Anales de la RANM

32 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 S U P L E M E N T O SESIÓN NECROLÓGICA DEL EXCMO. SR. D. FERNANDO REINOSO SUÁREZ Francisco González de Posada An RANM · Año 2020 · 137(01) · Supl.01 · páginas 27 Vida Académica 2019 a 33 Mi concepto actual del hombre sigue siendo el que escribí en el epílogo de mi discurso de ingre- so en la Real Academia Nacional de Medicina. Se refiere, pues, a 1995. De inmediato (1998) preparó una primera edición de “Neurociencia y Trascenden- cia” e inició una ‘campaña’ intelectual ante: 1) el ‘gran número de disparates’ que en los últimos tiempos ha- bía oído a algunos científicos o pseudocientíficos, al mezclar los descubrimientos más o menos recientes, y más o menos deformados, en el área de la Neurocien- cia, con temas que a él le parecían trascendentes; 2) la propensión de muchos científicos a introducirse en temas filosóficos en los que demostraban una ridícu- la ignorancia; y 3) el hecho de que esos científicos no reconocen fuente de conocimiento alguna distinta de las ciencias positivas. Su planteamiento, recientemente expuesto, fue níti- do: 1) Existencia de tres fuentes de conocimiento: las ciencias positivas, la filosofía y la Revelación; 2) Dis- tinción, de manera simple, y al modo de Zubiri -de- cía él-, de tres realidades: cósmica, humana y divina, como propias, respectivamente, de las ciencias positi- vas, de la Filosofía y de la Teología; 3) Disciplinas que señalan tres caminos diferentes, que considera para- lelos y complementarios; y 4) Tales realidades y ca- minos que “no pueden someterse ninguna de ellas a las otras y (que) si están sabiamente aplicadas y sus conclusiones suficientemente contrastadas no pueden contradecirse entre sí”. Su fe explícita y segura se concreta en: 1) Su mani- festación ya reproducida: “Defino Revelación: Sa- gradas Escrituras + Tradición + Magisterio Pontifi- cio”; y 2) Su firme expresión “Mis creencias en co- nexión con la Santa Iglesia Católica”. Esta manifes- tación radical, absoluta, de certeza, chocaba, más aún en el año 2017, con la conmemoración de la Reforma Protestante, 500 años del acto de fijación de las 95 tesis de Lutero en la portada de la iglesia de Wittenberg, y el acercamiento del Papa Francis- co a las confesiones evangélicas en la prosecución de avances ecuménicos cristianos. En nuestras con- versaciones integradoras de aconteceres históricos y actuales en torno a los criterios divergentes ofre- cidos por diferentes pontífices, como había pues- to de manifiesto Lutero y puede hacerlo cualquier aceptable lector de textos, para Fernando no había habido la menor contradicción entre ellos a lo lar- go de la historia. Metafóricamente diríamos que no se trataba de lavar ‘los trapos sucios’ en casa, sino de la inexistencia de ‘trapos sucios’: así de firme se ofrecía el valor de sus creencias “en conexión con la Santa Iglesia Católica”. Y llegando al final. ¡Cómo no habríamos de reprodu- cir su referencia básica a Cajal!: El científico acierta exclusivamente a compren- der algo de ese lenguaje misterioso que Dios ha escrito en la Naturaleza; y a él solamente le ha sido dado desentrañar la maravillosa obra de la Creación para rendir a lo Absoluto el culto más grato y acepto, el de estudiar sus portentosas obras, para en ellas y por ellas conocerle, admi- rarle y reverenciarle. Pero ¿‘qué es la Trascendencia’?, objeto principal y primicial de su discurso. Veamos algunas notas de su concepción: 1) El sentido profundo de la trascendencia en- laza con el de eternidad. Trascendencia es lo que tiene que ver con Dios, lo trascendente es Dios. La trascendencia es una realidad propia en y por sí misma … a la que llamamos Dios. Realidad transfísica fundamento de la evolu- ción del Universo. Dios es el fundamento causal directo de la ma- teria o de un estado inicial, del cual no se des- entiende. El ser humano es un sujeto unitario trascendente, ‘cuerpo espiritualizado’ o ‘espíritu corporeizado’. Y con esto como trasfondo reafirmaría las ideas que de- seaba difundir y compartir: Los católicos debemos ser los primeros de- fensores de la ciencia, ya que ésta busca la verdad. Debe tenerse conciencia de los límites de la ciencia, así como de las sucesivas mejoras en sus progresivas aproximaciones del conoci- miento de la realidad. Existen otras fuentes de conocimiento: la filo- sofía, la teología y la Revelación Le gustaba decir que para Zubiri la trascendencia significa: presencia de Dios en el mundo, pero in- serción de éste en Dios. De manera, que, si bien es cierto que Dios y el mundo no son uno, tampoco son dos realidades yuxtapuestas y adicionales. Tras- cendencia significa -como hemos anticipado- que Dios es el fundamento causal directo de la materia o de un estado inicial, del cual no se desentiende, -y añade- pero en el que no interviene forzosamen- te como causa próxima, sino que es sólo fundamen- to de la causalidad de las causas intramundanas. Es decir, principio teológico acorde con la Cosmología física actual. Para finalizar deseo integrar en este recuerdo aca- démico el contenido básico de los textos leídos por sus nietos Teresa y José Luis según los oímos en el funeral celebrado en la Iglesia del Espíritu Santo el 29 de mayo. He aquí la trilogía que D. Fernando había intenta- do fijar en las conciencias de sus nietos: “Sed santos, sabios, sanos”. Así empezó la nieta y así concluiría el nieto. 7. “SANTOS, SABIOS Y SANOS”: LA IMPRONTA QUE DEJA EN SU DESCENDENCIA

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