Anales de la RANM
12 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 S U P L E M E N T O APARICIÓN Y DESARROLLO DEL LENGUAJE HUMANO José E. García-Albea An RANM · Año 2018 · 135(02) · Supl.01 · páginas 9 XV Curso de fundamentos moleculares de la Medicina a 21 ma de procesamiento que opera sobre información lingüística e, incidentalmente, sobre otros tipos de información. En ese camino nos vamos a encontrar con procesos perceptivos, de memoria, de inferencia o razonamiento, así como de generación de mensajes (o intenciones comunicativas), de planificación y de programación motora. Todo un sistema cognitivo en acción, del que se trata de caracterizar su estructura y principales procesos básicos. Un posible modelo ilustrativo de dicho sistema cognitivo aparece bas- tante simplificado en la Figura 3. Una de las hipótesis de trabajo más influyentes en la investigación psicolingüística es la hipótesis de la mo- dularidad (8, 9, 10), por la que en principio se trata de determinar hasta qué punto el tipo de procesos ope- rativos se llega a corresponder con los tipos de infor- mación propios de la competencia lingüística, como pueden ser la información fonético/fonológica, la in- formación morfo-léxica, sintáctica y, si llega el caso, la información semántica y pragmática. De entrada, y como muestra la Figura 3, parece inevitable recurrir al menos a tres tipos de operaciones entre el input sen- sorial y el output conceptual/proposicional (en el caso de la comprensión): descodificación fonológica, acce- so al léxico y análisis sintáctico ( parsing ). Y algo pare- cido, aunque en orden previsiblemente inverso, habría que postular en el caso de la producción, entre el input conceptual/proposicional y el output motor: formula- ción de un marco sintáctico, selección léxica y codifi- cación fonológica. Más allá de las diferencias obvias entre comprensión y producción, el grado de solapa- miento que pueda darse entre ambas facetas de la ac- tuación lingüística sería un buen test para probar, en primer lugar, el grado de correspondencia entre “gra- mática” y “procesador”, es decir entre competencia y actuación ; para probar, en segundo lugar, el grado de modularidad del sistema cognitivo encargado del len- guaje; y en tercer lugar, para clarificar el papel funcio- nal que corresponde a los mecanismos neurobiológicos implicados en el lenguaje. Aunque esto último será ya objeto de la tercera pregunta que planteamos y corres- ponde a otro nivel de explicación. 2.3. ¿Cómo están realizados físicamente dicho conocimiento y la capacidad que lo sustenta? Nos preguntamos ahora por el órgano del lenguaje en el sentido más literal del término, es decir, por las bases neurobiológicas del lenguaje. Nos hallamos así en el nivel propio de la neurolingüística (en términos de A. Luria) o, en expresión más reciente, en el nivel propio de la neurociencia cognitiva del lenguaje . Des- de dentro del enfoque generativista, y teniendo tam- bién presentes los aspectos de la maduración biológi- ca y de la historia evolutiva, es lo que hoy se recono- ce como el programa de la biolingüística , con antece- dentes en la ya famosa obra de E. Lenneberg Biologi- cal Foundations of Language (11) y exponentes más recientes, entre múltiples publicaciones actuales so- bre el tema, como el de la obra de M.A.Di Sciullo y C.Boeckx The Biolinguistic Enterprise (12) o el libro de A. Friederici Language in our brain (13). La agenda de investigación en este terreno es prác- ticamente inabarcable, al tratar de responder a pre- guntas sobre cuáles son los mecanismos de la imple- mentación y –más difícil todavía– sobre cómo se pro- duce dicha implementación, teniendo en cuenta las distinciones ya introducidas en los apartados anterio- res así como los distintos estratos neurobiológicos en que se puede llevar a cabo la implementación (desde la descripción “macro” de los centros y vías neurona- les, pasando por los tipos de neurotransmisores en las sinapsis, hasta llegar a los componentes molecula- res intracelulares, que cada vez adquieren mayor re- levancia (14). Por el momento, nos tenemos que conformar con la constatación de correlaciones fiables entre estructu- ras neuronales y funciones lingüísticas, tanto en lo que corresponde al componente central como en lo propio de los componentes de interfaz periféricos. Además de los datos clínicos de los trastornos del lenguaje (principalmente, de las afasias) y de los ma- pas corticales elaborados a partir de las observacio- nes realizadas en situaciones de cirugía cerebral, hay Figura 3. Modelo simplificado del procesamiento de información en la comprensión y la producción del lenguaje
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