Anales de la RANM

145 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 Pozo MA, et al. An RANM. 2022;139(02): 140 - 149 MODELOS EXPERIMENTALES DE EPILEPTOGÉNESIS epilepsia [Figura 1]. Así, en las primeras horas tras la inducción del SE se produce un aumento de captación de 18 F-FDG que evoluciona en las 24-48 h posteriores hacia un marcado hipome- tabolismo cerebral (26). En el modelo animal de epilepsia inducido con PTZ, este hipometa- bolismo cerebral tiene un valor predictivo de la resistencia y/o de la vulnerabilidad a desarro- llar crisis epilépticas (18). Más aún, en el modelo inducido por litio-pilocarpina se ha demostrado que el hipometabolismo se puede prevenir e incluso revertir mediante tratamientos farmaco- lógicos con metirapona (20). Estos datos preclí- nicos junto con los obtenidos en estudios clínicos longitudinales en niños con epilepsia refractaria a tratamientos anticonvulsivantes (27) apuntan a que las alteraciones temporales del metabolismo cerebral de la glucosa no sólo son un biomar- cador cuantificable asociado a las crisis epilép- ticas sino, aún más importante, son un índice de respuesta a las intervenciones terapéuticas efectivas. El daño cerebral y la reactividad glial están estrechamente relacionados siendo dos de las características más comunes de la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas, incluida la fase temprana de la epileptogénesis (28). En la ELT y otros síndromes epilépticos, la gliosis es una característica neuropatológica común y, lo que es más importante, a menudo se asocia con la resistencia al tratamiento farmacológico. La esclerosis hipocampal se caracteriza por gliosis reactiva, pérdida neuronal y cicatriza- ción glial (29) estando asociada con deterioro cognitivo (30). Dichas alteraciones celulares (astrogliosis, neurodegeneración y muerte neuronal) están presentes en modelos animales de ELT como el de litio-pilocarpina (16, 17). En las áreas cerebrales afectadas, las células gliales, tanto microglía como astrocitos, experi- mentan cambios fisiológicos y moleculares que acompañan el desarrollo y la progresión de la epileptogénesis (31, 32). Los astrocitos reactivos participan en: (i) la captación del glutamato potencialmente excito- tóxico, (ii) la producción de glutatión, (ii) la liberación de adenosina, (iv) la facilitación de la reparación de la BHE, (v) la estabilización del líquido extracelular y del equilibrio electrolítico; (vi) la supresión de las células inflamatorias y de los agentes infecciosos. Estas funciones de la glía en las fases iniciales de la epileptogénesis está ganando atención y supone un nuevo abordaje al estudio de la epileptogénesis (33-36). En la fase tardía de la epileptogénesis, los cambios en las subunidades de los receptores GABA, AMPA y NMDA y la plasticidad sináptica se suman a los que ocurren durante la fase temprana, contribu- yendo en conjunto a la hiperexcitabilidad típica que caracteriza a la enfermedad (37). Figura 1. Imágenes PET-TAC a nivel cerebral, representativas de una rata control (izquierda) y de una rata 4 días des- pués de haber sido sometida al modelo de SE inducido por la administración de litio-pilocarpina (derecha). Se muestran cortes a nivel coronal, sagital y transversal de la imagen TAC (fila superior), de la imagen PET obtenida por adminis- tración de 18 F-FDG y de ambas imágenes fusionadas (fila inferior). Se observa la reducción de la captación del radio- trazador PET en la rata inyectada con pilocarpina, demostrándose el hipometabolismo cerebral que aparece ya desde las primeras fases del periodo silente de la epileptogénesis. 6. ASTROCITOS EN LA REGULACIÓN DEL METABOLISMO CEREBRAL EN LA EPILEPTOGÉNESIS

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