Anales de la RANM

261 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 OLA DE CALOR Y MUERTE CARDIOVASCULAR Berrazueta Fernández JR An RANM. 2023;140(03): 259 - 263 Baleares entre los días 9 y 26, y con dieciocho días de duración, se convirtió en la segunda ola de calor más larga desde que hay registros en España. El Ministerio de Sanidad realiza desde 2004, un sistema de Mo nitorización de la Mo rtalidad (MoMo) desarrollado por el Instituto Carlos III, con registro diario de todas las causas de muerte, dentro del plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas. Desde el 01 de enero hasta finalizar el 2020 MoMo identificó a nivel nacional una mortalidad observada de 498.059 casos, se habían estimado 424.836 muertes, siendo el exceso de defunciones por todas las causas de 73.222 casos de los que 2.152 defunciones fueron atribuibles al aumento de temperatura. El año 2021 las muertes observadas fueron 452.053 frente a 422.743 estimadas, el exceso por todas las causas fue de 29.310, de ellas 3.550 atribuibles a temperatura. El año 2022 las muertes observadas fueron 460.836 frente a 427.712 estimadas, con 33.124 en exceso por todas las causas de ellas 5.876 atribuibles a temperatura. En el registro de 2022 se produjo un exceso de 33.124 fallecimientos. El hecho de convivir con la pandemia de COVID, que seguía produciendo más de 100 fallecimientos diarios, dejó aún un exceso de 5.876 fallecimientos atribuibles al aumento de temperatura, siendo en el mes de Julio 2022 de 2.217 el exceso de fallecimientos en toda España. El segundo mes con exceso significativo por este motivo fue Agosto con 1.602 muertes. En Cantabria se esperaban, hasta finalizar Agosto 2022, 3.973 fallecimientos pero hubo 4.757, con un exceso de 784, Al igual que en el resto del Estado, el mes con mayor exceso de mortalidad por todas las causas fue Julio con un exceso de 216 de los 694 fallecimientos observados. Se han atribuido 58 a infección por el COVID, y un caso fue certificado por los médicos como secundario a la acción directa del calor, y puede explicarse si ocurrió un golpe de calor. Por lo que parece que quedaron 157 casos sin clara explicación. Aunque no tiene porqué ser así (20). ELEVACIÓN TEMPERATURA Y MUERTE CARDIOVASCULAR La relación de los cambios de temperatura con las ECV es algo bien conocido. En numerosos publica- ciones científicas y en cualquier zona del mundo, se ha demostrado una relación en forma de U, V o J entre la temperatura y las ECV. En general, se sabe que cuando la temperatura se mantiene en niveles promedios, se producen menos complicaciones CV, mientras que en las temperaturas extremas, altas o bajas, aumentan significativamente dichas compli- caciones, los ingresos hospitalarios y la mortalidad CV. Otra situación que agrava la respuesta a la elevación de la temperatura es el aumento paralelo de la humedad, que agrava la tolerancia del organismo al calor en algunos lugares, con un aumento significativo del trabajo cardiaco, la ventilación y la sudoración en condiciones en las que se reduce la tensión arterial, por vasodilatación periférica, y aumenta la frecuencia cardiaca por la estimulación simpática (21). En la ola de calor de 2010 en Quebec, se alcanzaron temperaturas máximas de 33,3 a 34,8 ° C durante 2,9 días (percentil 95 de la temperatura máxima). Se produjo un aumento del 33% de las muertes globales. Como país con altos niveles de ingresos económicos ya se habían producido avances en la climatización en domicilios y lugares públicos, lo que redujo la mortalidad. En otras regiones en situación similar de aumento de temperatura, la mortalidad llegó a multiplicarse por seis (22). Durante el verano de 2018, el verano más caluroso registrado en 146 años de observaciones meteoro- lógicas en el sur de Quebec, se notificaron un exceso de 86 muertes posiblemente relacionadas con el calor en las nueve regiones afectadas por la ola de calor y también aumentos significativos en las hospitalizaciones. Pero estos impactos sobre la mortalidad y la morbilidad fueron inferiores a los experimentados en julio de 2010 (23). REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD EN LAS OLAS DE CALOR Esta menor tasa de mortalidad trece años después, se debió a que se había extendido la instalación de unidades de aire acondicionado . Estas instala- ciones están muy extendidas en muy pocos países. En Japón y Estados Unidos, están instaladas en más del 90% de los hogares, frente a países con escasos recursos y otros con temperaturas medias no extremas, donde no alcanzan al 8% de la población. Es difícil extender una medida que supone alcanzar el 75% de la demanda anual de electricidad en un breve periodo de tiempo, en cualquier país salvo en los dos comentados (24). Sin embargo mientras no se consiga frenar el cambio climático y reducir los incrementos medios de temperatura ambiente y la aparición de olas de calor, estas se pueden mitigar en los países con bajos recursos donde no es posible la instalación masiva de unidades de aire acondicionado, lo que no hace más que ahondar la diferencia entre países en los extremos económicos. Pero se deben extender medidas con menos consumo eléctrico en países con escasos recursos y en mucho países europeos, modificando la estructura de las nuevas edificaciones con ventanas diseñadas para capturar la luz solar en invierno y que sirvan de cortinas de protección solar en verano. Con mejor aislamiento térmico de los nuevos edificios. O manteniendo medidas tradicionales como “techos frescos”, con superficies blancas que permiten resistir a la entrada del calor y quizá la medida más rentable sean los ventiladores que extraen el calor interior y barren aire fresco en las habitaciones (25).

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