Anales de la RANM

115 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 UN PRESIDENTE DE LA RANM QUE VINO DE UN PUEBLO Pedro Sánchez García An RANM · Año 2019 · número 136 (02) · páginas 113 a 117 Pronto se dio cuenta de sus inclinaciones medicas. En la primavera de 1828 su tío le dijo que no podía ser un buen comerciante y amigos de su tío le convencieron de que el muchacho servía para cualquier carrera cien- tífica o literaria y que haría mal al no estimular sus buenas disposiciones. Convencido su pariente de sus inclinaciones accedió a que estudiara Medicina. El día 1 de octubre de 1823 comenzó sus estudios con gran brillantez. Por razones ajenas a él se vio forzado a tra- bajar como cirujano de segunda clase. Se casó y trabajó como cirujano de Pradena de la Sierra (Segovia) con un salario de 7000 reales al año de los cuales debía abo- nar 1800 al barbero o ayudante. Años mas tarde en Madrid logro el título de “Licenciado en Medicina”. (3) Había aprendido también por consejo paterno francés e inglés y ello le permitió la primera traducción del li- bro de Dance “. Guide pour l´etude de la clinique me- dicale.” Sobre la base de este manual con la ayuda de un amigo y compañero Don Matías Nieto Serrano pu- blicó “Exploración clínica práctica” bien aceptado en- tre estudiantes y médicos. Similar al Noguer y Molins de mis tiempos de estudiante en San Carlos. Escribió por entonces “Arte de los apósitos” y público una me- moria sobre el catarro pulmonar epidémico, llamado gripe. Aficionado a las letras desde pequeño le atraía los libros extranjeros. Así cayo en sus manos el librito Doussin y Dubreuil sobre el “Onanismo en las muje- res”. Como muchacho de veinte años, siempre escaso de dinero decidió traducir y publicar ese libro para conseguir algunos duros. Lo hizo a medias con un ami- go. Traducido, obtuvieron la obligatoria censura, difi- cilísimo en aquel tiempo y con aquel contenido. Tarde, pero se concedió no se sabe cómo. Puesto el librejo a la venta acudían en tropel los curiosos a comprarle por el morbo que originó. El ruido del éxito llego a las auto- ridades que, escandalizadas, lo prohibieron. Les llamó e interrogó el juez pero el editor ya había pagado 800 reales a cada uno de los autores. Ganaba también 24 reales al mes por clases que daba de repaso a condiscí- pulos de años anteriores. Tomo posesión como académico el 19 de mayo de 1863, ocupando el sillón numero 8, con un discurso ti- tulado “Consideraciones sobre la higiene pública y me- joras que reclama en España. La higiene municipal”. Fue nombrado presidente el día 30 de septiembre de 1864 y por segunda vez el 31 de octubre de 1870, en esta segunda ocasión no pudo tomar posesión por ra- zones de salud. Ello indica su valía y el respeto y reco- nocimiento que merecía a sus compañeros. Recuérdese que ya entonces las elecciones eran secretas en urna y totalmente democráticas. De él dice el entonces Secretario Perpetuo de la real academia Don Matías Nieto Serrano que asistía con puntualidad a las sesiones de la Academia (3,4). Fue miembro de la comisión de vacunaciones que él fundó. Nunca rehuía el trabajo. Mas bien echaba sobre si una parte del que bien distribuido correspondía a los demás miembros de la Academia. En cuanto su actuación como presidente, representó siempre a la colectividad nunca a si mismo ni a una fracción determinada. Depositario del espíritu tradicional de nuestra nobilísima academia, legó a sus sucesores el depósito confiado a su custodia acre- centado y en vías de progresiva prosperidad así como su interesante biblioteca, que aún se conserva. Personalmente descollaba su rectitud y bondad; nadie pudo quejarse de que la parcialidad torciera su juicio en sentido desfavorable de la justicia y la verdad. Aprecia- ba el mérito donde quiera que se encontrara y no se do- blegó jamás a defender una noble causa por motivos poco nobles. Se dice que su actividad fue de tal magni- tud que equivaldría a haber escrito 6 folios cada día de su vida. Recordemos que pocos días antes de su muerte le fue ofrecido un homenaje verdaderamente apoteósi- co en el Salón Fornos muy concurrido. Hubo que sus- pender tres días antes de la celebración el reparto de tarjetas. No se había presenciado un espectáculo tan impresionante desde el homenaje que se rindió al nove- lista español don Benito Pérez Galdós. Con ocasión del homenaje le fueron ofrecidos medallas, álbumes y algu- na condecoración. Falleció 10 días después de bronconeumonía con una sensación unánime de sentimiento y pesar en toda Espa- ña. En vida fue académico miembro de honor de corpo- raciones nacionales y extranjeras (Montpelier, Paris, Lon- dres, Roma, Milán) y recibió condecoraciones tales como la Cruz de Epidemias, la Gran Cruz de Isabel la Católica y la Cruz de la orden de Carlos III. Enumerar sus trabajos, charlas, publicaciones cae fuera del objetivo de esta publi- cación. Pueden encontrarse en la Real Academia Nacio- nal de Medicina. Siempre nuestro ilustre académico supo adelantarse en ideas y conceptos que están hoy de plena actualidad. Como ejemplo de sus publicaciones quiero enumerar el “Arte de los apósitos la Lepra en España”. “La mortalidad de los niños expósito”, Formulario especial para el tratamiento de las enfermedades venéreas, y De- fensa de la clase médica contra las pretensiones de ciruja- nos y practicantes. (Figuras 3 y 4) En política fue Alcalde Constitucional de Madrid Secre- tario del Consejo de Sanidad, Vocal del mismo Conse- jo, Consejero de Instrucción Pública y Diputado a Cortes en Madrid en dos ocasiones. Lógicamente ello le obligó al abandono momentáneo de la medicina. Es difícil imaginar la cantidad de artículos que salían de su mano, médicos y no médicos. En el campo de la medicina se distinguió como médi- co higienista y publicó miles de artículos y trabajos sobre todo en el Siglo Medico “en el Boletín de Medi- cina Cirugía y Farmacia y en la Gaceta Medica”. Parti- cularmente le intereso la Salud Publica, la asociación para los intereses de los profesionales de la medicina (5). Sus esfuerzos cristalizaron en la Fundacion de la llamada “.Alianza de las clases medicas.” precursora de los colegios médicos actuales. Intentó regularizar el INTERÉS POR LA MEDICINA MÉNDEZ ÁLVARO ACADÉMICO MÉNDEZ ÁLVARO EN POLÍTICA

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