Anales de la RANM

153 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 RM ABDOMINAL EN EL SÍNDROME METABÓLICO Luis Martí Bonmatí An RANM · Año 2018 · número 135 (02) · páginas 151 a 159 sobrecarga férrica y la fibrosis. Estos análisis basados en la evaluación digital computarizada de las mues- tras obtenidas en la biopsia se conocen como patolo- gía digital y expresan con fiabilidad y reproducibili- dad la cantidad y proporción de estos cambios en el parénquima evaluado. Todas estas limitaciones han favorecido y hecho nece- sario el desarrollo de otras soluciones incruentas que generen una información similar e incluso solventen las limitaciones de la biopsia estándar, tales como la Biopsia Virtual Hepática. Esta aproximación radio- lógica puede entenderse como un procedimiento de análisis computacional de las imágenes médicas ad- quiridas. Esta solución permite extraer y analizar in vivo diversas características relacionadas con la es- tructura, composición, heterogeneidad y función del tejido observado, con la finalidad de caracterizar de forma incruenta y precisa una lesión, órgano o sis- tema en un organismo. En el síndrome metabólico, esta Biopsia Virtual permite conocer la presencia y magnitud de la infiltración grasa, el depósito de hie- rro, la actividad inflamatoria y la extensión de la fi- brosis en las enfermedades hepáticas crónicas, con- trolando las técnicas de adquisición, el procesado de la señal y la consideración de las variables de confu- sión para asegurar la fiabilidad y precisión de estos biomarcadores de imagen. Entre las ventajas de la Biopsia Virtual está la capa- cidad de evaluar otros órganos no accesibles, como es el caso del páncreas. También permite generar una información cuantitativa resuelta en el espa- cio, mediante la obtención de imágenes paramétri- cas, y en el tiempo, permitiendo los estudios de se- guimiento ya que no se destruye la muestra evalua- da. La Biopsia Virtual es además muy tolerada por los pacientes. Las principales técnicas de imagen para el estudio del hígado y el páncreas son la ecografía, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM). describiremos a continuación la contribución relativa de estas técnicas en la evaluación de los cambios pa- tológicos mencionados. La ecografía es una técnica de imagen muy extendida en la práctica clínica que suele emplearse como la primera aproximación diagnóstica para muchas enfermedades abdominales. La ecografía permite evaluar inicialmen- te la esteatosis hepática ya que esta técnica de imagen es sensible al depósito graso en sus grados intermedios y avanzados. El hígado se observa en la infiltración pa- renquimatosa grasa como un parénquima hiperecogé- nico que presenta un aumento difuso de la atenuación posterior del ultrasonido (Figura 1a). La distribución de esta hiperecogenicidad puede variar en intensidad de unos segmentos a otros, e incluso puede predominar con una forma geográfica de bordes bien definidos. En estas áreas hiperecogénicas se observan los vasos intra- hepáticos que discurren por su interior con normalidad, sin presentar desplazamientos ni compresiones. Se han desarrollado medidas objetivas, como ratios de ecogenicidad, que permiten establecer el grado de infiltración y mejorar tanto la comunicación con otros facultativos como la evaluación de los seguimientos en estos pacientes. El índice de atenuación se obtiene como el ratio de brillo del parénquima próximo frente al distante al transductor ecográfico. El índice hepato- renal se establece como el ratio entre la ecogenicidad del parénquima hepático y la de la cortical del parén- quima renal, siendo un índice mayor de 1,2 represen- tativo de la existencia de una esteatosis significativa. Aunque la ecografía es una técnica eficiente en el des- pistaje y diagnóstico inicial de la esteatosis, se consi- dera sin embargo que carece de la precisión necesaria para los controles evolutivos y las tomas de decisiones terapéuticas. Otra técnica radiológica también muy extendida para el estudio del abdomen superior es la TC. Las imá- genes de TC se reconstruyen teniendo en cuenta la atenuación para cada elemento de volumen (vóxel-a- vóxel) de los tejidos a la radiación ionizante recibida. En la esteatosis, la baja atenuación del parénquima he- pático es muy específica, aunque desafortunadamente poco sensible a los depósitos iniciales y a las pequeñas variaciones en el grado de infiltración grasa. En gene- ral, se considera que una hipoatenuación del parénqui- ma hepático con una señal similar o incluso inferior a la de los vasos intrahepáticos o a la del parénquima esplénico es muy característica de la esteatosis (Figu- ra 1b). Para objetivarla y poder gradarla se ha definido que una ratio de atenuación del hígado frente al bazo inferior a 0,9 es un excelente umbral para la detección fiable de la esteatosis hepática relevante. La RM se considera como una excelente técnica de ima- gen para el estudio del parénquima hepático dada su alta sensibilidad y especificidad para detectar las alteracio- nes parenquimatosas en el hígado (Figuras 1-3) (7). En la esteatosis, aunque la RM sea insensible cuando se emplean las secuencias convencionales potenciadas en T1, T2 y STIR (Figura 1e), las imágenes obtenidas con técnicas Eco de Gradiente (EG) en Fase Opuesta (FO) son muy sensibles y permiten cuantificar este depósito li- pídico intracelular mediante el fenómeno conocido como el Desplazamiento Químico de la frecuencia de precesión (Figura 2). En RM, los protones del agua y de la grasa tienen una frecuencia de precesión angular cuando están orientados en la dirección del campo magnético principal (B1) que es diferente según el apantallamiento magnético inducido por la nube electrónica molecular del agua y la grasa. Esta diferencia en el campo percibido hace que, en función de la ley de Larmor, la frecuencia de los protones esté En Fase o en Fase Opuesta en función de los tiem- pos de eco (TE) empleados en la secuencia para generar las imágenes. Este tiempo de eco permite reconstruir las imágenes cuando las dos poblaciones de protones entran y salen de fase, de forma periódica y gobernada en fun- ción de la intensidad del campo magnético principal por los múltiplos del primer tiempo de eco. En las imágenes En Fase la señal del agua y la grasa se suma, siendo el hí- gado brillante, mientras que en Fase Opuesta se resta, con lo que perderá señal en parénquima en función de la pro- porción de infiltración grasa que presente (Figura 3). DIAGNÓSTICO RADIOLÓGICO

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