Anales de la RANM

211 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 TUMORES DE ESTIRPE NEUROBLÁSTICA EN EDAD PEDIÁTRICA Martí-Bonmatí L, et al. An RANM. 2024;141(03): 209 - 220 combina diferentes factores de imagen, clínicos, patológicos y genéticos que permiten predecir la agresividad del tumor, su comportamiento clínico y cómo responderá al tratamiento, siendo estos factores (7): el estadio de la enfermedad según el INRGSS; la edad en el momento del diagnóstico; la categoría histológica; el grado o diferenciación de las células del tumor; el estado del gen MYCN (con o sin amplificación); el estado del cromosoma 11q (aberración o no aberración); y la ploidía de las células tumorales (contenido de ADN de las células tumorales, diploide o hiperdiploide). Tras la evaluación de estos factores, el neuroblastoma se clasifica en una de estas cuatro categorías por grupo de riesgo: muy bajo riesgo, bajo riesgo, riesgo intermedio o alto riesgo (Figura 3). Los sistemas actuales de estadificación presentan limitaciones debido a la variabilidad en el compor- tamiento de los tumores, que en ocasiones resulta impredecible. No existe un consenso interna- cional sobre las variables pronósticas a evaluar para asignar grupos de riesgo y estratificar el tratamiento, y los factores seleccionados por varios grupos cooperativos expertos en neuroblas- toma alrededor del mundo para definir el riesgo no son uniformes. Por ello, surge la necesidad de establecer nuevos biomarcadores adicionales para mejorar la precisión en la estratificación del riesgo tumoral. Los biomarcadores de imagen son caracterís- ticas estructurales y funcionales que propor- cionan información fenotípica adicional a la lectura radiológica usual (12–14). La extrac- ción de parámetros cuantitativos de las imágenes de RM podría constituir un biomarcador de imagen potencial en pacientes con neuroblas- toma para mejorar la capacidad de estratifica- ción del riesgo y la predicción de la agresividad tumoral, permitiendo una mejor tipificación de la enfermedad en cada paciente. Varios estudios han demostrado que la radiómica puede contribuir en la caracterización de tumores (15,16). Sin embargo, la estabilidad y reproducibi- lidad de las características son limitaciones clave en la generalización de este tipo de estudios. Para extraer los biomarcadores de imagen se necesita un proceso robusto y reproducible que incluya la eliminación de ruido, normalización de señal, remuestreo del vóxel y segmentación tumoral previos a la extracción radiómica y su integración Figura 2. Diferentes modalidades de imagen empleadas para la eva- luación de la extensión local y a distancia del tumor. (A) Resonancia Magnética en plano coronal que permite la evaluación de la exten- sión local de un tumor suprarrenal izquierdo. (B y C) Evaluación de la extensión a distan- cia mediante gamma- grafía planar de cuerpo completo con [123I] MIBG (fila superior izquierda) y planos to- mográficos SPECT (fila inferior) en orientación coronal (izquierda) y transversal (derecha).

RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=