Anales de la RANM

296 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 INFECCIÓN Y ARTE Rafael Seoane Prado An RANM · Año 2018 · número 135 (03) · páginas 292 a 303 Otro autor tuberculoso, el cubano Fidelio Ponce de León, refleja el pesimismo ante el destino final del tuberculoso en su obra “Tuberculosis” 29 , en donde los colores pálidos so- bre fondo blanco crean un ambiente lúgubre donde resaltar el aislamiento y tristeza de los personajes, uno de los cua- les posa su mano sobre una calavera, símbolo de la muer- te considerada el destino final del tuberculoso (Figura 5). Pero la pintura refleja también otros aspectos de la en- fermedad. La obra “TB Harlem” de la pintora norteame- ricana Alice Neel 30 nos muestra uno de los tratamientos usados en la era preantibiótica para manejar la tuberculo- sis pulmonar: la toracoplastia (Figura 6), que consistía en fracturar las costillas y comprimir el tórax donde estaban las cavernas tuberculosas. La segunda forma más frecuente de tuberculosis es la tuberculosis ósea que en un 40% de los casos afec- ta a la columna vertebral con la producción de defor- maciones, rigidez y desarrollo de giba torácica dor- sal, (mal de Pott). Aunque la deformación vertebral puede atribuirse a diversas patologías, la detección de tuberculosis ósea en varias momias egipcias, permi- te atribuir a esta patología el aspecto de la estatua de Bossu 31 , hallada en la región de Saqqara y conservada en el Museo Egipcio de El Cairo. La sífilis es producida por la espiroqueta Treponema pallidum que solo infecta al ser humano y es transmi- tida por contacto sexual. Se trata de un patógeno re- ciente cuya virulencia parece haber descendido. Aun- que el origen de esta enfermedad en Europa es toda- vía motivo de controversia, la primera epidemia do- cumentada se produjo durante el asedio francés a Ná- poles (1495), por lo que se conoció como mal francés . La intensidad y rapidez con la que se propagó sor- prendió de tal forma que un grabado de Durero 32 hace referencia al posible efecto de una conjunción Astral en el origen de la enfermedad (Figura 7). Además de la forma congénita, la más grave, presenta tres fases clínicas bien definidas. La sífilis primaria se caracteriza por la aparición de los chancros de lesiones cutáneas ulcerosas generalmente indoloras localizadas en el lugar de la infección, gene- ralmente la zona genital por lo que no hay muchas re- presentaciones artísticas. Sífilis secundaria diseminada con lesiones cutáneas si- fílides , pápulas indoloras de tamaño variable de color rojo oscuro distribuidas por la superficie corporal. Figura 5. Tuberculosis: Panel superior “Primera y última comu- nión de Cristóbal Rojas que muestra la consunción de la niña tuberculosa. En el panel inferior la obra “Tuberculosis” de Fi- delio Ponce nos trasmite de forma impactante la melancolía y tristeza asociada a la tuberculosis. Figura 6. Tuberculosis. Las obras de De la Croix y Modigliani muestran la típica facies héctica del tuberculoso. En el panel inferior la obra “TB Harlem” de Alice Neel muetra la toraco- plastia usada para el tratamiento de la tuberculosis en la era preantibiótica.

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