Anales de la RANM

296 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 ERGONOMÍA EN LA CIRUGÍA GINECOLÓGICA ROBÓTICA Coronado Martín PJ, et al. An RANM. 2022;139(03): 294 - 302 50 intervenciones o en su inicio robótico). El número de cirujanos durante las cirugías fue de 2 (ocasional 3 con asistencia de un residente) en la cirugía robótica y 3 cirujanos en la laparos- cópica convencional, siendo al menos uno de ellos residente con misión de llevar la cámara. La combinación de cirujanos siempre incluía al menos un cirujano senior en cualquier vía. El abordaje quirúrgico (robótico o laparoscópico) fue seleccionado dependiendo de la disponibi- lidad del sistema quirúrgico robótico (una vez por semana) y no de acuerdo con las características de los pacientes, ni cirujanos. En general, ante la presencia de casos simultáneos se eligió el sistema robótico en los casos más complejos. Se incluyeron en el estudio los casos de patología ginecológica maligna o benigna que implicaban la realización de al menos una histerectomía (con o sin anexectomía), la cual podría estar asociada o no a la realización de otros procedimientos como linfadenectomía pélvica y/o paraaórtica u omentectomía. Todas las pacientes interve- nidas tuvieron indicación de cirugía mínima- mente invasiva y firmaron un consentimiento informado. Se categorizó la complejidad quirúrgica según el tipo de cirugía. Se consideró complejidad baja si el procedimiento implicaba solo una histerec- tomía con o sin resección de anejos; moderada si la histerectomía se acompañaba de linfadenec- tomía pélvica; o alta si se asociaba una linfade- nectomía paraaórtica o se trataba de una histerec- tomía radical (tipo B o C de Querleu Moreau) Todos los procedimientos se realizaron en posición de litotomía. No se usó movilizador uterino en ningún caso. El acceso a la cavidad abdominal se realizó con trocar periumbilical de Hasson. La presión del neumoperitoneo fue aproximada- mente 10-12 mm Hg. Para introducir los trocares accesorios, los pacientes se colocaron en la posición de Trendelenburg. Se usaron de forma sistemática 4 puertos de trabajo en semiarco, de 8 mm en el caso de cirugía robótica y de 5 mm en el caso de laparoscopia. En caso de realizar una linfadenectomía paraaórtica se usaron 2 trócares más, uno de 10-12 mm para la óptica suprapú- bico (en el modelo Xi se usó un trocar robótico de 8 mm) y un tocar auxiliar de 5 mm en el lado derecho. Se realizó una omentectomía cuando estaba indicado según las guías locales e interna- cionales. El cierre del manguito vaginal se realizó de forma robótica o laparoscópica con suturas continuas. En los primeros años las suturas fueron de Vicryl 2.0 y desde el 2019 con V-Lock o Stratafix 2/0 o 3/0. El tiempo operatorio piel con piel fue obtenido contando los minutos desde la incisión en la piel hasta su cierre. El estudio fue aprobado el 8 de febrero de 2012 por el comité ético local del centro con el código C.P. ROBOCOG - C.I. 12/035-E. Análisis estadístico Las variables cualitativas se expresan con sus frecuencias y porcentajes relativos y su relación entre ellas y la vía de abordaje (robótica vs. laparos- cópica) se analizó mediante el test de la Chi2 o la prueba exacta de Fisher en caso de que más del 25% de los esperados fueron menos de 5. Las variables cualitativas se expresan con sus medias y desviaciones estándar. Para comparar la vía de abordaje con las variables cualitativas se utilizó la prueba t de Student la prueba U de Mann-Whitney para muestras independientes, dependiendo de la distribución paramétrica o no de la variable continua. Para todas las pruebas, un valor p menor de 0,05 se consideró estadísticamente significativo. El procesamiento y análisis de los datos se llevó a cabo utilizando el software estadístico IBM SPSS versión 25.0. RESUTADOS Se analizaron un total de 608 cirugías mínima- mente invasivas (robóticas o laparoscópicas). Se seleccionaron 451 casos que presentaban histerec- tomía y en 384 casos (85.1%) se obtuvo completo el cuestionario (242 robóticas y 142 laparoscópicas) En la tabla 1 se muestra la descripción de la serie. La cirugía robótica se realizó en mujeres más obesas (p=0.036) y con más comorbilidades (p=0.023). Se realizó robótica con más frecuencia en procesos malignos (estadificación y tratamiento de tumores de cérvix, endometrio y ovario), lo que implicó la mayor realización de procedimientos complejos; concretamente con cirugía robótica se realizaron más histerectomías radicales y más histerectomías asociadas a linfadenectomías pélvicas y paraaór- ticas (p<0.001). Esto refleja un tiempo de cirugía ligeramente superior en los procedimientos robóticos que en los laparoscópicos (diferencia de medias de 13 minutos no significativa). Por otro lado, los procedimientos robóticos se realizaron más frecuentemente por cirujanos senior y los laparoscópicos por junior (p=0.009). En las tablas 2 y 3 se exponen los resultados de la encuesta realizada a los cirujanos tras finalizar la intervención. A igualdad de dificultad percibida por el cirujano principal, la cirugía robótica fue valorada como menos cansada, con más confort y con menor dolor de miembros y espalda que la laparoscópica (p<0.001). Estos resultados fueron más sutiles en el cirujano ayudante donde la reducción del dolor de piernas fue la variable más diferencial respecto a la laparoscopia (p=0.026) (tabla 2). Cuando se estratificó por la experiencia del cirujano y la complejidad de la intervención se encontraron las mismas diferencias entre la vía robótica y la laparoscópica (tabla 3). Respecto al cansancio percibido, los cirujanos junior no presentaron diferencias significativas respecto al cansancio percibido entre ambas vías, y lo cirujanos senior encontraron menor dificultad percibida

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