Anales de la RANM
71 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 APROXIMACIÓN BIOÉTICA A LA DEFINICIÓN DE PERSONA Domínguez Roldán JM An RANM. 2024;141(01): 64 - 72 capacidad de integración de la globalidad. Sin embargo, la ausencia de estos dos elementos no sería suficientes para poder establecer el diagnós- tico de muerte. Por una parte, está el hecho de que no puede basarse la existencia del ser humano exclusivamente en la racionalidad, ya que, si fuese así los pacientes en estado vegetativo persistente o los recién nacidos deberían ser considerado como carentes de las características de persona. Debe resaltarse que los signos descritos Shewmon no son relevantes para definir a la persona, ya que eso signos esos signos participan en la estructura corporal como la de un ser humano, pero no son suficiente para sustentar que en ese cuerpo persisten las características de persona. Parece una simpli- ficación de las características de ser humano el limitarlas a: actividad racional y actividad autónoma corporal integrada (18, 19). El hecho de que todas las funciones observadas en pacientes diagnosti- cados de muerte encefálica son también observadas en células y tejidos ex vivo aislados es una realidad. La persona, no debe ser identificado exclusivamente con la actividad de sus células, tejidos, y órganos. La persona es mucho más que eso. 8. CONCLUSIONES • El cese irreversible y definitivo de todas las funciones intrínsecamente neurológicas de todo el encéfalo conduce al cese de la actividad del organismo como un todo, es decir, a la muerte de la persona. Eso es compatible con fenómenos vitales en lo que ahora es un cuerpo muerto: existen células, tejidos y órganos que siguen funcionando (biotopo orgánico) si se mantiene la circulación y oxigenación sanguínea con soporte artificial. • Dado que tras el diagnóstico de muerte por criterios neurológicos es posible la persistencia de la actividad propia de un biotopo orgánico, el diagnóstico de muerte coincide con ausencia de todas las características esenciales de la persona, entre las que se encuentran: raciona- lidad, consciencia de sí mismo, conducta moral, libertad, manifestación, proyecto, identidad de persona, inmanencia de persona, trascen- dencia de persona, autofinalidad, culminación, e indivisibilidad. • El diagnóstico de muerte encefálica global puede ser considerado diagnóstico de la muerte del ser humano, dado que las estruc- turas corporales en las que asientan las características esenciales de la persona humana han desaparecido. Permanece la actividad de un biotopo orgánico, remanente de la persona que fue, pero insuficiente para establecer la persistencia, en ese biotopo de ninguna de las características antropofilosóficas especí- ficas que definen a la persona. En ese biotopo orgánico no existe: racionalidad, consciencia de sí mismo, conducta moral, libertad, manifestación, proyecto, identidad de persona, inmanencia de persona, trascendencia de persona, autofinalidad, culminación, ni indivi- sibilidad. • La dimensión vectorial de la vida de ese ser humano ha cesado, persistiendo solo una corporalidad de base exclusivamente biológica, sin características ni posibilidades de proyec- ción vital. • Para establecer el diagnóstico de muerte del ser humano basado en criterios neurológicos deben coexistir tres circunstancias: ° Ausencia de actividad intrínsecamente neurológica de las estructuras encefá- licas intracraneales. Este diagnóstico debe ser cierto, y completo, y basado en datos clínicos e instrumentales. ° Ausencia funcional irreversible y total de las estructuras corporales esenciales que permiten el anclaje de las caracterís- ticas de la persona humana, las cuales se centran fundamentalmente en la actividad integrada en el encéfalo humano. ° Percepción de que la dimensión vectorial de la vida, basada en la ausencia de datos biológicos de sostenibilidad, ha alcanzado la frontera. • El ser humano no es exclusivamente su consciencia, aunque ésta es una de sus funciones y características más expresivas. Por tanto, la ausencia de consciencia (característica que define el estado vegetativo permanente) no es criterio suficiente para establecer la muerte de la persona. DECLARACIÓN DE TRANSPARENCIA El autor/a de este artículo declara no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en el presente trabajo. BIBLIOGRAFÍA 1. Domínguez-Roldán JM, Murillo-Cabezas F, Mu- ñoz-Sánchez A, Santamaría-Mifsut JL, Villén- Nieto J. Changes in the doppler waveform of intracranial arteries in patients with brain-death status. Transplant Proc. 1995; 27(4): 2391-2392. 2. Domínguez-Roldán JM, Murillo-Cabezas F, Muñoz-Sánchez A, Santamaría-Mifsut JL, Villén-Nieto J, Barrera-Chacón JM. Study of blood flow velocities in the middle cerebral artery using transcranial Doppler sonography in brain-dead patients. Transplant Proc. 1995; 27(4): 2395-2396.
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