Anales de la RANM

32 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 S U P L E M E N T O LA COMUNICACIÓN GESTUAL. TEORÍA DE LA MENTE Y NEURONAS ESPEJO Emilio García García An RANM · Año 2018 · 135(02) · Supl.01 · páginas 22 XV Curso de fundamentos moleculares de la Medicina a 33 Se analizan dos marcos teóricos para la investigación de los procesos comunicativos humanos, particular- mente la comunicación gestual. Los seres humanos nos comunicamos mediante el lenguaje y los gestos. Pero la comunicación gestual es previa a la comuni- cación lingüística, tanto filogenéticamente como on- togenéticamente. En la evolución humana se utiliza- ron gestos antes de conseguir el lenguaje, y los infan- tes humanos se valen de gestos antes de poder hablar. Los estudios de D. Premack y G. Woodruff, en 1978, sobre la teoría de la mente en chimpancés iniciaron un camino de investigaciones sobre las capacidades de primates y humanos para comunicarse. La teoría de la mente ha proporcionado el marco teórico para estas in- vestigaciones. En 1992, un grupo investigador en la Uni- versidad de Parma, liderado por G. Rizzolatti publicó un artículo sobre las neuronas espejo, que muy pronto de- sató un entusiasmo desbordante, no exento de polémi- ca. V. Ramachandran llegó a profetizar que tal descubri- miento estaba llamado a desempeñar en psicología un papel semejante al que había tenido en biología la deco- dificación de la estructura del ADN. Por primera vez se había encontrado, a nivel neuronal, una conexión direc- ta entre percepción, acción, intención, emoción y me- moria que permitía explicar muchos fenómenos, parti- cularmente la imitación, empatía y la intersubjetividad. Las neuronas espejo posibilitan comprender las in- tenciones de otras personas y también compartir sus emociones. Permiten ponerse en lugar de otros, leer sus pensamientos, sentimientos, lo que resulta funda- mental en la interacción social. La comprensión in- terpersonal se basa en que captamos las intenciones y motivos de los comportamientos de los demás. Cir- cuitos y redes neuronales simulan subliminalmente las acciones que observamos, lo que nos permite iden- tificarnos con los otros, de modo que actor y obser- vador se hallan en estados neuronales muy semejan- tes. Somos criaturas sociales y nuestra supervivencia depende de entender las intenciones y emociones que traducen las conductas manifiestas de los demás. Las neuronas espejo permiten entender la mente de nues- tros semejantes, no a través de razonamiento concep- tual, sino directamente, sintiendo y no pensando. Los sistemas neuronales con los que nace un niño se van cableando y desarrollando gracias a las experien- cias en el medio. Las redes neurales se van conforman- do integrando y diferenciando en una compleja conec- tividad intercortical e intracortical. El recién nacido puede imitar la mímica de sus padres; a los 12 meses puede anticipar y entender las intenciones de los actos que observa; a los 18 meses es capaz de seguir las ac- ciones e imitarlas de manera consciente; a los 4-5 años ha elaborado una compleja teoría de la mente. Podemos suponer que las redes de neuronas espejo están más presentes en determinadas regiones del ce- rebro, y con gran conectividad en esas áreas, lo que se denomina conectividad intracortical; pero también esos sistemas espejo conectan con otras áreas cerebrales me- diante redes muy distribuidas en el sistema global del cerebro, que se denomina conectividad intercortical. El cerebro humano se va reestructurando y configu- rando a partir de las experiencias en el medio físico y social, hasta conseguir integrar unos sistemas neu- rales que posibilitan no sólo la percepciones-acciones sino las intenciones-emociones, cada vez más com- plejas y diferenciadas, lo que desde otro marco ex- plicativo se ha teorizado como teoría de la mente. En las primeras etapas de desarrollo los sistemas espe- culares permitirían una comprensión e interacción con el otro desde una modalidad que podemos califi- car de procedimental, implícita y pragmática. Con los aprendizajes y experiencias de socialización los siste- mas neurales incorporarían nuevos formatos de re- presentación más explícitos, semánticos y conscien- tes, posibilitando la lectura de la mente del otro y la propia autoconciencia, la comprensión e interacción social, la teoría de la mente. Las capacidades propias de la teoría de la mente se van conformando en un proceso evolutivo gradual desarrollando a lo largo de la vida a partir de los siste- mas neurales, que van almacenando informaciones y sensaciones sobre nuestros propios estados de ánimo. Las experiencias propias son básicas para compren- der lo que sienten los otros. Sólo podemos compren- der y sentir los estados mentales de alguien, sus pen- samientos, intenciones, emociones, y anticipar sus comportamientos, si antes hemos vivido experiencias similares en nuestro propio cuerpo. Nuestras propias experiencias son necesarias para comprender y com- partir las vivencias de los otros. Próximas investigaciones y nuevos avances tecnoló- gicos permitirán en los próximos años identificar y mapear el conjunto de circuitos y redes neuronales que están a la base de las capacidades diversas en la comunicación, desde los comportamientos más ges- tuales, automáticos y emocionales, a los más cogniti- vos y conscientes. 1. 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