Anales de la RANM

248 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 BASES MOLECULARES DEL HIPOCRECIMIENTO HUMANO Jesús Argente Oliver An RANM · Año 2018 · número 135 (03) · páginas 242 a 253 bertad, puede ser el mecanismo de adaptación a la disminución de nutrientes, sin que se altere la rela- ción peso/talla u otros marcadores clínicos/bioquími- cos de malnutrición. En este proceso adaptativo, todo el sistema hormonal esta implicado ( Figura 4 ), pero son de especial importancia, las alteraciones en el eje hipotálamo-hipófiso-gonadal (retraso puberal) y, es- pecialmente, en el eje de la hormona de crecimiento (GH), donde se produce una insensibilidad a la GH con niveles séricos normales o aumentados de GH y disminuidos de IGF-I (factor de crecimiento seme- jante a la insulina número 1) e IGFBP-3 (proteína de transporte de IGFs número 3). En lo referente a los déficits aislados de micronu- trientes, se ha demostrado que, además de las deficien- cias de calcio y fósforo, algunos oligoelementos como: iodo, hierro, cobre, cromo y zinc, son capaces de provo- car cuadros de retraso de crecimiento en humanos. En los déficits vitamínicos aislados, la alteración del creci- miento no suele ser una manifestación clínica precoz, con excepción de la vitamina D, que al igual que el cal- cio y el fósforo, está directamente implicada en el proce- so de mineralización y crecimiento del hueso. 3.1.4. Infecciones e infestaciones recurrentes Son características de los países subdesarrollados, donde los procesos infecciosos y parasitarios, espe- cialmente gastrointestinales, actúan de manera sinér- gica con la malnutrición en la génesis del fracaso de crecimiento ( Figura 3 ). En los países desarrollados, las infecciones recurrentes son poco frecuentes, pero cuando alteran el crecimiento, suelen reflejar la exis- tencia de malformaciones anatómicas (renales y pul- monares, entre otras) o inmunodeficiencias subya- centes (SIDA) y contribuir al fracaso de crecimiento asociado a otras patologías crónicas. La malnutrición parece ser el principal mecanismo fisiopatológico im- plicado en estas formas de hipocrecimiento; ya que, la alimentación suplementaria durante los períodos de infección parece evitar o al menos disminuir sus re- percusiones negativas sobre el crecimiento. 3.1.5. Enfermedades crónicas El fracaso en el crecimiento y la talla baja consiguiente son hallazgos habituales en los niños que padecen enfer- medades crónicas; de hecho, prácticamente, cualquiera de ellas puede producirlo si es lo suficientemente intensa y duradera ( Tabla 1 ). Al menos, un 10-15 % de los hipo- crecimientos es debido a enfermedades crónicas y es pro- bable que se incremente a medida que lo haga la supervi- vencia de muchas enfermedades crónicas (1). Los factores etiopatogénicos implicados en el fracaso del crecimiento asociado a las enfermedades crónicas son múltiples y varían dependiendo de la enfermedad de base, pero suelen estar en relación con: malnutrición, alteracio- nes metabólicas, efectos secundarios de la terapia, infeccio- nes sobreañadidas y, posiblemente también, con los tras- tornos psicológicos que acompañan al padecimiento de una enfermedad crónica. Dentro de ellos, la malnutrición, a la que se puede llegar por múltiples mecanismos, es uno de los factores más importantes y constantes (1,2). En lo que se refiere a las manifestaciones clínicas, las es- pecíficas de la enfermedad de base serán, en la mayoría de los casos, las predominantes en el cuadro clínico y el fra- caso del crecimiento será sólo un síntoma más. No obs- tante, en determinadas patologías, como: el hipocreci- miento nutricional, la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria intestinal o la acidosis tubular renal, entre otras, el hipocrecimiento puede ser, durante años, el úni- co o el principal síntoma de la enfermedad subyacente. El patrón de crecimiento suele ser similar en todas ellas. La aparición de la enfermedad va a determinar un en- lentecimiento más o menos marcado del ritmo de creci- miento que suele acompañarse de un retraso simultáneo de la maduración ósea y del desarrollo puberal. En caso de curación o mejoría significativa, se producirá una “cre- cimiento de recuperación” que puede permitir recuperar, Figura 3. Representación del binomio malnutrición-infección. Inte- rrelación entre malnutrición e infecciones e infestaciones recurrentes en la génesis del hipocrecimiento. Figura 4. Respuesta endocrinológica a la malnutrición calórico- proteica. GH: hormona de crecimiento; IGF-I: factor de crecimiento semejante a la insulina número 1; GnRH: hormona hipotalámica liberadora de gonadotropinas; LH: hormona hipofisaria luteoestimu- lante; FSH: hormona hipofisaria foliculoestimulante; NA: noradre- nalina; T3: triyodotironina.

RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=