Anales de la RANM

236 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 LOS CORONAVIRUS María del Carmen Maroto; Gonzalo Piédrola An RANM · Año 2019 · número 136 (03) · páginas 235 a 238 Todos los coronavirus se desarrollan exclusivamente en el citoplasma de las células infectadas. Su gema- ción se produce a vesículas citoplásmicas proceden- tes de las membranas del retículo endoplásmico pre- Golgi. Estas vesículas cargadas de virus son expulsa- das seguidamente por vía secretora exocítica (3). Las partículas víricas resultantes, aunque de 70-80nm, son pleomorfas. Los coronavirus son difíciles de cultivar a partir de los productos del enfermo. Algunas cepas se han desarro- llado en cultivos de células diploides humanas, pero la mayoría se han aislado en cultivos de órganos de tráquea humana embrionaria. Su crecimiento se de- muestra por el cese del movimiento ciliar y la observa- ción del virus por microscopia electrónica o micros- copía electrónica inmune. Sin embargo, algunas cepas se han podido adaptar en cultivos celulares, lo que ha permitido la práctica de encuestas serológicas en la población, mediante reacciones de neutralización, fi- jación del complemento y ELISA. Mediante la prime- ra se comprobó que alrededor del 50% de los niños de 5-7 años y el 80% de adultos presentan anticuerpos, que indican infecciones anteriores (4). Los coronavirus se identificaron en la década de 1960. Actualmente se clasifican en cuatro géneros (alfa, beta, gamma y delta-coronavirus), y siete varieda- des de ellos son conocidas como patógenos huma- nos (hCoV-), pertenecientes a los alfacoronavirus y a los betacoronavirus. Cuatro de ellos, denominados hCoV-229E, hCoV- NL63, hCoV-OC43 y hCoV-HKU1, causan infeccio- nes leves frecuentes y prácticamente infectan a todas las personas en diversas ocasiones en la vida (conjun- tivitis, infección respiratoria o gastrointestinal). En los últimos años, se han descrito tres brotes epi- démicos importantes causados por otros coronavirus: SRAS-CoV : El síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y SRAG) se ini- ció en noviembre de 2002 en la provincia de Guangdong (China), afectó a más de 8.000 personas en 37 países y provocó más de 700 muertes. La mortalidad del SRAS- CoV se ha cifrado en el 10% aproximadamente. MERS-CoV : El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita (5). Se han notificado hasta octubre de 2019 más de 2.400 casos de infección en distintos países, con más de 800 muer- tes. La letalidad es, por tanto, del 35%. El papel de los dromedarios en la difusión de este virus parece asegu- rado. Según se desprende del análisis de varios geno- mas, se cree que el virus se originó en murciélagos y se transmitió a los camellos en algún momento de un pasado lejano (6). Covid-19 : El 31 de diciembre de 2019 se comunicaron a la OMS varios casos de neumonía en Wuhan, una ciudad situada en la provincia china de Hubei. Se tra- taba de un agente no identificado, distinto a los cono- cidos. Una semana más tarde, el 7 de enero, las autori- dades chinas confirmaron que habían identificado un nuevo coronavirus, que provisionalmente se denomi- nó 2019-nCoV. Desde entonces el goteo de nuevos in- fectados por el coronavirus Covid-19 ha sido continuo y su transmisión de persona a persona se ha acelera- do. Los casos declarados de neumonía de Wuhan su- peran ya a los de la epidemia de SRAS, pero la tasa de mortalidad es más baja. El virus se encuentra clasifi- cado provisionalmente en el grupo de los betacorona- virus, y filogenéticamente muestra una secuencia ge- nética que coincide con la del SARS-CoV en un 80%. No obstante, en un principio, parece menos virulento y con una mortalidad significativamente inferior. En 1965, Tyrrell y Bynoe (7) cultivaron un virus ob- tenido de la vía respiratoria de un niño con resfria- do común, mediante pases en cultivos de tráquea em- brionaria humana. Posteriormente por microscopía electrónica se comprobó la presencia de partículas similares al virus de la bronquitis infecciosa de los pollos. A partir de ese momento el número de coro- navirus aislados de animales aumentó rápidamen- te, identificándose en enfermedades de ratas, rato- nes, pavos y otras aves, bovinos, camellos y dromeda- rios, rumiantes salvajes, ballenas beluga, perros, ga- tos, conejos y cerdos, con manifestaciones clínicas en el sistema digestivo, sistema nervioso central, híga- do y otros. Pero los estudios genéticos comprobaron que la relación genética más cercana era con los virus de los murciélagos. Así el MERS-CoV resultó tener una estrecha relación con los coronavirus de murcié- lago HKU4 y KHU 5 (8). El SRAS-CoV comenzó con la propagación de un virus del murciélago estrecha- mente relacionado, primero con civetas del Himalaya y otros animales de los mercados de animales salva- jes vivos. Y después al ser humano en la provincia de Guangdong (China); el virus se adaptó mediante mu- tación y probablemente por recombinación, hasta que se transmitió con facilidad entre seres humanos (9). Gran parte de los coronavirus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz o no necesitan trata- miento. De hecho, la mayoría de las personas contraen en algún momento de su vida un coronavirus, general- mente durante su infancia. Aunque son más frecuen- tes en otoño o invierno, se pueden adquirir en cual- quier época del año. Figura 2. Estructura genética y transmisión de los virus SARS-CoV y MERS-CoV y sus distintos tipos de transmisión: murciélagos y civeta en el primero, y murciélagos y dromedarios en el segundo (6)

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