Anales de la RANM

18 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 ASISTENCIA MECÁNICA RESPIRATORIA. ECMO. VENTILACIÓN LÍQUIDA Gabriel Téllez de Peralta An RANM · Año 2020 · número 137 (01) · páginas 10 a 21 De esta serie de 145 trasplantes, en 117 ocasiones (80,7%) se realizó trasplante bipulmonar y en los restantes 28 (19,3%) trasplante unipulmonar. El ECMO, en sus formas veno-venoso o veno-arterial tanto durante los periodos pre, intra o post trasplante hubo necesidad de utilizarlo en 51 pacientes, que representa el 35 % de la serie, mientras que en 94 (65%) no se utilizó. La mortalidad global precoz fue del 11% (16 de 145 trasplantados), aunque hay que señalar que en los trasplantes que no necesitaron ECMO fue de 5 casos en 94 pacientes, lo que representa el 5,3%. En contra- posición, la mortalidad en los pacientes que necesi- taron la ayuda del ECMO fue bastante más elevada (11 de 51 pacientes, es decir el 21,6%). Sin embargo, la supervivencia a medio plazo (3,2 años) fue similar en los dos grupos (ECMO vs. no ECMO, p=0.08). Respecto al grado funcional previo y postrasplante de pulmón (NYHA), el 79,3% de los pacientes se encontraban en grado 111 y IV preoperatoriamente, mientras que en el postrasplante, el 83% de los pacientes pasaron a encontrarse en grado I y 11 de la NYHA. Este seguimiento permitió sacar las siguientes conclu- siones: • La indicación del ECMO estuvo condicio- nada a aumentos de la presión media pulmonar superiores a 54 mm de mercurio. • La mortalidad hospitalaria fue significativamente mayor en los pacientes que precisaron ECMO, situación relacionada con la peor condición clínica de estos enfermos. • Tras superar el periodo postoperatorio hospita- lario, la calidad de vida y la supervivencia a medio plazo fueron semejantes en los pacientes que requirieron ECMO como en los que no lo precisaron. • El ECMO representa una alternativa segura y eficaz como soporte respiratorio y/o circula- torio en determinados pacientes sometidos a un trasplante de pulmón. La respiración líquida es una técnica, todavía experi- mental, aunque asistamos ya a una fase iniciática de aplicación clínica, de ventilación mecánica en la que los pulmones se insuflan con un líquido perfluoroquímico oxigenando más que con una mezcla de gas y oxígeno. La utilización de los perfluorocarbonos (PFCs) o perfluoroalcanos en su denominación más actual, una familia de compuestos derivadas del hidrocarburo donde los átomos de hidrógeno han sido reemplazados por átomos de flúor, ofrece ventajas en el tratamiento del daño pulmonar agudo superando al hidrógeno como transportador de O 2 y CO 2 , incluyendo: • Reducción de la tensión superficial, manteniendo un fluido intercambio (interface) con los alveolos. • Abriendo los alveolos colapsados por presión hidráulica, con bajo riesgo de barotrauma. • Proporcionando un reservorio en el que el O 2 y el CO 2 pueden intercambiarse con la sangre de los capilares pulmonares. • Funcionando como un eficiente intercambiador de calor. Antecedentes históricos Desde hace 350 millones de años, los peces han respirado líquidos a través de las agallas. Los mamíferos desarrollaron los pulmones para respirar aire. Raramente ocurren circunstancias en las que un mamífero necesita retrasar su reloj biológico para respirar a través de un medio líquido (12). Esta situación es particularmente cierta si la tensión superficial de la fase líquido-aire en el pulmón se incrementa, como ocurre en una lesión pulmonar aguda: se daña el surfactante pulmonar provocando el colapso alveolar, atelectasia, aumento del shunt derecha-izquierda y la hipoxemia. Con este tercer concepto, el trabajo de von Neergard (13) demostró que la presión necesaria para expandir un pulmón lleno con aire es casi tres veces mayor que la requerida para distender un pulmón relleno de líquido. Clark y Gollan (14), en 1966, observaron la posibi- lidad de mantener a los animales de experimentación totalmente sumergidos en medios oleosos saturados de O 2 (Fig. 21, rata de Clark). Shaffer y cols (15), en 1976 reportan la primera ventilación líquida (VL) en corderos pretérminos. Después de la Primera Guerra Mundial, las investi- gaciones para el tratamiento de la inhalación de gases venosos se llevó a cabo utilizando soluciones salinas aplicadas a pulmones, experimentalmente en perros. También contemporáneamente se estudió RESPIRACIÓN O VENTILACIÓN LÍQUIDA Figura 21. Rata de Clark

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