Anales de la RANM

46 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 DECADENCIA DEL ARTE CLÍNICO Y AUGE DE LA MEDICINA HIGH-TECH José Antonio Rodríguez Montes An RANM · Año 2020 · número 137 (01) · páginas 44 a 53 sentimientos, es extenso y no tiene límites. El cientí- fico debe ser preciso e inequívoco, en cambio, el artista se desenvuelve con total libertad y confiere a su obra un estilo. Existe una ciencia médica; sin embargo, la práctica médica, la aplicación del conocimiento científico al enfermo, requiere del arte médico como medio y estímulo para su menester. Hacerla solo dependiente de la ciencia y tecnología es equiparable a cualquier otra teoría o práctica tecnológica. Considerarla solo arte, es priorizar su característica fundamental, su vocación tradicional de ayuda y cuidado. Por ello, cuando el médico recurre a la ciencia y a la tecnología debe aplicarlas en el contexto adecuado, acorde con la base filosó- fica subyacente del arte clínico. Los términos "arte" y "ciencia" de la medicina no son utilizados para señalar una diferencia cuanti- tativa sino para indicar la posibilidad y necesidad de mirar y ver a los pacientes desde dos puntos de vista totalmente distintos: desde la ciencia, que juzga basada en mediciones, y el "arte" que indica la actitud del clínico frente a la Naturaleza y al paciente, que es muy similar a la del artista ante la Naturaleza y su creación. En medicina, desde el momento en que se trata de la puesta en práctica del saber que el hombre posee y utiliza sobre sus iguales, el acto médico trasciende la aplicación de conocimiento científico. Surge en ese acto una relación interpersonal en la que se crea el clima terapéutico, elemento esencial para lograr una medicina competente. Es precisamente en la génesis de ese clima, en esa relación, donde se establece el componente artístico del acto médico. En opinión de Salomón Zavala (8), la mayoría de los médicos mayores de 60 años aceptarán con facilidad la afirmación que la medicina es ciencia y arte; sin embargo, es probable que la mayoría de los médicos más jóvenes no lo consideren así y se inclinarán por aseverar que solo es ciencia. La práctica clínica es el proceso de actuación médica relacionada con la atención a la salud del paciente. Sus componentes son la información clínica obtenida, las percepciones, los razona- mientos, los juicios, los procedimientos utilizados, las decisiones y las intervenciones que se realicen (9). Se basa en gestos originales y diferentes que requieren capacidad de síntesis, capacidad para descubrir e interpretar signos y síntomas, humildad, tiempo y paciencia, inteligencia para jerarquizar los distintos elementos y sentido común. Por todo esto, para un mismo enfermo, las soluciones que plantean distintos médicos pueden ser diferentes ya que no todos los médicos tienen igual aptitud ni talento para procurar "salud". El arte clínico no es la descripción de las enferme- dades (Medicina clínica); ni la relación de sus síntomas (Semiología); ni la exposición de sus síndromes (Nosología); ni la mención de sus hallazgos patológicos (Patología); ni el análisis de los mecanismos de la enfermedad (Fisiopatología): ni el estudio de las causas morbosas (Etiología). El arte clínico abarca todos esos aspectos, pero implica algo más , relacionado con la habilidad y los conoci- mientos del médico que lo ejerce. El arte clínico es una labor artesana, personal, en muchas ocasiones irrenunciable, en la que participan tanto la técnica como el talento del clínico, y sobre el que predominan conocimientos científicos diversos. El arte clínico, es vivencia o experiencia vital aprendida por, sobre y para los enfermos y modificada, por el hábito personal, los libros o la educación magistral. El arte clínico, es un saber hacer y no un sucinto saber ; de ahí la importancia que para su posesión reviste lo que la medicina tiene de oficio; de ahí la instruc- ción cotidiana; de ahí la necesidad esencial de la adecuada y correcta recogida de datos, ya que si una cifra errónea distorsiona el resultado de un problema matemático (por muy perfecto que sea su plantea- miento), cuando las variables son tan versátiles como los signos y síntomas, el riesgo de error puede aumentar en proporciones imprevisibles. El arte clínico consiste en determinar las causas "científicas" de la dolencia y en comprender la situación personal del y por el enfermo, porque se asume que la curación es un proceso en el que el paciente deberá dialogar consigo mismo (se supone que es la Naturaleza la que cura y en la idiosin- crasia del ser humano está comprenderse a sí mismo) y con los males que le afectan, acompañado y ayudado por la actuación del médico (8). En tiempos en que los medios de ayuda diagnóstica y las opciones terapéuticas eran escasas, el arte clínico se basaba en escuchar atentamente al enfermo y en una semiología directa a través de los ojos, oídos, manos, incluso el olfato del explorador, con el cuerpo del paciente. Además, antaño, el médico mantenía una actitud de respeto, afecto y condescendencia con el paciente, y éste expresaba su gratitud, respeto y confianza hacia el médico que ejercía adecuada- mente su auctoritas . Sin embargo, desde hace algún tiempo, esta semiología directa está siendo sustituida progresivamente por una "semiología armada" y la relación médico-paciente tiende a ser despersonali- zada y en cierto modo mecánica. El médico es clínico , porque además de colocarse atentamente frente al enfermo, sabe hacer bien un conjunto de gestos artesanales , por los que se establece una relación necesaria: la relación médico-paciente, sin la cual falta lo nuclear de la actividad asistencial. La medicina práctica, o arte clínico, es cosa de saber hacer, bien . Cuando se dice que la medicina es un arte, se está considerando la acepción de que arte es un conjunto de reglas para ejecutar bien algo . El adjetivo griego Klinikós, deriva de Klino , cuya raíz Kli, significa inclinarse. Klinikós, es, en sentido etimológico aquel que se inclina para observar. Se ¿QUÉ ES EL ARTE CLÍNICO?

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