Anales de la RANM

20 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 S U P L E M E N T O NECROLÓGICA EN MEMORIA DE MIGUEL LUCAS TOMÁS Javier Sanz Serrulla An RANM. 2024;141(01).supl01: 18 -20 Asimismo, dirigió en el Instituto de España el curso “Estética facial y autoestima”, cuyas conferencias tomaron cuerpo de libro, en el año de 2005. Comisarió la exposición “De la Odontología a la Estomatología. Y de la Estomatología a la Odonto- logía”, en la primavera de 2014. Leyó el discurso de la solemne sesión inaugural del curso académico 2016 que versó sobre “Orofaringe: sexo, papiloma virus, cáncer”. Fue autor, con Luis S. Granjel, de la introduc- ción del facsímil “Tratado de las operaciones que deben practicarse en la dentadura”, de Félix Pérez Arroyo, en la colección de “Clásicos de la Medicina Española” de la Real Academia Nacional de Medicina. El doctor Miguel Lucas aparecía en la columna de Umbral siendo Umbral tan exclusivo en el elenco de su crónica de una España avistada desde la capital del reino. Alérgico al elogio pero mirando de frente, fue nuestro compañero hombre de un fuerte carácter dulce, más al modo castellano que al de sus orígenes. Con el poeta, sentía desapego por las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la Luna, pues del ser humano le interesó lo que más noblemente le distingue: la inteligencia, la bondad y la belleza. Tuvo presente la sentencia hipocrática de que “la doctrina es larga; la vida, breve; la ocasión fugaz; la experiencia insegura; el juicio, difícil” y actuó al paso de la misma aquilatando el tiempo y correspondiendo con franqueza y elegancia a las amistades y a los afectos. Amó la lectura, el teatro y la música y fue asiduo del vecino Teatro Real como también un virtuoso del piano, música clásica y, de vez en cuando, a la espera de que en el pub el pianista de jazz le cediera el banco para seguir e improvisar. De su relación con otra de las Bellas Artes, la pintura, obtuvo esta Real Academia mediante su gestión por amistad e influencia con quienes decidían la cesión por parte del Museo del Prado del cuadro “Centro de vacunación”, del sevillano Manuel González Santos, que luce en una de nuestras salas. De sus tertulias con Joaquín Calvo Sotelo o José López Rubio también supe, pero siempre tomando a los demás como referencia cuando era miembro de esos diálogos. El recuerdo de su persona, de hombre de una pieza, nos dirige sin duda a la “auctoritas”, proveniente del Derecho romano, es decir, a la distinción de determinadas personas basada en una serie de características morales e intelectuales que las destacan del resto. Puedo poner cara al concepto de la infrecuente “auctoritas” de estos tiempos. Y veo el retrato limpio de Miguel Lucas Tomás. Su legado, como alguien escribió tras su muerte, es ya una cruz clavada en tierra firme, de dos brazos: magisterio y bondad. Ahora descansa en el Señor. DECLARACIÓN DE TRANSPARENCIA El autor/a de este artículo declara no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en el presente trabajo. Si desea citar nuestro artículo: Sanz Serrulla J. Sesión necrológica en memoria del Prof. Miguel Lucas Tomás. An RANM. 2024;141(01).supl01: 18–20. DOI: 10.32440/ar.2024.141.01.supl01.art03

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