Anales de la RANM

22 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 S U P L E M E N T O NECROLÓGICA EN MEMORIA DE JUAN DEL REY CALERO Pedro Sánchez García An RANM. 2024;141(01).supl01: 21 -22 La labor científica del profesor Rey Galero ha quedado plasmada en un elevado número de publicaciones nacionales e internaciones de gran impacto y difusión. No es este el momento de referirlas. Ya se hizo cuando ingreso en esta casa como académico de número por méritos propios. Me consta porque lo conocí muy bien que su nombre, su rasero científico alcanza las más elevadas cotas dentro y fuera de nuestro país. Trabajar en el centro de medicina preventiva dirigido por Don Juan implicaba niveles de excelencia. En su departamento se programó y él fue en gran medida el artífice del salto cualitativo y cuanti- tativo de la medina social y preventiva en España de los últimos años. Don Juan puede contem- plar con satisfacción estos logros y con orgullo el grupo de discípulos que con él han colaborado que le respetan y admiran. Comentar aun brevemente las aportaciones científicas no es tarea fácil. Sus estudios abarcan desde la bacteriología médica, la micología, el papel de los anaerobios, inmunología de la parasitosis, enfermedad de transmisión sexual epidemiológica y Sanidad etc etc.. Descubre con el profesor Casal un nuevo micobacteria epidermis reconocido internacionalmente. Estudio también la difusión del cáncer, marcadores de hepatitis y otros campos que le permitieron publicar libros en España y en el extranjero. Como maestro en la Universidad Autónoma de Madrid al margen de los alumnos de Medicina ha tenido el privilegio de contar, lo decía con particular satisfacción con excelentes colaboradores. Con este bagaje no es extraño que el profesor Don Rey Galero haya recibido valiosos recompensas y honores entre ellos la cruz de sanidad, del merito naval de Alfonso X el Sabio y la medalla de oro de la Universidad de Jerusalén. Sin embargo, me consta que a Don Juan dos entrañables distinciones otorgadas por sus paisanos cordobeses le honran profundamente. El doctorado honoris causa por la Universidad de Córdoba El nombramiento de cordobés del año 1989 Don Juan puede presumir de ser profeta en su tierra, pero nunca lo hizo y ello le honra. En una ocasión oí “tu casa puede sustituir al mundo pero el mundo jamás sustituirá a tu casa”. La casa cordobesa de Don Juan es un maravilloso ejemplo. Querido Juan: Te fuiste con muchos kilates de bonhomía de persona ejemplar, de universi- tario pleno, de hombre singular y eso importa. Lo que digo podría parecer que el mutuo afecto lo justifica sin más, pero no es así. Tú eras persona que pensabas en los demás. Hay el cuajado grupo de discípulos que hoy honran al maestro. Pertenecías a una raza de hombres de los que siempre se habla bien sobre todo cuando no estabas presente. Un peculiar mérito de que pocos pueden presumir porque en estos días usando un símil de patología molecular es legión de los que levantan anticuerpos. En la UAM contigo vivimos allí conversamos mucho, imaginamos mucho, trabajamos mucho y hemos soñado hasta donde fue posible pero siempre con los pies en la tierra. Eras, pienso de acuerdo con un amigo mío, conocedor de poderes y conciencia que “con hombres como tú España sería un país menos malo, más bueno, menos inhumano, más sereno, menos escindido, más tolerante. Mientras escribo esta carta y a la manera que recorro un álbum de cromos recuerdo las mil y una aventura que vivimos juntos. Tu fuiste uno de los que supo llevar el mensaje a García. Al estilo de un buen montañero buscabas dificultades por el placer de vencerlas así fue. Te fuiste como habías vivido, sin dar que decir. La última vez que te vi lo dijiste todo con una leve sonrisa y la cálida levadura de tu mirada. Desde que nos dejaste clamamos cono hace el poeta “tanto amor y no poder nada contra la muerte”. Querido Juan tiene tal magnitud y calidad que no puede hacerse en soledad. La amorosa e intelectual presencia de Rosalía “tu esposa” me consta que ha sido fundamental en tu vida. Estoy seguro que desde donde estás siempre le estarás mirando con amor. Es triste la ausencia pero recordarte siempre con alegría es, para Rosalía, un motivo de satisfacción. Él quiso estar alegre a tu lado. Descanse en paz. Don Juan a tí que predicaste con el ejemplo siempre querría contarte muchas cosas de por aquí, pero ya me voy alargando más de lo debido. Termino esta carta, Juan, con un ferviente y cálido abrazo en ausencia con la seguridad de que estarás descan- sando en paz al lado de nuestro Dios. Amen. DECLARACIÓN DE TRANSPARENCIA El autor/a de este artículo declara no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en el presente trabajo. Si desea citar nuestro artículo: Pedro Sánchez García. Sesión necrológica en memoria del Prof. Juan del Rey Calero. An RANM. 2024;141(01).supl01: 21–22. DOI: 10.32440/ar.2024.141.01.supl01.art04

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