Anales de la RANM

321 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 CONTESTACIÓN AL HOMENAJE A LA ANTIGÜEDAD ACADÉMICA Francisco Alonso Fernández An RANM · Año 2018 · número 135 (03) · páginas 321 a 323 DOI: 10.32440/ar.2018.135.03.dle05 FECHA DE LECTURA: 18.12.18 Mis primeras palabras han de ser una expresión de profundo agradecimiento para la Junta Directiva del Instituto de España por haberme asignado la distin- ción anual de la antigüedad académica, galardón se- leccionado entre la totalidad de los miembros de las diez Reales Academias Nacionales que integran este Instituto de España. Agrego mi reconocimiento a los funcionarios del Instituto por el interés volcado so- bre la gestión administrativa del acto. Una dedicación de gratitud especial al admirado académico y amigo profesor Francisco González de Posada, que acaba de ofrecer mis signos de identi- dad emparejados con la elegancia estética y la ge- nerosidad hacia mi trayectoria personal. No puedo dejar de suscribir esta gratitud con un gran abrazo ahora mismo. Mi antigüedad académica de cuarenta años se la debo agradecer a la Real Academia Nacional de Me- dicina de España que, presidida por el profesor Be- nigno Lorenzo Velázquez, me dispensó el honor de elegirme académico numerario en 1978, cuando me encontraba en plena actividad como catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, recién lle- gado a Madrid. La vida académica prolongada durante ocho lustros me ha proporcionado la fortuna de convivir con tres generaciones sucesivas de colegas eminentes, estimados amigos o admirados compañeras y com- pañeros. Desde esta atalaya de una vivencia académica cua- dragenaria contemplo mi existencia (por cierto, un tanto trepidante o distresada desde la adolescencia) como hilvanada por una trama vertebrada en fun- ción del adagio extraído del poeta lírico griego Pín- daro (el más notable y admirado por sus odas y por su singular encanto): Llega a ser el que eres . La con- sistencia de mantenerme fiel a mí mismo contó con el sólido respaldo prestado primero por mis ejem- plares progenitores, un padre víctima política, y des- pués con el soporte proporcionado por mis cariño- sas hijas, las tres competentes profesionales especia- lizadas en ciencias psíquicas (psicología, psicotera- pia y psiquiatría). Desde la época adolescente juve- nil hasta hace cuatro años, en que se produjo su fa- llecimiento, fue mi apoyo personal día a día el amor de mi esposa y colaboradora científica María Dolo- res San Martín. Mi dicción asturiana debía de andar por los suelos en alguna ocasión. Todavía recuerdo hoy con humor festivo cómo el jefe del aeropuerto de Buenos Ai- res me tomó por italiano y cuando advirtió su error se apresuró a disculparse con presteza alegando: “Es que usted habla bien el español pero no lo habla bien del todo”. He contado con la suerte de no conceder mayor im- portancia a los peñascos que trataban de obstruir mi senda profesional. Por fortuna, nunca me sentí afec- tado por la química del resentimiento, al menos que yo sepa. Es obvio que comparto con la mayoría de los lla- mados trabajadores profesionales, entregados a una profesión liberal, la dedicación a un trabajo clasifi- cado como “trabajo excesivo entusiasta”, esto es, un trabajo absorbente vivido como una entrega volun- taria satisfactoria, a la que se agrega en mi caso el privilegio de tratarse del ejercicio clínico de Medici- na. El ser médico se convirtió para mí de inmediato al mismo tiempo en mi realidad concreta y mi filo- sofía de vida. Vive actualmente la Medicina un curso transhistó- rico configurado como una etapa de cambios ace- lerados, establecidos por el imperativo de la tecno- logía. Corresponde a la Psiquiatría velar por la pre- servación de las funciones sustantivas permanentes de la Medicina, organizadas en torno a una dedica- ción suficiente a escuchar al paciente con simpatía en el marco de un diálogo con participación em- pática en su vida y sus dolencias, todo lo cual hace legítimo distinguir a esta Medicina como la única Medicina que merece el título de “Medicina Perso- nalizada”. Se impone preservar la Medicina así en- tendida, basada en el diálogo con el enfermo, ha- ciéndola compatible con los admirables progresos tecnológicos. La personalización del enfermo no ha dejado de ser incluida en la moderna corriente de la Medicina ti- tulada con ambición Medicina de Precisión . Si bien, no siempre se ha reconocido así, la definición de Autor para la correspondencia Francisco Alonso Fernández Real Academia Nacional de Medicina de España C/ Arrieta, 12 · 28013 Madrid Tlf.: +34 91 159 47 34 | E-Mail: franciscoalonsofernandez@hotmail.com D I S C U R S O S , L A U D A T I O S Y E X P O S I C I O N E S CONTESTACIÓN AL HOMENAJE A LA ANTIGÜEDAD ACADÉMICA. INSTITUTO DE ESPAÑA REPLAY TO HOMAGE TO ACADEMIC SENIORITY. INSTITUTE OF SPAIN Francisco Alonso Fernández Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina de España - Psiquiatría Catedrático de Psiquiatría y Psicología médica de las Universidades de Sevilla y Complutense de Madrid

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