Anales de la RANM

50 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 LA TRANSFORMACIÓN DE LA PUBLICACIÓN CIENTÍFICA Julio Mayol Martínez An RANM · Año 2019 · número 136 (01) · páginas 49 a 53 La primera revista científica periódica surge en el siglo XVII con la aparición de Philosophical Transactions (2), la revista de la Royal Society, que como una inicia- tiva financiada por su secretario, Henry Oldenburg, empezó a publicar artículos en 1665. Este hecho la convierte en la primera revista dedicada a la difusión de la ciencia. Entre los autores más famosos a lo largo de su historia se encuentran Isaac Newton, Benja- min Franklin, Charles Darwin, Alan Turing o Stephen Hawking. Caroline Herschel fue la primera mujer en publicar un artículo, que versaba sobre astronomía, en 1787. Inicialmente, los trabajos remitidos a las revistas científicas eran seleccionados y revisados por el edi- tor como criterio de calidad. No fue hasta la mitad del siglo XX cuando se puso en marcha el sistema de revisión por pares (“peer review”) para evaluar la calidad y decidir la publicación (3). Brevemente, el editor/director de la revista remite el artículo a dos, o a veces tres, expertos (si no hay acuerdo entre dos) que, tras revisar el artículo, hacen recomendaciones de aceptación/revisión/rechazo de la publicación. La labor de los revisores no está recompensada mone- tariamente. Desde su aparición, las revistas científicas han venido desempeñando cuatro grandes funciones que tienen como destinatarios tanto a los autores como a los lec- tores (4): 1. Registro: las publicaciones dan fe de la autoría de una idea con su fecha. 2. Certificación: garantía de calidad de la publica- ción a través de la evaluación por pares 3. Divulgación: diseminación de la información a la audiencia que sigue a la marca 4. Archivo: mantenimiento de un registro de la publicación de manera estable. La relevancia de estas cuatro funciones para el pro- greso de la investigación y de las carreras académi- cas de los investigadores condujo a que "a lo largo de la segunda mitad del siglo XX" creciera el número de artículos científicos publicados casi exponencial- mente, a la vez que aumentaba el número de revistas disponibles en todos los campos de la ciencia. Especialmente sorprendente ha sido el incremento de las publicaciones en el terreno de la biome- dicina. Tal como se representa en la Figura 1, y que corresponde a una búsqueda en la base de la National Library of Medicine de los Estados Uni- dos (PubMed/Medline), las publicaciones pasaron en treinta años de 59.063 artículos con la palabra clave “Medicine” en 1988 a 415.355 artículos con la misma palabra clave en 2018. El incremento fue igualmente significativo pero menor en cuanto a publicaciones que incluyeran la palabra clave “Sur- gery”. En este caso se pasó de 57.030 artículos en 1988 a 184.056 en 2018. El resultado es que el mercado de las publicaciones científicas, tecnológicas y de medicina alcanzó miles de millones 2017, con más de 110.000 empleos en todo el mundo, de los que el 40% están en Europa (4). Las fuentes de ingresos fundamentales son las bibliotecas académicas (Figura 2). En este clásico modelo de negocio, los autores ceden sus derechos a las editoriales, a la vez que las insti- tuciones académicas pagan por el acceso a las publi- caciones que, en su mayoría, se han producido con financiación pública. LA REVISTA CIENTÍFICA TRADICIONAL Figura 1. Evolución de las publicaciones registradas en Medline y accesibles con Pubmed con las palabras clave: Medicine y Surgery. Figura 2. Tamaño del mercado de las publicaciones médicas en inglés y fuentes de financiación para el modelo clásico de revistas.

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