Anales de la RANM

11 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 LA PANDEMIA COVID 19 Y EL TRASPLAMTE DE ÓRGANOS Moreno González E, et al. An RANM. 2023;140(01):9 - 16 Tras su diagnostico el tratamiento más utilizado fue la hidroxicloroquina y los fármacos inmunomoduladores 48%. En el 85% se redujo o suspendió el tratamiento inmunosupresor, aumentando la dosis de administración de corticoides en aquellos enfermos que todavía mantenían su administración. El 27% de los enfermos infectados tras el trasplante falleció. La relación de sexo masculino y edad avanzada fue del 18,8%. La mayor mortalidad se produjo, (considerando el órgano trasplantado), tras el trasplante pulmonar. (10, 11) I NF LUENC I A DE L A PANDEMI A POR COV I D - 19 EN L A R EDUCC I ÓN DE L T RA S P L ANT E DE ÓRGANO S . a. Influencia en la donación de órganos: Durante este año se advirtió una reducción en el ingreso de afectación cerebral grave por hemorragia, infartos, traumatismos, etc, no registrán- dose por tanto este tipo de patología como consecuencia de muerte encefálica. Debido al cambio de patología de las UCI, se redujo ostensiblemente la información a equipos de trasplante, disminuyendo de forma evidente las ofertas procedentes de hospitales en los que no se realizan trasplantes. También se redujo la eliminación de posibles donantes desde las UCI por sospecha de infección o demostración de enfermos tratados en áreas próximas. Así mismo la saturación de tratamientos en UCI. La imposibilidad de cumplir el protocolo en hospitales donantes o en aquellos receptores de la donación, y muy especialmente la reducción de plantillas por enfermedad o infección por COVID, entre los coordinadores, o áreas de apoyo pretrasplante. b. Influencia en el implante del órgano donado en el receptor: En la elección del receptor debe considerarse en primer lugar, si podemos elegir entre el incremento del riesgo que corre el enfermo o trasplantar, posibilidades de espera a un periodo de mayor control y desaparición de la pandemia, o asumir los riesgos debido al agravamiento de la enfermedad que obliga al trasplante, a lo que debíamos añadir la situación de UCI colapsada o con altas posibilidades de contagio, así como la reducción de lista de espera por infección de los enfermos integrantes en ella. Un número importante de enfermos se negó a ser trasplantado, solicitando su exclusión transitoria de la lista de espera, un hecho a considerar fue la reducción de plantillas de cirujanos, anestesistas, intensivistas y entre todas las especialidades consideradas fundamentales en el periodo postrasplante. (12, 13). NUEVOS ELEMENTOS EN EL ORGANIGRAMA DE LA SE- LECCIÓN DE POTENCIALES DONANTES EN MUERTE EN- CEFÁLICA. Se aconsejó descartar de los enfermos en los que existía infección por COVID-19, aquellos en los que se demostrará proximidad a un infectado por compartir residencia, frecuentes visitas o se hubiese diagnosticado entre ellos a un infectado por COVID-19, especialmente si habían padecido sintomatología correspon- diente a la infección. Cuando no existieran síntomas debían realizarse las pruebas diagnos- ticas, si estas demostraban positividad cierta o no concluyente, debían también descartarse. En aquellos potenciales donantes (pulmonar o intestinal), las medidas fueron más estrictas. La ONT suspendió todas las actividades en las que participaban médicos o enfermeras el 3 de Marzo de 2020, fomentando la extracción en el mismo área de actuación de los equipos, para evitar problemas en la logística organi- zada por los coordinadores de cada autonomía y hospital de referencia. Se intentó sin llegar a definirse, la indicación de los tratamientos para pacientes trasplantados, intentando remedar los criterios de actuación en UCI para los enfermos infectados, distinguiendo cuatro grupos de prioridad según la gravedad de la infección viral, indicando solo el ingreso y cuidados en los grupos 1 y 2 y excluyendo en el caso de colapso de esas unidades en los grupos 3 y 4 que incluían la mayor gravedad o irreversibilidad de la enfermedad. Lo cual sin duda llegaba a recomen- darse como mejor elección en la selección de los donantes, priorizando la utilización de donantes con muerte encefálica o parada cardiaca consid- erados óptimos y la suspensión de utilización de aquellos con criterios expandidos. De la misma forma pasaban a priorizarse los receptores en situación crítica, incluyendo aquellos consid- erados de urgencia o fallo hepático fulminante (FHF) o receptores en lista de espera especial por sus características individuales, hiperinmu- nizados o en edad pediátrica. La mayor parte de los grupos con responsa- bilidad en el trasplante de órganos abdomi- nales aceptaron un protocolo mínimo para la selección y utilización de donantes así como la aceptación del receptor rechazando o priori- zando uno especifico de los incluidos en la lista de espera (Fig 1). a. Oferta aceptable que obliga a un estudio más pormenorizado de las características del donante, en especial: ● Posibles anteced- entes de infección. ●● Contactos con personas infectadas, en el ámbito familiar, laboral o desconocido. ●●● PCR+ ó -. ●●●● Anteced- entes de estancia en UCI, tratamientos seguidos y aislamiento profiláctico o terapéutico. ●●●●● Si hubo infección detectada, tiempo transcurrido desde su aparente curación.

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