Anales de la RANM

297 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 INFECCIÓN Y ARTE Rafael Seoane Prado An RANM · Año 2018 · número 135 (03) · páginas 292 a 303 Estas sifílides pueden generar lesiones pápulo-ne- cróticas abultadas y secas. Sífilis terciaria o tardía que puede afectar prácticamen- te a cualquier tejido. Los signos externos más evidentes son las lesiones granulomatosas (gomas) en hueso piel y otros tejidos. El enfermo desesperado de la esquina infe- rior izquierda de la obra “ Las tentaciones de San Antonio Abad ” de Mathias Grünewald 33 muestra este tipo lesiones (Figura 7). Al tratarse de un retablo dedicado a San An- tonio algunos autores sugieren que se puede tratar de un enfermo de ergotismo, sin embargo, las lesiones mostra- das parecen más inspiradas en los gomas sifilíticos, dado que ya se había propuesto el origen “pecaminoso” de esta enfermedad (8). La serie de cuadros Matrimonio a la Moda , del pintor inglés William Hogarth, nos puede ayudar a visualizar la enfermedad y sus repercusiones sociales. Los seis cuadros de la serie denuncian las diversas consecuencias de los matrimonios acordados entre las clases altas inglesas del siglo XVIII. En el segundo cuadro de esta serie, “ Tête a Tête ” 34 se muestra al matrimonio concertado en el salón, discutien- do con su contable sobre su precaria situación económi- ca. Es perfectamente apreciable en el cuello del indolente lord una mancha negra que el autor usa como signo, para resaltar a los personajes clínicamente enfermos, basándo- se en las lesiones pápalo-necróticas de esta enfermedad. En el último cuadro de la serie, “ La Muerte de la Seño- ra ” 35 se pueden ver en la hija del matrimonio, que tam- bién tiene en la cara la mancha de la enfermedad, muchos de los signos faciales de la osteocondritis asociada a la sí- filis congénita como la nariz en silla de montar y la pro- minencia frontal. Las deformaciones de los huesos largos pueden justificar los aparatos ortopédicos. Incluso la ex- presión de la niña sugiere un cierto retraso mental com- patible con la afectación neurológica (Figura 8). El sifilítico congénito más famoso de la historia del arte posiblemente sea Gerard de Lairesse. Paradójica- mente, aunque fue un relevante pintor holandés en su época, pasó a la historia por el retrato que le realizó Rembrandt 36 que es una perfecta representación de las deformaciones faciales de la sífilis congénita: protube- rancia craneofacial , nariz en silla de montar y rágades peribucales (Figura 8). Aunque existen estos testimonios, lo más frecuente en la sífilis congénita es la muerte del feto o durante los dos primeros años de vida. Los bebés que llegan a na- cer tienen, además de las lesiones ya comentadas, poco peso, alteraciones en la piel y rinorrea. Estas manifes- taciones están representadas de forma dramática e im- pactante en el cuadro “Herencia” 37 de Edward Münch, de finales del XIX (Figura 8). La difteria es producida por las cepas de Corynebacterium difteriae capaces de producir una potente toxina la forma- ción de una pseudomembrana que obstruye las vías respi- ratorias dificultando la respiración. Una obra alegórica de Richard Tennant Cooper 38 la representa como un esquele- to que asfixia a una niña. Para la realización de su cuadro “ El garrotillo ” 39 , nombre con el que se denominó tradicio- nalmente en España, debido a que la sensación del pacien- te era similar a la producida por el instrumento tradicional de ejecución el “garrote vil”, Goya se inspiró en la obser- vación de una práctica bastante común en aquella época: los adultos intentaban arrancar las membranas con los de- dos al contemplar la lenta agonía de los niños. En esta obra se puede observar también otro signo de la enfermedad, el “cuello de toro” debido al edema producido por la extrava- sación de líquido en el tejido faríngeo. Figura 7. Sífilis. Obras que muestran un aspecto compatible con los gomas sifiíticos. A la izquierda un grabado de Durero que parece sugerir una conjunción astral en el origen de la epidemia de sífilis de finales del siglo XV. A la derecha un detalle de obra de Grunewald “Las tentaciones de San Antonio Abad”. Figura 8. Sífilis. Obras y detalles que muestran lesiones compa- tibles con la sífilis congénita. “Retrato de Gerard de Lairesse” y “Matrimonio a la moda”. La muerte de la señora” destacan las deformaciones faciales y en el caso de la segunda obra sugieren también la deformación de las extremidades inferiores y una cierta afectación neurológica. La obra “Herencia” de Munch re- presenta con gran fidelidad y dramatismo al aspecto de un neo- nato con sífilis congénita.

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