Anales de la RANM

40 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 TRASPLANTE DE ÓRGANOS ABDOMINALES Moreno E, et al. An RANM. 2022;139(01): 36 - 42 manteniendo buscapersonas con dos tipos de llamada, no siendo infrecuente que dos equipos atendieran al mismo tiempo el desplazamiento a otra comunidad para extraer un órgano o varios de un cadáver fallecido por muerte encefá- lica habitual, y otro para tratar y manipular un donante en asistolia. 11. Sin embargo este nuevo esfuerzo mereció el inicio del referido programa, observándose que de los 64 enfermos trasplantados entre Enero 2006- Noviembre 2009, con órganos extraídos por nuestro equipo, los enfermos retrasplan- tados por fallo funcional del injerto, descendió del 14,2% al 7,6% y la mortalidad también disminuyó del 14,2% al 7,6%. En el año 2008 la mortalidad fue del 0% con una tasa de retras- plante del 15,6%. Los resultados globales en nuestra experiencia fueron de 89% de supervi- vencia y 70% de injertos funcionantes a los 2 meses (20). 12. Trasplante hepático con injertos parciales, procedentes de donante vivo. En el año 1995 realizamos el primer trasplante hepático utilizando el lóbulo izquierdo de un donante vivo (hermano de la enferma receptora). Fue este el primer trasplante utilizando el lóbulo izquierdo del receptor practicado en Europa. Hasta ese momento ese tipo de trasplante solo se había realizado en Kyoto (Japón). En el periodo que nos ocupa, 79 enfermos fueron trasplantados con injertos procedentes de donantes vivos, 50 adultos y 23 en edad pediátrica. En los adultos se utilizó el lóbulo hepático derecho, preferen- temente mientras en niños se utilizaron injertos incluyendo segmentos II y III del lóbulo hepático izquierdo. Excepcionalmente en los niños se utilizó la totalidad del lóbulo hepático izquierdo. 13. En la relación de parentesco entre donante y receptor, la madre fue el donante elegido en el 4% de los adultos y en el 51% de los niños trasplantados. El padre lo fue en el 3% de los niños y 41% de los adultos. Los hijos varones fueron donantes para el 25% de los padres y las hijas fueron donantes en el 15%. La esposa donó (generalmente el lóbulo derecho) en el 12% a sus maridos los hermanos, donaron en el 11% a los hermanos, y el marido a su mujer en el 5%. Los abuelos varones donaron solo en una ocasión a su nieto (0,06% del total). El resto de donaciones (16%) fue realizado en este grupo, por tíos, sobrinos u otros tipos de parentesco. En cuanto a la supervivencia de los trasplantados, calculada a 600 días. El 90% de los trasplantados se mantenía con vida y el 85% de los injertos funcionantes. (17) 14. Otros tipos de trasplante hepático. En 45 enfermos se realizó el trasplante hepático, asociado a trasplante renal. En tres enfermos el trasplante hepático se realizó de forma sincró- nica con el trasplante renal. Esta asociación se indicó en enfermos que padecían insuficiencia hepática y renal con tratamiento en hemodiá- lisis, más frecuentemente. (22, 23) 15. Trasplante hepático en las complicaciones de la parasitación por equinococo granuloso: No existe experiencia previa obtenida en el otro grupo de trasplante hepático como terapéu- tica de esta parasitosis. Aportamos en nuestro estudio, nueve enfermos que recibieron un injerto hepático tras la insuficiencia hepática motivada tras múltiples intervenciones (entre cinco y diecisiete) causantes de cirrosis biliar, asociada a trombosis portal en cuatro enfermos, fallo hepático subfulminante en dos y colangitis recidivante en otros dos. La particularidad del trasplante hepático en estos enfermos es la dificultad técnica motivada por reinterven- ciones, íntimas adherencias viscerales, fibrosis e hipertensión portal grave. No hubimos de lamentar ningún caso de exitus, obteniendo una supervivencia a cinco años, semejante a la conseguida en cirrosis hepática posnecrotica (24, 25, 26). 16. Trasplante pancreático. Iniciamos nuestro programa de trasplante de páncreas en el año 1996, incluyendo más frecuentemente enfermos con enfermedad diabética terminal o insuficiencia renal sometidos a hemodiá- lisis. Incluimos en este grupo 251 trasplantes de páncreas. En 184 enfermos el trasplante pancreá- tico y renal se realizó de forma sincrónica con órganos obtenidos del mismo donante. En 39 pacientes el trasplante pancreático se efectuó después del trasplante renal. En doce enfermos el trasplante pancreático se indicó ante la mala evaluación del primer trasplante (retrasplante). En seis enfermos el trasplante pancreático se asoció a trasplante de la totalidad de los órganos abdominales (cluster); tres pacientes recibieron en el mismo acto, de forma sincrónica un injerto hepático junto con el pancreático, y en un enfermo el trasplante pancreático fue practicado posteriormente al trasplante hepático. La deriva- ción duodenal se practicó a la vejiga en el 42,1% de los enfermos, y al intestino delgado (íleon) en el 57,9%. La derivación del flujo sanguíneo se realizó mediante anastomosis porto-cava, en el 82% de los trasplantados, y a la vena hipogás- trica derecha, en el 18% de los casos. La supervi- vencia de estos enfermos trasplantados fue del 96% a los 100 meses y los injertos se mantenían funcionantes en el 75% de los trasplantes a los 100 meses de la intervención sufrida (27, 28, 29). 17. Trasplante intestinal y cluster (en racimo). Iniciamos el programa de trasplante yeyuno- ileal, el 26 de Diciembre, del año 2004. Habiendo practicado el primer trasplante en racimo en nuestro país el 13 de Septiembre del año 2006. Primer grupo en España en practicar este tipo de trasplante. 18. Este es un trasplante de indicaciones muy precisas pero también obliga a una ayuda muy marcada, por las organizaciones generales nacionales de trasplante que pocas veces se obtiene, ya que cada enfermo precisa de la utilización de varios órganos (páncreas, intestino, hígado, vías biliares, yeyuno-

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