Anales de la RANM

A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 291 VEINTE AÑOS DE INVESTIGACIÓN EN ESPAÑA An RANM. 2024;141(03): 290 - 291 Crespo Ferrer PV a los hospitales y centros asistenciales, las univer- sidades, los organismos públicos de investigación y, en su caso, las empresas privadas del sector salud. El objetivo común consiste en articular la investigación básica, la clínica y la de salud pública que aportan las distintas instituciones sobre los problemas de salud de la población y potenciar, con ello, la investigación translacional y el acorta- miento de su transferencia a la práctica médica y, en su caso y si procede, a la industria biotecnoló- gica. Por tanto, frente a inversiones diseminadas fruto de proyectos individuales en cada una de las instituciones, los Institutos buscan programas de inversión compartidos y orientados hacia las líneas estratégicas definidas previamente en los mismos. Y todo ello en un contexto de planifica- ción y coordinación nacional en el que el Instituto de Salud Carlos III juega un papel fundamental (7). En la actualidad, y veinte años después de la implementación de los Institutos de Investi- gación sanitarios, existen 35 Institutos acredi- tados, repartidos en 13 Comunidades Autónomas, y con más de 29.000 investigadores adscritos a los mismos. La creación y periódica acreditación de los institutos ha servido y debe seguir sirviendo para dar cohesión, coordinación y convergencia a la investigación sanitaria que se realiza en España. En tal sentido su existencia ha contribuido a institu- cionalizar la relación entre grupos a veces muy distantes y aislados en el marco de sus respec- tivas instituciones que con toda probabilidad nunca hubieran colaborado en proyectos sanitarios conjuntos. Aunque el éxito del programa de implementación de Institutos parece haber superado con éxito sus dos décadas de vida varios son los retos que el modelo tiene en su horizonte. El primero consiste en definir con claridad (4) cual es la singularidad de los institutos en el marco de las distintas institu- ciones en las que estructural y funcionalmente están inmersos y por tanto en la necesidad de identificar, entre la distinta maraña de unidades, servicios, comisiones, direcciones, decanatos, gerencias, vicerrectorados, etc. que existen en las mismas, los mecanismos y las estructuras que garanticen, con la mayor flexibilidad posible, la operatividad y la eficacia de la investigación y de la formación en salud que los Institutos tienen encomendados. A esto hay que vincular los conflictos de intereses que se están produciendo en algunos institutos cuando se vinculan actividades y responsabili- dades hospitalarias o universitarias a plataformas comunes que deben estar al servicio de todos y sin embargo parecen dependencias de los responsa- bles de las mismas con los problemas de prioridad y utilización de recursos que ello significa. Un reto igualmente a mejorar es la canalización de la creatividad productiva que genera la coopera- ción investigadora que los Institutos desarrollan. Aunque el número de patentes se ha incremen- tado notablemente en los últimos veinte años con respecto a los veinte anteriores el potencial de crecimiento y de transferencia industrial y biotec- nológica debería ser mayor. La transferencia a la clínica a través de ensayos clínicos ha aumentado no obstante muy significativamente y los datos más recientes ponen de relieve que España lidera en la Unión Europea el número de ensayos clínicos realizados sobre nuevos medicamentos superando a Alemania y Francia en el último año. A ello ha contribuido sin duda no solo la infraestructura y el desarrollo cooperativo aportado por los Institutos sino el progresivo cambio de mentalidad en los profesionales vinculados directa o indirectamente a ellos Aunque veinte años no sean históricamente nada para las instituciones y para las personas que las habitan, habrá que colegir, sin embargo, que, en lo que a los Institutos de investigación sanitaria respecta, su existencia se ha hecho notar en sus veinte años de existencia y de un modo, además, muy relevante en lo que a la investigación en salud se refiere. Proyectar, converger y compartir ideas, recursos y resultados con aquellos con los que convivimos en un mismo ámbito profesional no resulta actualmente una quimera. Se ha conver- tido ya, en nuestros días y gracias al impulso de los Institutos de Investigación sanitaria, en el modo normalizado y habitual de investigar en este campo al mejor servicio siempre de la salud y de nuestra sociedad. DECLARACION DE TRANSPARENCIA El autor de este artículo declara no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en el presente trabajo. BIBLIOGRAFIA 1. Crespo Ferrer PV Veinte años de investiga- ción biomédica en red (2002-2022). An RANM 2022;193 (03): 221-222. 2. Gibbons, M. Limoges, C. Nowotny H. Schwartz- man, S. Seot, P. Trow, M. The new production of knowledge. The Dynamics of Science and Research in Contemporary Societies Sage Pu- blications Ltd. London. 1994 3. Gibbons M, Limoges C, Nowotny H, Schwartz- man S, Scott P, Trow, M The New Production of Knowledge: The Dynamics of Science and Research in Contemporary Societies . London: SAGE Publications Ltd. 2010. 4. Campos A. Retos e Historia de los Institutos de Investigación. Diario Médico. 2014; 17:2. 5. Campos A. Comparecencia en el Congreso de los Diputados el 19 de octubre, Diario de Sesio- nes de las Cortes 81. 2000; 2212.

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