Anales de la RANM
84 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 JUAN VALVERDE DE AMUSCO Burgos Lázaro, et al. An RANM. 2021;138(01): 82 - 91 Art Gallery en Baltimore. Referencias de Valverde hechas en algunos pasajes de su obra anatómica aluden inequívocamente que en 1544 se hallaba en Pisa trabajando junto a su maestro Realdo Colombo. Posteriormente se trasladaría a Roma (1548) donde trabaja con Bartolomeo Eustachio, y allí fijaría su estancia definitiva (9, 12). A juzgar por las relaciones que Valverde mantuvo en Italia su prestigio debió llegar a altas cotas; fue médico personal del Cardenal Juan Álvarez de Toledo, se relacionó con Alfonso Rodríguez de Guevara, medico de cámara de Catalina de Austria, con Pedro Jimeno, catedrático en Valencia, y con Bernardino Montaña de Monserrate, médico del emperador Carlos V. Durante estos años preparó la “ Historia de la composición del cuerpo humano ” su gran aportación a la Anatomía Renacentista, texto que en un principio pensó dedicar al Pontífice Paulo IIII, sin embargo, en la impresión definitiva lo hizo a su protector Juan Álvarez de Toledo como consta en su dedicatoria. Cesar Fernández-Ruiz refiere que Juan Valverde pudo haber llegado a ser médico del Papa Paulo IIII, este dato lo pone en relación a la Bula Papal que le concediera a Valverde en 1858 (2, 13); la bula contenía unos privilegios extraordinarios “ cuantos celebren misa sacan ánima del purgatorio; cuantos visiten el altar dando limosna voluntaria ganan cuarenta y siete mil años de perdón; cada domingo se ganan remisión de la tercera parte de los pecados, y los perdones e indulgencias como si visitasen las Iglesias de Roma y el Santo Sepulcro de Jerusalén y Santiago ”. Existen referencias que Valverde tuvo una presencia continuada en Roma, enseñó medicina en el Hospital Espíritu Santo, y aspiró al cargo de médico pontificio por la vacante que dejara Andrés Laguna recayendo este puesto finalmente en Juan de Aguilera; también su maestro Realdo Colombo atestiguó que estuvo presente en la autopsia de San Ignacio de Loyola (2, 14). Es poco probable que Valverde hiciera un viaje al final su vida a Hamusco con el propósito de llevar las Indulgencias Pontificias a la Cofradía de San Sebastián. Esto estaría justificado por su afianzamiento en Roma, sus servicios al Cardenal Juan Álvarez de Toledo, las enseñanzas de medicina en el Hospital Espíritu Santo y su posible origen judío (4, 15). No se tiene constancia documentada de su muerte; los datos conocidos sobre la fecha de fallecimiento de Valverde son indirectos, está acreditado que en 1557 permanecía en Roma junto a Federico Rinaldi como Custodio de la Biblioteca Vaticana, la concesión de la Bula Papal por Paolo IIII en el año 1558, y el hecho de que la edición latina de “Historia de la composición del cuerpo humano” publicada en latín en 1598 ya no estuviera dedicada a Felipe II, esto hace suponer que pudo haber muerto antes, es de imaginar que si hubiera seguido vivo en aquella fecha, se la hubiera dedicado a su Rey. Por otro lado, el documento de la concesión de la Bula Papal, referido por el Abad Gabriel Guzmán del convento de San Sebastián permite saber que Juan Valverde ya habría muerto en 1602. De todos estos datos se puede inferir que Valverde habría fallecido en Roma en 1588 (16). Sorprende la gran cantidad de referencias conocidas sobre su obra científica y los escasos datos sobre su historiografía personal. Muchas de las menciones más seguras corresponden a referencias indirectas que aparecen en sus escritos, su anatómica constituye la culminación del esfuerzo español al conocimiento del cuerpo humano durante el Renacimiento (17). Durante la primera década de su estancia Joannis Valverdi en Italia, escribe “ De animi et corporis sanitate tuenda libellus” (1552) (Fig. 3), un tratado sobre higiene, alimentación y buenas costumbres. La temática higiénico-sanitaria era un tema muy genera- lizado entre los tratadistas del siglo XVI, muchos de ellos inspirados en Galeno. La primera edición (París, 1552), está realizada por el impresor Carolus Stephanum, y la segunda en Venecia por Domingo Giglio, impresión dedicada al Cardenal Giromano Verallo, legado pontificio en Francia durante el Concilio de Trento (18, 19). Su obra con proyección internacional fue la “ Historia de la composición del cuerpo humano” (Fig. 4), tratado anatómico cuya primera edición se publicó en castellano en Roma en 1556, los editores fueron OBRA CIENTÍFICA DE VALVERDE Figura 3. Joannis Valverdi. “De animi et corporis sanitate tuenda libellus” (1552)
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