Anales de la RANM

40 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 SESIÓN NECROLÓGICA EN MEMORIA DEL PROF. FRANCISCO ALONSO FERNÁNDEZ Manuel Díaz-Rubio García An RANM. 2021;138(01).supl01: 40 - 46 SESIÓN NECROLÓGICA EN MEMORIA DEL PROF. FRANCISCO ALONSO FERNÁNDEZ Manuel Díaz-Rubio García Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina de España - Medicina Interna Autor para la correspondencia Manuel Díaz-Rubio García Real Academia Nacional de Medicina de España C/ Arrieta, 12 · 28013 Madrid Tlf.: +34 91 547 03 18 | E-Mail: secretaria@ranm.es DOI: 10.32440/ar.2021.138.01.supl01. art09 Enviado*: 02.02.21 | Revisado: 10.02.21 | Aceptado: 20.03.21 Excmo. Sr. Presidente de la Real Academia Nacional de Medicina de España, Excmo. Sr. Secretario General, Excmos. e Ilmos. Sras. y Sres. Académicos, Familia del profesor Alonso Fernández, señoras y señores. La Junta Directiva de la Real Academia Nacional de Medicina de España me ha designado para realizar el discurso necrológico del Excmo. Sr. Dr. D. Francisco Alonso Fernández fallecido el 28 de junio de 2020. Un honor, impregnado de tristeza, por cuanto supone para la Institución su pérdida. Ese sillón número 16, que tantos años ocupó, se nos muestra hoy como un enorme vacío que se nos antoja difícil de llenar. La Academia tiene el compromiso y la obligación moral ineludible de recodar a los que nos precedieron, así como dejar constancia de su personalidad y labor. El profesor Alonso Fernández, personalidad absolutamente libre e independiente, destacó sobremanera como un gran pensador, dotado de una extraordinaria capacidad analítica, grandes conocimientos, dejando un gran legado por la originalidad de sus aportaciones. El 5 de junio de 1979 ingresó con el discurso Bases psicosociales del alcoho- lismo , que ya por entonces impactó profunda- mente por su contenido científico, su visión del problema, y las propuestas innovadoras que planteó. Debo señalar que en el momento de su fallecimiento era el Académico de número más antiguo. Existen a mi juicio tres momentos trascendentes en la vida académica en relación con sus miembros. El primero, un acto de gran responsabilidad, es aquél en el que los señores académicos se compro- meten con su conciencia, honor y la institución al depositar su voto para elegir a un nuevo miembro. De alguna forma se están eligiendo así mismo, de ahí la importancia de este momento en que cada uno de nosotros nos juzgamos. Un segundo momento crucial es aquél en que el académico elegido toma posesión de su sillón, lee su discurso de ingreso y se compromete con la Institución. Un compromiso que pesa sobre nosotros el resto de nuestra vida. El tercero, lleno de dolor, es la sesión necrológica en la que la Real Academia rinde homenaje tras su fallecimiento a un académico, dándole entrada en la historia de la Academia y de la medicina española y universal. Todavía resuena en mis oídos la llamada que el profesor Alonso me hizo tan solo tres días antes de fallecer en la que me pidió determinadas cosas y en la que me dijo con voz firme, llena de pena: “Manolo, me voy ya” . Conociendo su estado de salud sabía que quería decir, aunque para bajar le tensión del momento le dije en tono distendido: “¿Y… donde vas a ir? Ya queda muy poco para que hagas la presentación de tu libro sobre Felipe V y hay una gran expectación” . Guardó silencio y quedamos en hablar al siguiente día, en el que le dije que le llevaría las papeletas para las votaciones a cargos de la Junta Directiva y una plaza de Académico, que se iban a celebrar. No quería, y en ello insistía, que cuando se le llamara para depositar su voto se oyera una voz que dijera: “Alonso Fernández, no vota” . Para él cumplir con las obligaciones académicas era algo que había voluntariamente aceptado hacía más de 40 años y no estaba dispuesto a fallar. Debemos considerar a Alonso Fernández como uno de los intelectuales y científicos más importantes de la psiquiatría española del siglo XX y lo que llevamos vivido del siglo XXI. Su obra, sin duda altamente innovadora, ha sido de gran relevancia y una referencia inagotable para sus contempo- ráneos y las nuevas generaciones. No pasa a la historia solo como un eminente psiquiatra clínico, que también, sino alguien que ha puesto en marcha y demostrado en su especialidad, nuevas formas de entender el pensamiento y ofreciendo su disciplina a profundos cambios en el mejor entendimiento de la enfermedad y los aconteceres de cuantos las padecen. Gracias a sus propuestas transforma- doras y vastos estudios, hoy es posible comprender conductas, circunstancias y hechos que, previas investigaciones, nunca habían conseguido. Federico II el Grande gran defensor de las Academias, decía: « conocimientos pueden tenerlos cualquiera, pero el arte de pensar es el regalo más escaso de la natura- leza ». Y en esto del pensar, queridos académicos, el profesor Francisco Alonso Fernández era un gran maestro. Un ejemplo de lo supone ir mas allá de la mera interrelación con el paciente. En su libro Genios y creativos habla de las tres clases del talento extraordinario, refiriéndose al sabio como aquél que rebosa conocimientos extraordinarios, al superdotado por su riqueza en *Fecha de lectura en la RANM A R T Í C U L O · Vida Académica 2020

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