Anales de la RANM
242 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 PROTONTERAPIA CLÍNICA 2030 Calvo Manuel FA, et al. An RANM. 2023;140(03): 233 - 251 inflamatorio de mama ha sido tratado con IMPT por el mismo grupo de expertos y comunicados los resultados iniciales. Entre 2016 y 2020, 19 pacientes tratadas con IMPT adyuvante (50 Gy / 25 fracciones, 11 con boost integrado hasta 56.25 Gy, 11 necesitaron de replanificación a lo largo del tratamiento). A 2 años no se observan recidivas loco-regionales. Finalmente, los datos iniciales de la experiencia en técnica de irradiación parcial de la mama acelerada (21.9 Gy RBE en 3 fracciones diarias sobre volumen del lecho tumoral con 1 cm de margen) en 76 pacientes (periodo de tratam- iento 2015-2017) confirma que la tolerancia es excelente (no toxicidades grado 2 observadas). La dosis mediana cardiaca, pulmón ipsilateral y dosis máxima en la piel fueron de 0 Gy, 0.1 Gy y 20.6 Gy, respectivamente (30). Los estudios aleatorizados en marcha exploran primariamente beneficio en riesgo cardiovascular. El ensayo RadComp ( NCT02603341) pretende aleatorizar 1,278 pacientes de forma pragmática y multiiinstitucional a recibir radioterapia con fotones (45-50.4 Gy sin sobreimpresión en lecho quirúrgico) o protones (mismos requisitos) con objetivos primarios centrados en eventos cardio- vasculares mayores. El estudio propuesto por el grupo danés DBCG está basado en la canalización a protonterapia de las pacientes con una dosis media cardiaca > 4 Gy, pulmón V17/V20 Gy > 37%. El estudio aleatorizado fase II de la Clínica Mayo ( NCT02783690) ha comparado, en pacientes mastectomizadas (protésicas o no) tratadas con protonterapia, fraccionamiento convencional e hipofraccionamiento moderado (15 fracciones). La cohorte estudiada fue de 88 pacientes. A los 24 meses de seguimiento las complicaciones definidas en el protocolo de estudio fueron observadas en 15% y 20% (grupos convencional e hipofraccionado, respectivamente). Todas las complicaciones se observaron en pacientes con expansor o reconstrucción inmediata y en el grupo de hipofraccionamiento dominó la complicación asociada a infección (31). Tumores malignos del abdomen incluyendo cáncer de páncreas, vía biliar y adrenales. El cáncer de páncreas es un reto terapéutico en transición. En la experiencia de la Clínica Mayo con157 pacientes registrados prospectivamente, que recibieron dosis media de 50 Gy, quimioter- apia sistémica con FOLFIRINOX o Gemcitabina/ nab-paclitaxel y concurrencia con capecitabina, el 63% fueron resecados y toleraron la radioter- apia con una mínima afectación de la calidad de vida. No se identificaron diferencias en tolerancia entre fotones y protones (23%) probablemente en relación con el tamaño muestral analizado (32). La comparación de planes dosimétricos en pacientes con cáncer de páncreas localizado mediante VMAT o IMPT, sin embargo, demostró una reducción significativa de la dosis que pueden recibir el intestino delgado, duodeno, estomago, hígado y riñones (p < 0.05). La tasa de control local al año de seguimiento fue del 80% y la mediana de supervivencia comunicada en diversos estudios oscila entre 18,4-22,3 meses. Existen datos publicados de estudios japoneses multiinstitucionales en pacientes tratados con protonterapia y portadores de cáncer de la vía biliar (93 pacientes irresecables o recidivados, dosis media 65,7 Gy RBE, rango 50-72.6 Gy, 22-25 fracciones) que con una mediana de seguimiento de 16,3 meses describen una mediana de supervivencia de 20.1 meses y una supervivencia global a 2 años de 37,8% (control local 66,5%) (33). La protonterapia puede ser una alternativa de valor dosimétrico para pacientes con oligome- tástasis adrenales o tumores primarios localizados (34). Tumores malignos de la pelvis, incluyendo cáncer de recto, ano, vejiga y cérvix no metastásicos. En la experiencia de la Clínica Mayo en cáncer de recto (208 pacientes, 58 IMPT, 150 IMRT, 50% estadio III). A pesar de que el volumen de tejidos normales expuestos a dosis bajas e intermedias de irradiación fue inferior en IMPT, tanto regiones de la vejiga como intestinales se incluyeron en la zona de dosis altas, no se observaron diferencias signifi- cativas en eventos tóxicos grado 3 o superiores (68% vs 67%), ni en el patrón evolutivo oncológico. Resultados similares han sido comunicados en series piloto. En una reciente revisión sistemática (35) sobre cáncer de recto la dosimetría de protones fue superior a la de fotones (3DCRT e IMRT) especial- mente en el escenario de rescate a recurrencias pélvicas (127 pacientes pertenecientes a 8 estudios comparativos). En indicación de radioterapia neoadyuvante los planes de irradiación con protones son superiores en reducir la exposición de medula ósea (niveles V5-20 Gy) y asas intesti- nales (niveles V10 -V20 Gy) en comparación con IMRT o 3DCRT (82). En el estudio randomizado fase II PRORECT (NCT04525989) de radioterapia preoperatoria de curso corto (hipofraccionada), el análisis de la dosimetría en 20 pacientes consecu- tivos comparando VMAT fotones y protonterapia con haz pincelado fue favorable a protonterapia (36). El cáncer de vejiga no está incluido en las amplias coberturas de financiación de tratamiento recomen- dadas por la sociedad japonesa de oncología radioterápica JASTRO. En 2016 se inició un registro para poder evaluar evidencia clínica. El único antecedente disponible era de origen japonés (70 pacientes, cT2-3N0M0, Universidad de Tsukuba) y mostraba resultados favorables en preservación vesical y supervivencia a 5 años (82 y 77%, respec- tivamente) (37). El cáncer ginecológico se ha incorporado reciente- mente a las experiencias clínicas con abordajes mediante protonterapia (38).
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