Anales de la RANM
84 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 LA CONTRIBUCIÓN DEL SEGURO SANITARIO PRIVADO A LA CREACIÓN, MANTENIMIENTO Y FUTURO DEL SNS Francisco Ivorra Miralles An RANM · Año 2019 · número 136 (01) · páginas 81 a 85 su velocidad y su capacidad de memoria cada 18/24, meses el resultado será que los ordenadores probable- mente superaran a los humanos en inteligencia en los próximos cien años. Cuando una IA supere a los hu- manos en el diseño de mas (IA) podemos enfrentar- nos a maquinas cuya inteligencia supere a la nuestra en mas de lo que la nuestra supera a la de los caracoles, nos dice Stephen Hawking. Cuando esto suceda debe- mos asegurarnos de que los ordenadores tengan obje- tivos compatibles con los nuestros. No lograrlo podría ser nuestro peor error”. Podremos tener un médico de familia en nuestro telé- fono móviles (de hecho ya las tenemos) Pero aún más, alguna compañía ha anunciado que este mismo año, sacará al mercado teléfonos móviles 5G, con 100 veces mas velocidad que 4G, con menor consumo de energía y , sobre todo, no habrá latencia. Esto será una revo- lución en cuestiones como operaciones quirúrgicas a distancia o en realidad virtual aumentada, en palabras del Vicepresidente de Qualcomm. ¿Qué nuevas destrezas o habilidades quirúrgicas debe- rán tener nuestros cirujanos.? La conectividad que la informática ofrece y la actuali- zación de información que la inteligencia artificial (IA) aporta son, tan enormes, que superan las posibilidades de cualquier ser humano. En definitiva, una red de co- nocimiento permanentemente actualizada. Así pues, no sólo el liderazgo profesional, a mi criterio el liderazgo social médico también cambiará, y éste cam- bio deberíamos de liderarlo…,los Médicos. Me gustaría recordar en este instante una frase de Churchill: “Queremos muchos ingenieros en el mundo moderno, pero no queremos un mundo de ingenieros”. Creo y utilizo ahora las palabras del Premio Príncipe de Asturias, Mario Bunge, que se deberá de producir un “refinamiento conceptual”, donde los valores éticos sean perfectamente reconocibles; incluyendo los lími- tes, y el establecimiento de ciertas ,líneas rojas. Aunque también hay autores que indican “que no hay razones para suponer que los algoritmos no serán ca- paces de superar al humano medio incluso en ética”. Se habrán percatado que se refiere “al humano medio”, no al profesional médico formado, conocedor del alcance del sufrimiento que provoca la enfermedad y de la di- ficultad de la toma de decisiones. En este terreno, recientemente la Directora Gene- ral de la UNESCO, Audrey Azoulay, por cierto, Or- ganismo Internacional con el que colabora ASISA y que refrenda nuestras actuaciones en el campo de la Bioética, con motivo de la conferencia internacional sobre inteligencia artificial que se celebrará en Paris el mes de marzo, ha dicho que: “los propios profesio- nales que están trabajando en inteligencia artificial (IA) se hacen preguntas sin parar, y no quieren que se les deje solos en este debate”. La IA “ podría superar, en unas décadas, la capaci- dad intelectual humana y desafiar la relación huma- no-robot”.- ¿Se podrá desarrollar una voluntad propia en conflicto con la nuestra?. Stephen Hawking creo en 2016 un centro en Cambridge para abordar ciertas pre- guntas, muy preocupado por el rápido desarrollo de la IA. Es el centro Leverhulme dedicado a investigar el Futuro de la Inteligencia tan crucial para el futuro de nuestra especie. El Parlamento Europeo abordara regulaciones que ri- jan los avances en IA “ya que a medida que aumenta el número de áreas en la vida cotidiana afectada por ro- bots, debemos asegurarnos que los robots estén, y per- manezcan, al servicio nuestro”. En un mundo global, en el que las comunicaciones son más sencillas que nunca antes en la Historia, con- viven países cuyas legislaciones permiten determi- nadas actuaciones asistenciales y científicas, valga el ejemplo de China, otros donde las mismas prác- ticas están explícitamente prohibidas y otros donde, simplemente, existe un limbo legal, como ocurre, por ejemplo, con la denominada maternidad subrogada. Son otros peligros. Aquí deben de estar los médicos y, a mi criterio, tam- bién las aseguradoras…ofreciendo siempre garantías en las propuestas asistenciales y terapéuticas, las que aporten valor, las que no caigan en la manipulación del sufrimiento y que contribuyan a aportar longevi- dad a la vida. Permítanme que me refiera nuevamente a Harari, cuando nos dice:“La inteligencia artificial y la biotec- nología están ofreciendo a la humanidad el poder de remodelar y rediseñar la vida. Muy pronto alguien ten- drá que decidir cómo utilizar este poder, sobre la base de algún relato implícito o explícito acerca del signifi- cado de la vida”. Dejo una pregunta: ¿Deberán de par- ticipar los Médicos en esa decisión? Las entidades no deberemos limitarnos sólo a cubrir el “riesgo del siniestro”, esto no se compadece con nues- tros tiempos, ni con la moda hedonista que nos conta- mina, pero esa ….es la definición de seguro que hemos conocido; sin embargo, quizá el término “siniestro” también deba de ser redefinido. Todos podremos estar permanentemente monitorizados y, en consecuencia, se detectará antes la enfermedad- cuando no haya sín- tomas ni signos visibles- y habrá más enfermos. Claramente este panorama, ya real, cambia nuestras reglas del juego, las profesionales y las aseguradoras. Y el marco regulatorio: ¿cómo será?, ¿el sistema fiscal que conocemos ahora y que permite el sostenimiento de los sistemas públicos; cambiará? En un terreno más práctico: ¿tendrán sentido los cues- tionarios de salud previos a la suscripción de un segu- ro? Ya les adelanto la respuesta, puede que no, porque nuestros datos nos precederán. Todo lo anterior indica que el futuro en el sector ase- gurador sanitario será emocionante, en el que no de- beremos ser unos simples “agrupadores” que consigan mejores precios a los asegurados y más pacientes a los profesionales integrantes de nuestros cuadros médicos. Esto lo hará cualquier aplicación, hay más de 325.000 aplicaciones de salud en todo el mundo.
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