Anales de la RANM

243 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 BASES MOLECULARES DEL HIPOCRECIMIENTO HUMANO Jesús Argente Oliver An RANM · Año 2018 · número 135 (03) · páginas 242 a 253 • Las tallas que se sitúan por debajo de – 2 SDS (per- centil 2,3) para la edad, sexo y etnia del sujeto (≈ per- centil 3/ – 1,88 SDS). • Las tallas que aun estando entre ± 2 SDS para la po- blación general, se sitúan más de 2 SDS por debajo del carril de crecimiento correspondiente a su talla genética. • Predicción de talla adulta: más de 2 SDS por debajo de la talla genética. • Una velocidad de crecimiento que se mantiene per- sistentemente disminuida. Al igual que ocurre con la talla, no existe un consen- so que establezca con claridad qué es una velocidad de crecimiento disminuida, aunque suele considerar- se como “potencialmente” patológica, cuando es infe- rior a – 1 SDS (≈ percentil 25) para la edad y sexo, pero mantenida durante más de 2-3 años. En la práctica clínica, el hipocrecimiento patológico es la manifestación de muchas patologías, constituyendo un verdadero Tratado de Pediatría el establecimiento de un diagnóstico preciso. Según se mantengan o no las proporciones normales entre los distintos segmentos corporales el hipocreci- miento se considera armónico o disarmónico. Los hi- pocrecimientos disarmónicos representan un mínimo porcentaje de los hipocrecimientos y en su mayoría son de base genética (osteocondrodisplasias). Mayor complejidad supone el enfrentamiento al diag- nóstico molecular de las diferentes enfermedades pe- diátricas y endocrinológicas que se han ido descu- briendo en los últimos veinte años: deficiencia aisla- da de hormona de crecimiento, deficiencia combinada de hormonas hipofisarias, resistencia a la acción de la hormona de crecimiento, alteraciones en el gen IGF-I y su receptor, alteraciones en el gen de IGF-II y anoma- lías en el gen de la proteína transportadora ácido lábil del complejo ternario (IGF-I, IGFBP-3 y ALS) circu- lante, cuya excisión por proteasas permitirá a los facto- res de crecimiento ejercer o no su acción sobre el cartí- lago epifisario generando el crecimiento físico de for- ma adecuada o anómala (2). El establecimiento de la incidencia o prevalencia de los hipocrecimiento en un momento dado es cierta- mente complejo (3). Si se considera aisladamente el concepto estadístico de talla baja (< – 2 SDS), el 2,3 % de la población entraría en el concepto hipocreci- miento. No obstante, el número de niños que se mi- den en los estudios poblacionales es insuficiente para determinar con fidelidad los extremos de la curva de Gauss que representa la distribución de la talla y, dado que es más factible que el crecimiento se vea severamente frenado que fuertemente acelerado, es probable que el porcentaje de tallas bajas sea mayor del 2,3 %. Por último, en el concepto de hipocreci- miento se incluyen otros criterios, por lo que, puede presumirse que, el número de niños con hipocreci- miento en un momento dado sería superior al 3-5 % de la población infantil. Dentro de los hipocrecimientos, clásicamente, se han diferenciado dos grandes grupos etiopatogénicos: los hipocrecimientos considerados como normales o “va- riantes normales de talla baja” (VNTB) y los hipocreci- mientos patológicos. En la actualidad ( Tabla 1 ), tienden más a clasificarse como hipocrecimientos de causa co- nocida o desconocida (talla baja idiopática – TBI-) (4,5) 3.1. Hipocrecimientos de causa conocida Representan el 20 % del total, siendo la consecuencia de trastornos patológicos que alteran la capacidad de creci- miento intrínseca de los tejidos (osteocondrodisplasias, alteraciones del metabolismo óseo, retrasos de crecimien- to intrauterino, cromosomopatías y síndromes dismórfi- cos), sus mecanismos reguladores (hipocrecimientos de causa endocrinológica) o el ambiente interno (malnutri- ción y patología crónica en diferentes órganos y sistemas) y emocional del niño (hipocrecimiento psicosocial). Desde un punto de vista etiopatogénico y diagnóstico ( Tabla 1 ), es útil tener en consideración el momento de su inicio (pre o postnatal) y si se conservan o no las pro- porciones corporales normales (armónicos o disarmóni- cos). Los hipocrecimientos de inicio prenatal (6) suelen ser el resultado de una agresión al ambiente fetal o de un defecto genético; por el contrario, los de inicio postnatal suelen responder a una agresión iniciada fuera del perío- do de vida intrauterino. En lo que se refiere al manteni- miento o no de la armonía corporal, los hipocrecimientos disarmónicos son siempre patológicos; mientras que, los armónicos pueden ser normales o patológicos. 3.1.1. Hipocrecimientos de inicio prenatal Se considera a un recién nacido (RN) como pequeño para su edad gestacional (RNPEG), cuando su peso (PRN) y/o longitud (LRN) al nacimiento se encuentran, al menos 2 SDS por debajo de la media para su edad gestacional (≤ – 2 SDS) (7). En los países desarrollados, sólo el 4-7 % de los RN son RNPEG; sin embargo, es una de las causas más importantes de talla baja, ya que este antecedente se encuentra en el 20% de los adultos con talla baja. El patrón de crecimiento de los RNPEG suele ser caracte- rístico. En efecto, alrededor del 80-90 % experimentan un crecimiento de recuperación, parcial o total, durante el primer o segundo año de vida y alcanzan una talla dentro de la normalidad (± 2 SDS). Por el contrario, el 10-20 % restante mantiene la talla baja después de los 2 años y en el 50 % de éstos la talla final será baja. La edad ósea (EO) suele estar retrasada, pese a lo cual la pubertad se inicia habitualmente a una edad normal o incluso ligeramente adelantada, alcanzando una talla final baja, que en la ma- yoría de los casos es similar en SDS a la talla prepuberal. INCIDENCIA ETIOPATOGENIA Y CLASIFICACIÓN

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