Anales de la RANM

188 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 SESIÓN NECROLÓGICA EN MEMORIA DEL EXCMO. SR. D. HIPÓLITO DURÁN SACRISTÁN Manuel Díaz-Rubio García An RANM · Año 2018 · número 135 (02) · páginas 184 a 190 rices esofágicas sangrantes (1990), Controversias en la Ci- rugía del Aparato Digestivo (1992) o Criterios a seguir en pancreatitis aguda (1994). Un especial recuerdo mantenemos todos los académi- cos de sus últimas conferencias en esta Academia sobre Estenosis del canal. Tratamiento quirúrgico o conserva- dor (2007) y Lumbago y ciática (2008), así como de la presentación de sus obras: Patología y clínica quirúrgicas (1998) y Compendio de cirugía (2004). Su actividad en la Academia fue ejemplar. “ Un ejem- plo impagable de voluntad y perseverancia ” como señaló nuestro Presidente en el Homenaje que la rindió el Ins- tituto de España en el año 2013. Pocos Académicos pue- den mostrar tantas asistencias a sesiones oficiales, ade- más del trabajo oscuro del que nadie se entera pues no llama la atención. En 1988 fue nombrado Vicepresiden- te, en 1994 elegido Presidente y en 2002 Presidente de Honor. Como Presidente dirigía las sesiones con una elegan- cia y un respeto protocolario impresionante, dando una imagen de autoridad académica que llamaba la aten- ción. En sus resúmenes finales destacaba la felicitación a los conferenciantes y una magistral síntesis de la sesión y de las intervenciones realizadas, donde incluía pensa- mientos médicos y académicos propios. Con su gran formación como médico, la clarividencia de sus ideas, la atención que prestaba a cuanto se decía y una capacidad de síntesis no al alcance de cualquie- ra, demostraba continuamente el respeto a los ponen- tes. Pero no solamente realizaba una síntesis soberbia, sino que también aportaba sus ideas, que las tenía, y muy bien armadas, de cualquier materia que se habla- ra. Si a ello se sumaba a su fácil oratoria es fácil com- prender como ese momento era esperado siempre con gran atención y expectación por todos los académicos y asistentes. Es difícil resaltar cuanto hizo por la Academia por la enorme cantidad de ideas y proyectos que puso en mar- cha. Sin embargo, uno destacó sobremanera, que fue concretamente el Diccionario de Términos Médicos . La realización de este diccionario era una misión de la Aca- demia que nunca se había llevado a cabo tras más de doscientos años de vida de nuestra institución. Apro- vechando el interés del académico Antonio García Pé- rez, Hipólito Durán, que ya era Presidente, se puso ma- nos a la obra. Creó una Comisión específica para ello, que presidiría inicialmente Antonio García Pérez, y tras su fallecimiento en 2002, la nueva Junta Directiva con Amador Schüller al frente le nombró Presidente de la Comisión. Todo ello lo viví en primera persona ya que tuve el honor de que me incluyera en la comisión. Con- trató a personal experto en el mundo del lenguaje lexi- cográfico y comenzó a trabajarse cada término, tras de- finir el tipo de diccionario que quería la Academia. El trabajo era muy arduo pero el profesor Hipólito Durán nunca decayó. Al llegar a la Presidencia de la Academia en 2008 le propuse que siguiera y lo hizo sin hacerse ro- gar y con una voluntad de trabajo y dedicación absolu- tamente ejemplar. Sin duda el Diccionario de Términos Médicos fue su gran obra. Como miembro de la comisión que dirigía doy fe del gran trabajo que desarrolló, dedicándole días enteros a la Academia debatiendo con el equipo lexi- cográfico, los coordinadores, los miembros del Comi- té Técnico de Diccionario y con todos los Académicos. Todas las mañanas las pasaba en el Diccionario, resol- viendo dudas, llamando a otros académicos, corrigien- do términos, etc. Tuvo la fortuna de ver el Diccionario de Términos Médi- cos en la calle en el año 2011, diccionario que lleva una amplia introducción suya, con independencia de la mía que por protocolo institucional me correspondía rea- lizar como Presidente. La Real Academia Nacional de Medicina de España tenía por fin, aunque con un retra- so de mas de 250 años el Diccionario de Términos Mé- dicos. Y ello gracias a su empeño, dedicación y amor a esta Institución. De su paso por la Presidencia quedan también las obras estructurales de la segunda planta, realizando impor- tantes cambios para adaptarlos a una Academia que veía tenía que ser más exigente en su trabajo, necesitando nuevos espacios dignos para sus actividades. Pero si esto fue importante, más lo fue la incorporación de empre- sas que patrocinaran actividades de la Academia. Enten- dió, como luego expresó el Rey Juan Carlos en 2008 en esta Academia en la inauguración del curso de las Rea- les Academias, que éstas no podrían sustentarse en un futuro sin contemplar el mecenazgo. Queda en su haber además la dinamización de nuestras relaciones con la Asociación Latino Americana de Academias de Medici- na y con la Federación Europea de Academias de Medi- cina. Su gratitud a todos los miembros de la Academia fue manifiesta y sobre todo a los que tenía más cerca y le ayudaron en su día a día para conseguir sus objeti- vos. Entre ellos el Secretario General profesor Jiménez Collado. Su dedicación a la Academia fue absoluta y gracias a ella muchos académicos le seguimos en el difícil camino de recuperar el prestigio perdido durante décadas por nuestra Academia. La Academia, silente durante mu- chos años, bajo su mandato salió a la sociedad. Por ini- ciativa suya se creó una pequeña estructura de comuni- cación que dio lugar a que las actividades y proyectos de la Academia fueran conocidos por la sociedad científi- ca y la sociedad en general. Este proyecto de comunica- ción, apagado al dejar el profesor Durán la Presidencia, lo retomamos con más fuerza con resultados muy posi- tivos para nuestra Institución. Nuestro Presidente, el Prof. Joaquín Poch nos recordaba en el Homenaje que le realizó el Instituto de España en 2013 cómo “ su presencia asidua fue un ejemplo impagable de vo- luntad y perseverancia ”. En la Academia fue feliz. Yo diría que muy feliz. Pronto comenzó a trasmitir la importancia de los discursos de pensamiento, el debate y las conclusio- nes. Para él, el análisis y la reflexión eran fundamentales para el desarrollo y potenciación de las Academias. A su lado aprendí todo sobre la Academia, su sentido y la necesidad de hacer cambios. Me decía insistentemen- te, en las largas conversaciones que teníamos a la salida de la Academia camino de su casa, que tales cambios tenían que hacerlo los más jóvenes y no los más mayo- res, a los que les resultaría imposible. Nunca pensé que me estaba señalando. Me introdujo en la Junta Directi-

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