Anales de la RANM

216 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 UNA DÉCADA PARA EL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE José Manuel Ribera Casado An RANM. 2021;138(03): 214 - 220 seleccionados entre los 17 objetivos de «desarrollo sostenible» elaborados poco antes por la propia NU (9). Los dos primeros piden un compromiso para adoptar medidas concretas específicas para cada país y crear sobre ellas entornos adaptados a la persona mayor. Fortalecer las capacidades para formular políticas basadas en pruebas cientí- ficas contrastadas. Entre los «entornos adaptados a las personas mayores» se alude al domicilio y a la comunidad, pero también a las calles, los transportes, los servicios sociales, la atención a la salud y los valores sociales. Insiste en buscar medidas que potencien todo lo que sea autonomía y participación del colectivo de más edad. Los objetivos estratégicos tres y cuatro intentan armonizar los sistemas de salud con las necesi- dades de los mayores y fomentar medidas para una adecuada atención sanitaria a largo plazo (domiciliaria, comunitaria e institucional). El documento habla de «sistemas sostenibles y equitativos». El último objetivo estratégico se centra en mejorar los procedimientos de medición, seguimiento e investigación para lograr los efectos deseados dentro de un marco donde debe primar la equidad y existir una buena relación coste-eficacia. Los cinco objetivos estratégicos, aunque independientes, están interrelacionados, se refuerzan mutuamente y están armonizados con esta visión del envejecimiento saludable. Cada uno de ellos comprende tres esferas de acción prioritarias, cuyos contenidos son desarro- llados en el documento. Aparece un apartado destinado a comentar la adecuada utilización de los recursos disponibles y otro, relativamente extenso, donde se presenta y detalla, junto a un posible calendario, una eventual metodología de trabajo y una distribución de funciones para ser utilizada como guía a la hora de priorizar e implementar los objetivos estratégicos descritos. Se recuerda que «la mayoría de los problemas de salud de las personas mayores están relacio- nados con trastornos crónicos, sobre todo con enfermedades no transmisibles»; y «muchas de esas enfermedades se pueden prevenir o retrasar mediante comportamientos que propicien la salud. Incluso en edades muy avanzadas, la actividad física y la buena nutrición pueden arrojar benefi- cios extraordinarios para la salud y el bienestar». Numerosos problemas de salud y pérdidas de capacidades se pueden gestionar eficazmente, en particular si se detectan con suficiente antela- ción. Aun en personas con pérdida de capaci- dades, los entornos favorables pueden permitir una vida digna y un desarrollo personal. Sin embargo, constata el informe que el mundo está «muy lejos de este ideal, en particular para las personas mayores pobres y las pertenecientes a grupos sociales desfavorecidos». Por ello se considera preciso «adoptar urgente- mente medidas amplias de salud públicas». 3.- Europa: dos referencias complementarias y una nota breve A raíz de esta declaración han ido apareciendo nuevos documentos doctrinales en un intento de desarrollar mensajes y sensibilizar a las administraciones, a los profesionales y a la propia sociedad. Comentaré dos documentos surgidos en el marco europeo. La Comisión Europea ha publicado este mismo año (2021) un «Libro verde sobre el envejecimiento» (10) con el fin expreso de fomentar la solidaridad y la responsabilidad entre generaciones. Un documento espléndido cuya simple lectura justificaría una sesión académica. Declara como objetivo explícito la necesidad de promover e «iniciar un amplio debate político sobre el envejecimiento con el fin de discutir opciones sobre cómo anticiparse y responder a los desafíos que plantea y las oportunidades que brinda». Como es habitual aporta datos demográficos y enfatiza la trascendencia del envejecimiento progresivo de la población. Recuerda que «esta tendencia ha tenido un impacto significativo sobre las vidas cotidianas de la gente y sobre nuestras sociedades. Tiene implica- ciones para el crecimiento económico, la sosteni- bilidad presupuestaria, la asistencia sanitaria y los cuidados de larga duración, el bienestar y, también, para la cohesión social». Insiste en que debemos «examinar nuevos enfoques y garantizar que nuestras políticas sean adecuadas al objetivo perseguido en una época de cambios importantes». Destaca entre estos cambios la «doble transición ecológica y digital» así como las «nuevas formas de trabajo y la amenaza de pandemias», todo ello con un impacto especial sobre el colectivo de mayor edad. Alude al «pilar europeo de derechos sociales» (tabla 2). Junto con la búsqueda de un envejecimiento saludable y activo pone énfasis en la necesidad de un aprendi- zaje que se inicie en la infancia y no se abandone en ningún periodo de la vida. El concepto «ciclo de la vida» subyace como una referencia constante en la que enmarcar las medidas óptimas en cada momento conducentes a un envejecimiento saludable. El documento se detiene en muchas de las medidas ya comentadas en el apartado anterior. A modo de resumen cabe recordar que: «El envejecimiento saludable y activo trata de fomentar estilos de vida saludables a lo largo de nuestras vidas e incluye nuestros patrones de consumo y nutrición, así como nuestros niveles de actividad física y social. Ayuda a reducir el riesgo de sufrir obesidad, diabetes y otras enfermedades no transmisibles que van en aumento. ….. ». Destaca que «el envejecimiento saludable y activo tiene un efecto positivo sobre el mercado laboral, las tasas de empleo y nuestros sistemas de protec- ción social y, por tanto, en el crecimiento y la productividad de la economía. El envejecimiento saludable y activo es una elección y una responsa- bilidad personales, pero depende en gran medida del entorno en el que la persona viva, trabaje y socialice.»

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