Anales de la RANM

172 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 CIRUGÍA DEL BAZO Rodríguez Montes, JA An RANM. 2022;139(02): 167 - 173 sicos, realizar una TAC a los 2, 5 y 7 días, iniciar la deambulación a las 24-72 horas con actividad progresiva, alta si estabilidad a los 7-9 días y vitar esfuerzos importantes y deportes de riesgo. Está indicada la laparotomía inmediata cuando acontece: inestabilidad hemodinámica, descenso del hematocrito, evidencia de lesiones intraabdomi- nales concomitantes, si la monitorización continua no está asegurada y cuando progresa la lesión por TAC o se constata rotura de un hematoma intrapa- renquimatoso o subcapsular. El tratamiento no operatorio es exitoso en el 80% de los pacientes con hemoperitoneo menor, en el 50% de aquellos con hemoperitoneo moderado y en el 35% de los casos con hemoperitoneo mayor. Las lesiones tipo I y II en general presentan hemope- ritoneo menor, mientras que las de grado 4 y 5 presentan hemoperitoneo mayor. La garantía y credibilidad del tratamiento no operatorio están avaladas por el hecho de no haber encontrado más que un solo fracaso por hemorragia tardía en varias grandes series (11), (23) (28), (29), (30) .(31) (32). La razón por la que el fracaso del tratamiento no operatorio es suscep- tible de mayor frecuencia en adultos que en niños sería debido, además de la incorrecta selección e indicación, a las diferentes del bazo del niño y del adulto y al hecho de que con el aumento de la edad el cambio en la relación cápsula-parénquima podría favorecer la continuación de la hemorragia, así como la mayor tendencia a las roturas tardías en las lesiones esplénicas del adulto. Los traumatismos del bazo son muy frecuentes. Ocurren en el 25% de traumatismos abdominales cerrados; en el 7-10% de los traumatismos abdomi- nales abiertos y en el 40-45% de pacientes con lesiones abdominales múltiples. La mayoría de las lesiones son grado I-III (60%). La conservación del bazo roto es factible y debe ser prioritaria en casos de lesión mínima; no así en casos de afectación máxima o en los que no permiten emplear el tiempo necesario para conseguir el cese de la hemorragia La esplenorrafia debe intentarse siempre que no exista dislaceración que afecte a vasos suficiente- mente grandes, exista inestabilidad hemodinámica, fragmentación esplénica excesiva o si cualquier otra circunstancia la contraindica. En determinadas circunstancias y pacientes es posible conservar el bazo mediante observación sin operación (tratamiento no operatorio). Si cualquier circunstancia contraindica la conserva- ción del órgano, el autoimplante de pulpa esplénica es la única opción de preservar algunas funciones del bazo tras la esplenectomía completa. 1. Rodríguez Montes, J.A.: Cirugía conservadora del bazo. Del cauterio a la cirugía laparoscó- pica. En: J.A. Rodríguez Montes, Dir. Historias de la Cirugía. Ergon, 2003:225-242 2. 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