Anales de la RANM

45 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 CIRUGÍA UROONCOLÓGICA EN EL PACIENTE ANCIANO Artiles Medina A, et al. An RANM. 2022;139(01): 43- 55 procedimientos quirúrgicos en un servicio de urología entre enero de 2011 y diciembre de 2012. Como datos más destacables, las cirugías por tumores malignos se realizaron con éxito sin enfermedad residual y se registró una tasa de complicaciones del 22%, con una mortalidad perioperatoria <0,5%. Estos autores concluyen que la cirugía urológica en el paciente mayor es efectiva y segura(7). Las nuevas herramientas de evaluación preoper- atoria adaptadas a la urología pueden resultar beneficiosas para calcular el riesgo-beneficio de los procedimientos, de modo que los datos objetivos puedan guiar la toma de decisiones y el asesora- miento al paciente(6). Existen múltiples herramientas de cribado de fragilidad, como el performance status (PS), G-8, o el VES-13, entre otros. Actualmente, se prefieren estas herramientas de valoración geriátrica a los clásicos scores de comorbilidad como el ASA o el índice de Charlson(8). Estas herramientas han sido testadas como predictor de complicaciones en diversos tumores urológicos. Por ejemplo, en el cáncer de próstata localizado la puntuación G8 y las comorbi- lidades tienen un papel significativo en la contrain- dicación quirúrgica(9). El Índice Pronóstico Multidi- mensional (IPM), basado en la Evaluación Geriátrica Integral, ha mostrado un valor predictivo en la mortalidad de los pacientes mayores con cáncer. Esta herramienta se calcula utilizando escalas validadas que exploran 8 dominios. La investigación de Liuu et al., que incluyó a 433 pacientes mayores con diferentes tipos de cáncer (principalmente cáncer de próstata), analizó el valor predictivo del IPM sobre la mortalidad al año y concluyó que dicho índice mejora la predic- ción del riesgo de mortalidad al año(10). Además, existe evidencia de la asociación entre la mortalidad al año y el estado nutricional y el Mini Nutritional Assessment (MNA®) abreviado alterado (11). Una encuesta promovida por la SIOG arrojó interesantes resultados, que reflejan la diversifi- cación en la actuación ante el paciente en oncoge- riatría. Casi todos los cirujanos (>90%) ofrecen cirugía independientemente de la edad del paciente; solo el 48% considera obligatoria una valoración preoperatoria de la fragilidad. La puntuación del American Society of Anesthesiologists (ASA) score, el estado nutricional y funcional se utilizan con mayor frecuencia como herramientas de detección. Solamente el 6,4% de los cirujanos utiliza la Valora- ción Geriátrica Integral (VGI) en su práctica diaria y la colaboración con los geriatras es baja (36,3%). También es variable el punto de corte para definir a un paciente como “anciano”; este es establecido en los 75 años por el 32,2% de cirujanos, y de forma similar un 30,6% sugiere un corte a los 70 años(12). Es clave introducir el concepto de vejez avanzada, cuyo comienzo se sitúa en más de 80-85 años de edad, y que corresponde a las personas al final de su ciclo de vida y, por tanto, con menor expectativa de vida. Entre los años 1999 y 2019, la esperanza de vida de los hombres en España ha aumentado de 75,4 a 80,9 años, y en el caso de las mujeres de 82,3 a 86,2 años(13). En los sucesivos epígrafes, se discutirán los resultados del tratamiento quirúrgico para los tres principales tumores urológicos, sintetizando los estudios más destacados y/o recientes en cada uno de estos tumores y para el grupo etario definido como “anciano”. Sin embargo, cabe destacar que las conclusiones derivadas de esta revisión de la literatura están limitadas por el carácter retrospectivo de la mayoría de los estudios que abordan el manejo del cáncer en pacientes mayores. La mayor parte de dichos estudios son unicéntricos, y muchos adolecen de sesgo de selección (inclusión del grupo de pacientes operados, exclusión de pacientes no candidatos a cirugía). Muchos estudios han señalado que los pacientes mayores/frágiles están infrarrepresentados en los ensayos controlados aleatorios (ECA) que prueban las terapias contra el cáncer(14). A menudo se reportan datos solo del grupo de intervención (no controlados), como es el caso de los estudios sobre el resultado funcional de la prostatectomía en el paciente anciano. Cáncer de próstata La detección y el tratamiento del cáncer de próstata adquieren cada vez mayor importancia con el enveje- cimiento progresivo de la población, dado que actualmente no existen pautas establecidas para el <<screening>> y tratamiento del cáncer de próstata en hombres de edad avanzada. No existen claras recomendaciones sobre cómo proceder en este escenario. Sin embargo, varios organismos han realizado esfuerzos para consensuar el manejo. Por ejemplo, un panel de expertos en Iowa puso de manifiesto la falta de evidencia de nivel 1 con respecto a la mayoría de los aspectos del diagnóstico y manejo del cáncer de próstata en hombres mayores de 75 años y enfatizó el acuerdo en la necesidad de un mayor asesoramiento a los pacientes de esta edad sobre los beneficios y riesgos de la detección del cáncer de próstata(15). Al analizar los resultados del tratamiento quirúr- gico del cáncer de próstata localizado en el paciente anciano, se atenderá a los resultados oncológicos (supervivencia global, cáncer-específica y libre de progresión o recurrencia) y a los resultados quirúr- gicos (tasa de complicaciones, mortalidad periopera- toria) y funcionales (continencia, potencia, estenosis de cuello a largo plazo). Los estudios incluidos se resumen en la Tabla 1. Con respecto, a los resultados funcionales, global- mente existen peores resultados en términos de potencia y continencia postoperatorias en el grupo de pacientes mayores. Traboulsi y cols. realizaron un estudio retrospectivo para valorar los resultados funcionales posoperatorios después de la prostatec- tomía radical asistida por robot (PRAR) en hombres mayores con cáncer de próstata localizado. Según SÍNTESIS

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