Anales de la RANM
134 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 LA COVID-19 Y LA PATOLOGÍA: ¿QUÉ SABEMOS? Santiago Ramón y Cajal An RANM · Año 2020 · número 137 (02) · páginas 133 a 139 El SARS CoV-2 se puede detectar en muestras tisulares por diversas técnicas. En primer lugar, por la técnica de PCR en tiempo real, que nos permite una sensibilidad muy alta, y también en secciones histológicas con técnicas de immunohistoquí- mica para la detección de las proteínas virales, de la cápside y de las espículas, así como técnicas de hibridación in situ para distinguir en qué células se ha integrado el virus. Asimismo, se están realizando estudios de microscopía electrónica con resultados positivos a nivel de pulmón, endotelios e hígado. (Figura 1) Con la COVID-19, en primer lugar, a nivel del pulmón se observa una patología heterogénea con una afectación que muestra diversos patrones histológicos y variabilidad según el tiempo de evolución y gravedad de la enfermedad. Es habitual el observar diferentes patrones tisulares a nivel de las muestras obtenidas, patrones que consisten básicamente en la presencia de un daño alveolar difuso, de focos de fibrosis y de infiltrado inflama- torio. El daño alveolar difuso se traduce en la presencia de membranas hialinas que tapizan los alveolos con descamación de neumocitos e histio- citos a las luces alveolares. Se puede acompañar de fibrina, así como de infiltrado inflamatorio a nivel septal e intersticial. En algunos casos predomina la exudación de tipo neumónico con presencia de fibrina y leucocitos polimorfonucleares a nivel de las luces alveolares y en ocasiones con abundantes acúmulos de neutrófilos (Figura 2). Estas fases iniciales, más de tipo exudativo, a lo largo de los días se va organizando y como sucede en otras neumonías virales o secundarias a cualquier distrés respiratorio, se pueden organizar formando focos de neumonía en organización, así como eventual- mente evolucionar a áreas de fibrosis. En la mayoría de las muestras se han identificado micro trombos de fibrina a nivel de los capilares y vasos de pequeño tamaño, que no es patogno- mónico de la infección por el COVID, pero sí que se ve con más frecuencia que en otras neumonías virales o de etiología infecciosa. (1, 2, 7, 11, 12, 13). (Figura 3) También en las muestras de COVID, se pueden observar células gigantes multinucleadas a nivel de los septos y desprendidas de las luces alveolares, fenómeno que también se puede observar en otro tipo de neumonías virales. Por último, de forma inespecífica, pero que se observa con gran frecuencia, es la marcada congestión vascular a nivel del parénquima pulmonar que, según algunos autores, puede constituir un hallazgo bastante característico. (13,14) En un resumen de la mayor parte de los casos descritos en la literatura (7) destaca la afectación pulmonar en los estudios autópsicos de adultos en el 88% de los casos, marcada congestión y edema pulmonar en el 83% de los casos, cambios hemorrá- gicos en el 22%, y émbolos macroscópicos en torno al 10% de los casos. Los síntomas y la afectación epitelial se desarro- llan desde los primeros días y suele disminuir a partir de los 28 días del comienzo de los síntomas. El patrón de fibrosis de pulmón se ha podido observar desde las 3 semanas desde el comienzo de los síntomas y en un número relevante de casos, en las 2 primeras semanas, reflejando probablemente patología previa de los pacientes. (Figura 4) A semejanza de lo descrito en nuestros hallazgos, en la literatura (15) se describen como alteraciones más frecuentes las siguientes: el daño alveolar difuso con membranas hialinas en el 75% de los casos, la descamación neumocitaria e hiperplásica reactiva en el 70%, la presencia de células gigantes multinu- cleadas en el 20%, cambios citopáticos virales y/o cuerpos de inclusión en torno al 20%, yemas fibrosas intraalveolares en el 2%; a nivel vascular: congestión vascular en más del 40%, micro trombos en torno al 40%, hemorragia alveolar 30%, protei- Figura 1. Aéreas de pulmón con la presencia del virus SARS CoV-2. A la izquierda, su visualización por inmunohistoquímica, con anticuerpo monoclonal específico. A la derecha mediante hibridación in situ. En el recuadro, una gráfica del resultado de la PCR en la muestra pulmonar y a su derecha una imagen de microscopia electrónica donde pueden observarse estructuras compatibles con el coronavirus. LA PATOLOGÍA PULMONAR
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