Anales de la RANM
19 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 ASISTENCIA MECÁNICA RESPIRATORIA. ECMO. VENTILACIÓN LÍQUIDA Gabriel Téllez de Peralta An RANM · Año 2020 · número 137 (01) · páginas 10 a 21 la respiración en medio líquido para aumentar las posibilidades de escapar desde las profundidades oceánicas en un submarino sumergido. Para suministrar suficiente cantidad de O 2 disuelto en la solución, los animales fueron sometidos a incrementos progresivos de la presión, en algunas ocasiones, por encima de las 160 atmósferas, que es la presión existente una milla por debajo de la superficie del mar. Sin embargo, el trabajo respira- torio era muy grande y los animales morían en pocos minutos con acidosis respiratoria. Por tanto, el líquido respirable para una utilización práctica debería disolver una gran cantidad de gases respiratorios a presión atmosférica. Relativamente hay pocos agentes que tengan estas propiedades, esencialmente tan solo los aceites de silicona y los PFCs. Cuando se comprobó que los aceites de silicona eran tóxicos, tan solo los PFCs resultaron susceptibles de ser utilizados. Propiedades fisicoquímicas de los perfluorocar- bonos (PFCs). Los PFCs fueron producidos por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial como parte del Proyecto Manhattan. Sus propiedades dependen de la unión de los átomos de F-C. Estas propiedades hacen de estos compuestos sustancias inertes, incoloras, inodoras, transparentes, no metabo- lizables ni transformables, insolubles en agua y débilmente solubles en lípidos. Su utilidad para la ventilación mecánica depende de su capacidad para disolver 20 veces más O 2 y 3 veces más CO 2 que el plasma, evaporándose más rápida- mente que el agua a temperatura corporal. Los PFCs no se metabolizan, eliminándose predominantemente por volatilizacion pulmonar junto con los gases respiratorios, y en muy escasa cantidad, se transpiran por la piel. Entre otras aplicaciones, también han sido aprobados para aplicaciones biomédicas como transportadores de O 2 , aplicados intravenosamente en situaciones de desastres, o como sangre sintética artificial en individuos que rechazan ser transfundidos, como los Testigos de Jehová, y también como sustituto del líquido de las cámaras oculares, o bien como agentes radiológicos de contraste inertes, con escasos riesgos de producir reacciones alérgicas. Experiencia clínica Greenspan y col. (17) presentaron la primera experiencia de VL en humanos en una investigación realizada en neo natos. Posteriormente, Gauger y cols.(18) informaron de una experiencia en seis pacientes pediátricos con síndrome de distres respiratorio agudo (SDRA). Hasta la fecha se han desarrollado estudios clínicos usando ventilación líquida parcial (VLP) con PFCs en neonatos con DRS y en adultos, y niños con SDRA. El razona- miento para usar VLP en esta población consiste en aumentar el reclutamiento alveolar, incremen- tando la inflamación del pulmón, mejorando el intercambio de gases y distensibilidad pulmonar, y minimizando el daño inducido por el ventilador. Más recientemente Leach ha publicado resultados de la eficacia de la VLP en 13 niños prematuros con DRS, tras haber fallado el tratamiento convencional, incluyendo surfactante. 10 niños recibieron VLP durante 24 a 76 horas, en otros 3 el tratamiento fue interrumpido a las 4 horas, favoreciendo otras modalidades de ventilación mecánica. Después de una hora de instilación del PFC, la oxigenación de los pacientes aumentó en un 138% y la distensibi- lidad mecánica en un 61%. La fracción inspirada de oxígeno (FiO 2 ) se redujo a menos del 30% en un periodo de 24 horas, y el CO 2 se normalizó a las 4 horas. 8 de los 13 niños, incluyendo dos que se retiraron del estudio, sobrevivieron a una edad gestacional corregida de 36 semanas. 3 niños podían respirar aire ambiental y 4 requirieron O 2 suplementario a flujo bajo, pudiendo suspenderse la oxigenoterapia a los 60 días. Todos los niños tuvieron valores significativos de PFC en sangre después de 4 horas de VLP, y a las 24 horas. De 20 a 28 días después de la última dosis los neonatos aún tenían valores sanguíneos de PFC de 2 mg/ml. y las radiografías de tórax aún evidenciaban algún componente residual (Fig. 22, A, B, C, D). Estos datos indican que en esta población de pacientes, la VL es inocua y produce una significativa mejoría de la oxigenación. Figura 22. Secuencia de radiografías de tórax de un neonato sometido a Ventilación Líquida A: Antes de iniciar la insticación de PFC B: 1 hora después de instilado el PFC C: 48 horas después de instilado el PFC D: 1 semanas después de la instilación de PFC
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