Anales de la RANM

101 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 SARS-CoV-2: PROBLEMAS E INCERTIDUMBRES María del Carmen Maroto Vela An RANM · Año 2020 · número 137 (02) · páginas 98 a 103 realizaron dos tomas, una con hisopo nasal y otra en saliva. La prevalencia hallada en la muestra respira- toria fue del 9,5% y la especificidad fue del 84.2%. La concordancia entre ambas tomas fue del 97.5%. El estudio en saliva, podría ser una muestra alterna- tiva y, según sus autores, facilitaría la recolección de muestras y la mejoría en el diagnóstico (14). Detección del antígeno La detección del llamado antígeno vírico, que también se realiza con un hisopo a partir de nasofa- ringe, consiste en el hallazgo de cualquier fragmento de las proteínas de la superficie del virus, mediante inmunoensayo fluorescente (SOFIA-2). Ha sido estudiado en la corporación Quidel de San Diego, y aprobado por la FDA (15). Se necesita captar una gran cantidad de proteínas para poder detectar una infección positiva, lo que explica que existan un mayor número de falsos negativos. Una de las ventajas es la rapidez de la técnica, que se puede llevar a cabo en 15 minutos. Detección de anticuerpos Detección rápida: TDR. Consiste en una inmunocro- matografía, similar a la prueba de embarazo, ya que muestra líneas de color para los sueros positivos. Permite detectar IgM e IgG (fig. 4). Son sencillas y rápidas. Pero con una sensibilidad que permite el escape de casos positivos, lo que explicaría el elevado número encontrado de casos negativos. En estudios comparativos de los test rápidos y el ELISA se demostró la alta variabilidad de los primeros (13). La técnica de referencia es el ELISA (enzimoinmu- noanálisis). Además de detectar IgM e IgG, permite la cuantificación de los anticuerpos. Utiliza una placa de pocillos recubiertos por la proteína S del virus, que se incuban con el suero a estudiar. Es muy sensible y específica. Cinética de las pruebas diagnósticas En la figura 5 aparece reflejada la cinética de la PCR y de los anticuerpos en la infección por el virus. Tras el contacto con el virus comienza un período asintomá- tico que puede durar varios días, en el cual raramente se utiliza ninguna técnica diagnóstica. Con el inicio de los síntomas podemos detectar el ARN por PCR, que inicia su aumento, descendiendo posterior- mente a medida que el sujeto comienza a recupe- rarse, desapareciendo a los 20-21 días. Esta prueba de diagnóstico busca fragmentos genéticos de una infección activa o menguante. Un resultado positivo después de la desaparición de los síntomas, no indica necesariamente una reinfección. Se han descrito PCR positivas pasados 28 días. Sobre los días 6 o 7 comienza la respuesta de anticuerpos, siendo la IgM la primera. A los 14-17 días aparece la IgG, que se eleva notablemente, manteniéndose en forma de meseta unos 35 días, aproximadamente. En pacientes hospitalizados y recuperados, las tasas de IgG son similares en hombres y mujeres, pero presentan un título más alto en relación a la gravedad del paciente, así como en ancianos, probablemente porque presenten una mayor gravedad (16). Estos anticuerpos pueden proporcionar una inmunidad a largo plazo. Control Zonas reactivas Muestra IgG IgM { Negativa Positiva IgM+IgG Positiva IgG Figura 4. Test de Diagnóstico Rápido (TDR).

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