Anales de la RANM

118 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 LOS GENES DE LA SUSCEPTIBILIDAD A LA INFECCIÓN POR COVID-19 Antonio López Farré An RANM · Año 2020 · número 137 (02) · páginas 117 a 120 cuando el 19% de las personas (699) fueron infectados por COVID-19. Esta fue la primera oportunidad de analizar como evoluciona el COVID-19 en un ambiente aislado, pero también sirvió para detectar que inicial- mente el 17,9% del pasaje, posteriormente se recalcu- laría hasta un 39,9%, eran personas infectadas por COVID-19 pero asintomáticas. Este porcentaje de personas infectadas por COVID-19 se ha mantenido y observado en todas las poblaciones afectadas por el virus. Así, podemos destacar que en la zona del Véneto en Italia, entre el 50%-60% de los infectados mostraron pocos o ningún síntoma. Entre los 565 japoneses evacuados desde Wuhan, el 31% de los infectados eran asintomáticos. En el Who Study on Global AGEing and Adult Health, el 80% de los infectados sufrieron síntomas ligeros o no tenían síntomas (1). Ante todas las observaciones, las preguntas que surgen es ¿cuáles son los sesgos de supervivencia para COVID-19? ¿Podría ser que en nuestro ADN estén algunas de las claves de resistencia al COVID-19? Es decir, las hipótesis relacionadas con este raciona- miento serían: 1. Podrían existir genes o variantes genéticos involucrados en la resistencia o sensibilidad al COVID-19. 2. Podrían existir mecanismos genéticos de resistencia y sensibilidad al COVID-19 que definan la evolución de los pacientes una vez que estos hayan sido infectados. Lo primero que tenemos que valorar es si realmente estas dos hipótesis podrían ser factibles en su veracidad. Recurriendo a la literatura científica, podemos vislumbrar que se han identificado variantes genéticas que puedan alterar las posibilidades de contraer una enfermedad infecciosa. Así por ejemplo, una mutación en el gen CCR5 (CC-quimio- quina 5) se ha identificado como protectiva para la infección por el virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH). También se han identificado otras variantes que puedan afectar la evolución del paciente positivo para VIH. Otro ejemplo, son los genes del antígeno leucocitario humano (HLA) que influyen en la respuesta inmune y que pueden explicar por qué algunas personas eliminan espontáneamente la infección por el virus de la hepatitis C, mientras que en otras se establece como enfermedad crónica. Una vez conocido que para otros virus si parece tener influencia la genética en relación a las sensibilidades a la infección, entonces, tenemos que conocer que se ha avanzado en el conocimiento de la relación de variantes genéticas con la susceptibilidad a la infección por COVID-19. En primer lugar hay que señalar que existen algunos modelos en silicio prediciendo la predisposición genética a la infección por COVID-19. Estos modelos han definido: 1. Variantes comunes en múltiples locis que tienen un efecto débil-modulando en la sensibilidad a la infección. 2. Variantes en uno o varios genes capitales para la infección del virus y/o para favorecer la replica- ción en la célula infectada. 3. Las variantes en estos genes tendrían un impacto mayor si existen comorbilidades en la persona. 4. Variantes genéticas que podemos definir como raras que sin embargo tengan efectos importantes sobre un aumento de la sensibilidad a la infección por COVID-19. 5. La existencia de interacciones ambientales con los genes incluyendo en este apartado el tabaquismo. Para realmente conocer la importancia de la genética a la sensibilidad a la infección por COVID-19, primero deberíamos conocer los mecanismos de infección que utiliza el virus. El virus COVID-19, también nombrado como SARS-COV-2, utiliza una serie de proteínas localizada en la membrana de las células humanas. La primera de estas proteínas, y probablemente hasta la fecha la más estudiada, es la proteína ACE2 (2). La proteína ACE2 se expresa en la membrana celular y el virus se adhiere a ella para comenzar la infección. La proteína ACE2 transforma la angiotensina I en angiotensina 1-9 y posteriormente esta se conver- tirá en la angioensina 1-7. También la proteína ACE2 puede la angiotensina II en angiotensina 1-7. (Figura 1). INFLUENCIA DE LA GENÉTICA EN LAS INFECCIONES VIRALES LA GENÉTICA DE LA INFECCIÓN POR COVID-19 Figura 1. Angiotensinas derivadas de la actividad ACE1 y ACE2.

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