Anales de la RANM

7 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 Fernández Gutiérrez B ORGANOIDES An RANM. 2023;140(01):7 - 8 ORGANO I DE S : UNA PODEROSA HERRAMI ENTA EN EVOLUC I ÓN ORGANOIDS: A POWERFUL EVOLUT IVE TOOL Benjamín Fernández-Gutiérrez 1 1. Jefe de Servicio de Reumatología. Hospital Clínico San Carlos. Profesor Titular de Medicina. Universidad Complutense de Madrid IDiSSC Autor para la correspondencia Benjamín Fernández-Gutiérrez Hospital Clínico San Carlos. Universidad Complutense de Madrid IDiSSC Tlf.: +34 625 926 463 E-Mail: benjamin.fernandez@salud.madrid.org DOI: 10.32440/ar.2023.140.01. ed01 Enviado: 19.12.22 | Revisado: 22.12.22 | Aceptado: 28.12.22 E D I T O R I A L Los organoides son cultivos de tejidos tridimen- sionales in vitro que se derivan de células pluripo- tentes (embrionarias o inducidas) o células madre adultas o incluso muestras de tejido específicas del paciente. Los organoides pueden ser dirigidos para diferen- ciarse en una variedad de tipos de células con características de órgano y tienen unas caracterís- ticas histológicas y una organización similar, y a veces indistinguible, de las de los órganos reales. Además, su formación recapitula el proceso de autoorganización de la formación del órgano. Por todo lo anterior, los organoides son modelos más prometedores que las líneas celulares bidimen- sionales para el estudio in vitro de procesos y estructuras humanos, aparición de enfermedades y estudios preclínicos de desarrollo de fármacos. Además, en comparación con los modelos animales, los organoides se pueden generar con mayor eficiencia y velocidad y proporcionar una represen- tación más precisa de los tejidos humanos (1). Para aprovechar al máximo el potencial de la tecnología de organoides en el campo de la investigación de enfermedades y el desarrollo de fármacos, el problema clave que debe resolv- erse con urgencia, es verificar que los organoides pueden reflejar fielmente el proceso biológico en el cuerpo humano, que involucra la composición y diferenciación celular, y los estados y las respuestas a estímulos externos, y describir estos patrones. Además también se convertirá en una futura dirección de investigación, desarrollar un protocolo de cultivo confiable para organoides que pueden simular con mayor precisión el entorno vivo. En este contexto, comparar organoides con sus correspondientes tejidos humanos utilizando tecnologías de secuenciación de alto rendimiento, especialmente la secuenciación de una sola célula, proporcionará un poderoso método para evaluar la calidad de los organoides. El requisito clave para un modelo clínicamente relevante es la capacidad de replicar la fisiología humana, tanto en condiciones normales como de enfermedad, así como para predecir con precisión la respuesta humana a un tratamiento. Lograr esto depende de una extensa validación. En particular, el modelo debe ser capaz de replicar el éxito o el fracaso de tratamientos conocidos que se han utilizado clínicamente (2). En el caso de la medicina regenerativa, debido al reducido número, y una historia relativamente corta, de productos de medicina regenerativa que han sido utilizados en aplicaciones clínicas, la validación de nuevos productos de medicina regenerativa con un tratamiento conocido no es a menudo factible. Así, el establecimiento de un “estándar de oro” requerirá la colaboración entre los profesionales de las ciencias de la vida, la patología, la ingeniería, la clínica y el medicamento. Un paso más allá son los microdispositivos diseñados para contener células modeladas y matriz extracelular para diseñar la estructura y función de tejidos y órganos en una escala micro, son los llamados órgano en un chip (3). Las características definitorias del órgano en un chip incluyen la disposición 3D de los tejidos en la plataforma, patrones de múltiples células organotípicas en un contexto fisiológicamente relevante, y la simulación bioquímica (señales) y señales biofísicas (fuerzas) relevantes para el tejido u órgano modelado. Esto es una alternativa a la experimentación con animales para el estudio de la fisiopatología de la enfermedad, y la capacidad de recapitular estados de enfermedad clínicamente relevantes mediante la ingeniería y las características de la arquitectura y fisiología de los órganos a escala micro (4). Las desventajas incluyen la naturaleza simplista de estos modelos de enfermedad. El aforismo común que afirma que “todos los modelos son malos, si bien algunos son útiles” se aplica aquí. El nivel de complejidad necesario para crear estos modelos debe equilibrar un valor real que, de lo contrario, no podría obtenerse de un modelo más simple (5). La heterogeneidad celular en cultivos organotípicos se considera con frecuencia como una mejora

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