Anales de la RANM

271 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 ENVEJECIMIENTO Y ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES José Ramón de Berrazueta Fernández An RANM · Año 2018 · número 135 (03) · páginas 266 a 280 Las enfermedades del aparato cardiovascular redu- cen la RESERVA CARDIACA que la definimos como el porcentaje máximo de aumento en el gasto cardíaco (GC) que puede alcanzarse en esfuerzo máximo sobre el gasto en reposo. El GC es el volumen latido por la frecuencia cardiaca, en relación a la superficie corpo- ral del individuo (Indice Cardiaco). En el adulto joven sano la reserva cardíaca es del 300 % al 400 %. El fun- cionamiento del corazón está influido por las deman- das de trabajo y la capacidad de la circulación corona- ria para cubrir sus necesidades metabólicas. La capaci- dad del corazón para incrementar su gasto de acuerdo a las necesidades del organismo depende de 4 factores hemodinámicos bien conocidos: Contractilidad, Volu- men circulante o precarga, Resistencia al acortamiento o postcarga y Frecuencia Cardiaca. A pesar de los cambios que se van produciendo en la vejez, el anciano tiene mecanismos que le permiten compensar desde el punto de vista clínico los cambios que se van produciendo, que tan solo limitan la situa- ción en esfuerzos máximos o ante demandas máximas de flujo o actividad cardiovascular, como ocurre en un ejercicio físico extenuante o una enfermedad aguda, como puede ser un cuadro febril o un proceso respi- ratorio que descompense al paciente, por no presentar una adecuada reserva funcional cardiaca. Cuando los cambios se acentúan se produce el deterioro funcio- nal, que es fácil de establecer por consenso médico en los extremos, o cuando está asintomático o presenta la clínica en reposo. A partir de unos determinados lími- tes establecidos por consenso, comenzamos a hablar de enfermedad, en este caso cardiovascular. El envejecimiento cardiovascular se caracteriza por los cambios en la estructura y en la función de las distin- tas partes del sistema, cambios en el control autonó- mico y por el desarrollo de enfermedades CV caracte- rísticas de la edad avanzada. Sin embargo todos estos cambios y enfermedades pueden ver modificada y re- trasada su evolución dependiendo principalmente de los cambios en el estilo de vida que adopte la persona y de la prevención que se haga de las mismas. Los cambios estructurales del sistema CV ocurren a nivel miocárdico, vascular, coronario, del tejido de conducción y de las válvulas (23,24). Los cambios miocárdicos se caracterizan por el au- mento de tamaño y el peso del corazón, debido a la hipertrofia de los cardiomiocitos, aunque disminuye el número de los mismos, lo mismo que la cantidad de elastina y colágeno. Esto conduce al aumento de la masa miocárdica que progresa de 1 – 1,5 gramos por año entre los 30 y 90 años, con engrosamiento de la pa- red posterior y del septum. También aumenta la grasa pericárdica y se puede producir hasta en el 50% de los individuos de edad avanzada un depósito de amiloide y lipofuscina. El 35% del total de miocitos ventricula- res muere entre los 30 y 70 años de edad; esta pérdida es más acentuada en hombres que en mujeres. El Sistema Vascular se modifica con cambios a prác- ticamente todos los niveles. Las arterias de grueso ca- libre se hacen más rígidas y de mayor diámetro. Des- de el punto de vista estructural se produce la fragmen- tación de la elastina en la lámina elástica interna y la media, con un incremento en la cantidad y entrecru- zamiento de las fibras de colágeno en la capa media. Por otra parte los cambios a partir del daño de la capa endotelial, conducen al aumento del depósito de lípi- dos en la capa subendotelial, lo que induce los cam- bios que llevan a desarrollar el proceso arterioscleroso, que puede llegar a la calcificación de la media arterial, aunque la persona no haya presentado ninguna clíni- ca. Todos estos cambios hacen a las arterias más rígi- das, menos elásticas. Localmente, la aorta disminuye su elasticidad, aumenta el calibre y se hace tortuosa. Las arterias coronarias aumentan su longitud y ampli- tud, y se hacen más tortuosas. Las células endoteliales cambian tanto su morfología como su función, se ha- cen más susceptibles al daño por estrés oxidativo y ra- dicales libres, conduciendo a la disfunción endotelial. El aparato valvular , se ve afectado de forma general, principalmente la válvula aórtica , que es la que sopor- ta mayor estrés y presiones más elevadas. Esto conduce a un proceso similar a la arteriosclerosis, por tanto un proceso inflamatorio crónico que produce aumento de la rigidez valvular, fibrosis y calcificación progresiva. Comienza muchas veces por el engrosamiento y for- mación de nódulos en los márgenes de los velos val- vulares. La válvula mitral aunque en menos porcen- taje, sufre un proceso degenerativo similar a la válvula aórtica, lo que conduce a la alteración en los músculos papilares, calcificación del anillo y aparato valvular, al acortamiento y adelgazamiento de las cuerdas tendi- nosas y más tarde elongación y rotura de cuerdas ten- díneas. La válvula tricúspide suele degenerar con un engrosamiento nodular fibroelástico ligero. La válvula pulmonar apenas se ve afectada por la edad. Cambios estructurales en el Sistema de Conducción Cardiaca : A nivel del Nodo sinoauricular se produ- ce una disminución en el número de las células mar- capasos, el 90% de las células presentes a los 20 años han desaparecido a los 75 años. Esta reducción de cé- lulas se acompaña del desarrollo de fibrosis y depósitos CAMBIOS ESTRUCTURALES Y FUNCIONALES CARDIOVASCULARES Figura 5. Reserva funcional. Diferencia entre la mínima ca- pacidad física o mental para realizar su función normal co- tidiana o basal y el máximo que se logra alcanzar ante la mayor demanda posible

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