Anales de la RANM

116 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 VULNERABILIDAD NEURONAL EN ENFERMEDAD DE PARKINSON Natalia López-González, et al. An RANM. 2021;138(02): 114 - 123 ventana temporal fundamental para el estudio del proceso fisiopatológico subyacente a la enfermedad, así como para la aplicación de tratamientos modifica- dores que permitan la prevención o el retraso del desarrollo y la progresión de la EP. El número y gravedad de los síntomas no motores se incrementa con la progresión de la enfermedad (1,17) (Figura 1). Estos síntomas tienen un gran impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes, tanto o más que los signos motores. Desde el punto de vista anatomopatológico, el desarrollo de alguno de los síntomas no motores se ha relacio- nado con el patrón de agregación de alfa-sinucleína, el grado de depleción dopaminérgica y la afectación de otros sistemas, especialmente el noradrenérgico y serotoninérgico (2,9). Como se ha descrito anteriormente, en la EP hay una pérdida inicial y predominante de neuronas dopaminérgicas de la SNc que proyectan al estriado, causando una depleción de DA en esta región. En los pacientes tempranos de EP se observa, mediante imágenes de tomografía por emisión de positrones (PET del inglés), que la región que primero pierde DA es la parte más dorsal del putamen postco- misural. Por tanto, de cara a desarrollar terapias neuroprotectoras en el estadio inicial de la EP debemos atender principalmente a estas dos regiones, la SNc y el putamen dorsal, para tratar de responder a dos preguntas: a) ¿Qué caracterís- ticas tiene la SNc que la hacen tan vulnerable en la EP? y b) ¿Qué neuronas forman las conexiones nigro-estriatales y estriato-nigrales más afectadas en la enfermedad? 3.1.TERRITORIOS ANATÓMICOS VULNERA- BLES EN LA EP Además de la SNc, la acumulación de LB y la muerte neuronal también afectan a otros núcleos del sistema nervioso central y periférico (7,9). Las neuronas colinérgicas del núcleo PPT, del NBM y del núcleo DMV, las neuronas noradrenérgicas del LC y las neuronas serotoninérgicas del núcleo del rafe también se ven afectadas. De la misma forma, algunos estudios muestran que algunos núcleos talámicos como el núcleo centrome- diano-parafascicular, el hipotálamo, el hipocampo y el bulbo olfatorio presentan alteraciones en el número de neuronas (7). Es importante destacar que la afectación de estos núcleos correlaciona con la progresión de los síntomas no motores. Por tanto, aunque los signos motores característicos de la enfermedad se relacionan con la pérdida de función o la muerte de las neuronas dopami- nérgicas, los signos no motores podrían seguir el patrón de afectación de neuronas no dopaminér- gicas (18) (Figura 2). Por otra parte, como se resume en el trabajo de Surmeier y colaboradores, (7) los núcleos que presentan agregados de LB en la EP son la corteza cerebral, el hipotálamo, el núcleo basal de Meynert, la SNc, los núcleos del rafe, el LC, el DMV y los ganglios simpáticos (Figura 2). Figura 1. Representación esquemática de la relación del número de neuronas dopaminérgicas de la SNc y la gravedad de los signos en la evolución de la EP. El diagnóstico de la EP ocurre con el inicio de los signos motores (área azul celeste) (tiempo año 0), que aparecen décadas tras el inicio de la depleción de neuronas dopaminérgicas (línea azul). Los signos no motores (área azul claro) preceden al desarrollo de signos motores. Los signos motores y no motores progresan con el avance de la enfermedad. (Modificado de Kalia and Lang 20151). 3.PÉRDIDA NEURONAL EN LA EP

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