanos del mundo, capaces de expresarse, de sa- ber lo que acontece en todas partes, con la mujer incor- porada, con sus facultades inherentes, a la toma de deci- siones, ya es posible, por primera vez en la historia, tran- sitar desde una cultura de imposición, dominio, violencia y guerra a una cultura de encuentro, conversación, conci- liación, alianza y paz. El día 13 de septiembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptaba una Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (7) . Se refiere a una serie de medidas para promover una cultura de paz por medio de la educación; para pro- mover un desarrollo social y sostenible; para promover el respeto a todos los derechos humanos; para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres; para promover la par- ticipación democrática; para promover la comprensión, la tolerancia y la solidaridad; para apoyar la comunica- ción participativa y la libre circulación de información y conocimientos; para promover la paz y la seguridad in- ternacionales… “Nos queda la palabra”, decía Blas de Otero. Sí, ahora es con la palabra, y no con la fuerza, como debemos intentar resolver la mayor parte de los conflictos. El 16 de diciem- bre de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaba una Resolución que, reflejando el progreso al- canzado durante los últimos veinte años considera con- veniente, con un apoyo mayoritario, fomentar la transi- ción de una cultura de fuerza a una cultura de paz. Como decía Pablo Neruda: “Hoy es hoy con el peso de todo el tiempo ido”... No permitamos que ese “peso” se convier- ta en un lastre porque no hemos hecho lo suficiente… Es tiempo de acción. La educación superior es fundamental para asegurar a los seres humanos la libertad y la responsabilidad en su con- ducta cotidiana, como catalizador principal, cumplien- do con su responsabilidad social, para que sean, en breve plazo, “los pueblos” los que tomen en sus manos las rien- das del destino, para que actúen en virtud de sus propias reflexiones y nunca más al dictado de nadie, para que se favorezca el rigor científico, porque es necesario el cono- cimiento profundo de la realidad. Si la realidad se conoce sólo epidérmicamente, nunca podrán realizarse transfor- maciones profundas. Tenemos que tener especialmente en cuenta a las gene- raciones venideras: nuestro legado no puede condenarles a una calidad de vida en la que no puedan ejercer plena- mente las facultades distintivas de la especie humana. En el mes de noviembre del año 1997, la Conferencia Gene- ral de la UNESCO adoptó la Declaración sobre las Res- ponsabilidades de las Generaciones Actuales para con las Generaciones Futuras . Son los “pueblos” los que deben tomar en sus manos la brújula del destino común. En medio del panorama tan sombrío, hay motivos para ver el futuro con esperanza. Las manifestaciones del pasado 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer constituyen un punto de inflexión. Estamos ante el progresivo empoderamiento de la mujer para que, pieza esencial de los cambios radi- cales que son inaplazables, contribuya con las facultades que le son inherentes a la convivencia pacífica, a la in- flexión histórica de la fuerza a la palabra. El por-venir está por-hacer. “Tot está per fer i tot es pos- sible”, escribió Miquel Martí i Pol. Pero añadió: “¿Qui sino tots?” , ¿quién si no todos? 1. Mayor, F. “Mañana siempre es tarde”. Madrid: Es- pasa Calpe, 1987; Barcelona: Círculo de Lectores, 1988. Blog del 05/03/17 “Mañana puede ser tar- de”: http://federicomayor.blogspot.com.es/search/ label/Ma%C3%B1ana%20puede%20ser%20tarde- Blog 20/07/18 “Mañana siempre es tarde” :http:// federicomayor.blogspot.com/2018/07/manana- siempre-es-tarde.html 2. “La Carta de la Tierra” (2000) http://cartadelatie- rra.org/descubra/la-carta-de-la-tierra/ 3. Fundación Cultura de Paz. Llamamiento muy ur- gente, 6 de febrero de 2017. https://llamamientour- genteblog.wordpress.com BIBLIOGRAFÍA INFLEXIÓN HISTÓRICA DE LA FUERZA A LA PALABRA. LAS COMUNIDADES ACADÉMICA, CIENTÍFICA Y ARTÍSTICA AL FRENTE DE LA MOVILIZACIÓN POPULAR

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