Anales de la RANM
279 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 LESIONES DE PLEXO BRAQUIAL Y NERVIO PERIFÉRICO Armas E, et al. An RANM. 2021;138(03): 270 - 281 La siguiente etapa se inicia desde la cuarta semana hasta el tiempo de re-inervación precoz que puede prolongarse entre 3 y 6 meses, en función de la distancia de la reparación nerviosa hasta la placa motora. Se solicita al paciente que recuerde la función perdida que tenía previamente e imagine que está ejecutando el movimiento deseado (31,34). Se realizan técnicas de rehabilitación como la terapia de espejo, ambas actividades promueven la activación de las áreas corticales motoras y sensoriales denervadas para restablecer su representación a nivel cortical (31,34). Durante esta fase es necesario asegurar el mantenimiento del rango de movilidad articular completo de todo el miembro con cinesiterapia pasiva para prevenir las rigideces articulares (31,34). Igualmente, se inicia el tratamiento de la cicatriz para su flexibilización e incluyen ejercicios propioceptivos y el movimiento activo de las articulaciones libres. Se utilizan técnicas como el biofeedback con EMG, que permite al paciente visualizar la actividad muscular incluso cuando no es apreciable clínicamente (31,34). Los ejercicios se realizan a favor de gravedad solici- tando al paciente que haga el movimiento del nervio donante para realizar el movimiento del nervio receptor (p. ej. extensión de codo para abducción de hombro en transferencia de nervio radial a axilar). De forma paralela se promueve la re-educación funcional para incentivar el uso e integración gradual de la extremidad operada (31,34,35,36). La etapa de fortalecimiento busca lograr movimiento contra gravedad. Se puede utilizar EMG-biofeedback y estimulación eléctrica para llegar a un determinado umbral de contracción muscular que estimule al músculo comprometido. Se entrena la activación muscular con y sin EMG biofeedback hasta que la fuerza muscular sea suficiente para superar la gravedad o resistencia de los músculos antagónicos y produzca actividad concomitante de los nervios donante y receptor (31,34). En la última etapa de la fase tardía se busca incrementar el número de unidades motoras nuevas, así como el fortalecimiento de las unidades motoras maduras. En este estadio se utiliza la estimulación eléctrica neuromuscular, los ejercicios son realizados contra gravedad, se introduce resistencia progresivamente a medida que el paciente mejora y tareas cada vez más complejas que incluyan mayor fuerza y precisión. El enfoque en esta fase es reaprender el movimiento original del nervio receptor y permitir el movimiento independiente de ambos grupos musculares (31,34). Se pautan ejercicios terapéuticos para realizar en el domicilio y se realizan tareas para el reentrenamiento gradual de las actividades básicas de la vida diaria. Pueden quedar secuelas funcionales sensitivas y/o motrices que se deben tener en cuenta para optimizar la reinserción laboral y social del paciente (35,36). La valoración y el abordaje precoz de la sensibi- lidad puede reducir el dolor y evitar complicaciones no deseadas como una distrofia simpática refleja. El tratamiento se basa en técnicas de desensibilización, reeducación de funciones discriminatorias y de sensibi- lidades simples y complejas, aumentando los estímulos de forma progresiva según la evolución clínica (36). Las fases de la rehabilitación después de una repara- ción primaria o con injertos del nervio dañado pasa por etapas similares, sin ser necesaria la reeducación del paciente, al eliminar la variable nervio donante- nervio receptor. Para optimizar todo el espectro de opciones diagnós- ticas y terapéuticas anteriormente expuestas en lesiones de nervio periférico, es fundamental el abordaje multidisciplinar del paciente. Las pruebas de imagen y de neurofisiología son imprescindibles para el diagnóstico y planificación prequirúrgica de las lesiones. Durante la cirugía, el trabajo entre cirujano y neurofisiólogo facilita la toma de decisiones para optimizar el tratamiento. Por último, la rehabilita- ción precoz y el manejo del dolor son esenciales para conseguir el mejor resultado posible. Las lesiones del plexo braquial y nervio periférico son complejas y conllevan un déficit funcional. Sin embargo, existe un amplio espectro de tratamientos quirúrgicos (injertos nerviosos, transferen- cias nerviosas, tendinosas y musculares, etc.) que mejoran la calidad de vida del paciente. Valorar a estos pacientes lo antes posible en unidades con un abordaje multidisciplinar es crítico para optimizar la recuperación funcional de estos pacientes. 1. Ichihara S, Inada Y, Nakamura T. Artificial nerve tubes and their application for repair of periphe- ral nerve injury: an update of current concepts. 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