Anales de la RANM
227 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 ORTOGERIATRÍA Ribera Casado JM An RANM. 2024;141(03): 221 - 231 Finalizaré este apartado destacando el papel positivo jugado por las unidades de caídas en los aspectos relacionados con la evolución posterior del paciente, especialmente en lo concerniente a nivel epidemiológico en lo que toca a la prevención primaria de la fractura y en cuanto a las posibilidades que ofrece al paciente individual en la prevención secundaria de las mismas (32-33). SITUACIÓN AC TUAL Confirmadas las ventajas de la ortogeriatría en aspectos básicos –mortalidad, complicaciones, situación funcional,- su necesidad admite hoy poca discusión y no tiene vuelta atrás. Las novedades llegan por caminos complemen- tarios. Constatan el aumento de centros que disponen de estas unidades. También el recono- cimiento de sus ventajas por los sistemas públicos de salud expresado en la aparición de guías oficiales, recomendaciones, protocolos y registros. Las publicaciones van más allá de los estudios comparativos pre y postortogeriatría, aunque estos se mantengan, referidos, sobre todo, a lugares de incorporación más reciente. Lo habitual es ahondar sobre puntos monográ- ficos concretos que permitan conocer y mejorar cuestiones muy puntuales. El abanico geográ- fico y temático se ha abierto de manera especta- cular. Ateniéndome sólo a la literatura reciente, señalaré algunos ejemplos. Entre las revisiones de carácter general una muy amplia destaca la reducción de la mortalidad con una mejor recuperación funcional postquirúr- gica (34). Otro trabajo corporativo canadiense sobre el seguimiento en pacientes operados de fractura de cadera confirma las ventajas de la atención prestada desde la ortogeriatría (35). Un estudio del Reino Unido valora aspectos administrativos. Compara datos de 2009-14 cuando la fractura de cadera era atendida exclusi- vamente en traumatología con los de 2015-19 instaurada ya la ortogeriatría. Son 2798 pacientes con edad media de 80.5 años los hombres y 83,2 las mujeres. Las estancias hospitalarias se redujeron de 17,5 a 10,4 días (p<0.001) tanto si el destino al alta era su domicilio como si lo hacía a unidades de rehabilitación o a residencias. Los costos bajaron 2.7 millones de libras/año por cada mil pacientes (36). El registro Australia-Nueva Zelanda compara pacientes hospitalizados en unidades de ortoge- riatría en 2011 con los de 2017. El objetivo era comprobar cómo mejoran los resultados a medida que crece la experiencia. Como resultado se aprecian menos complicaciones y menor tiempo de rehabilitación necesario para una buena recuperación funcional (37). El mismo registro ofrece datos de 24 hospitales (cerca de 27.000 pacientes), atendidos entre 2016 y 2020. Confirma la mejora en la mayoría de las variantes clínicas estudiadas (38). Son mejoras constatadas también en un estudio prospec- tivo alemán sobre 101 pacientes con artrosis de cadera atendidos en una unidad de ortogeria- tría que requirieron artroplastia total de cadera. Su situación funcional fue valorada antes de la cirugía, a las 4-6 semanas y a los tres meses a través del “ WOMAC score” (Western Ontario and Macmaster University Arthritis Indez Short- Forme. 2022 ). Todos los parámetros analizados mostraron mejorías postoperatorias muy signifi- cativas (p<0001) (39). En relación con los retrasos en la cirugía y con la presencia de tasas más altas de morbi- mortalidad se observa que las causas parecen estar más vinculados a motivos médicos que a causas quirúrgicas (16). Otro aspecto poco estudiado es el grado de adherencia tras el alta a los tratamientos prescritos. En nuestro hospital entre 2014 y 2017 al cabo de seis meses éste había aumentado desde un 23 % inicial hasta un 66% tres años después (27). En Por tugal la ortogeriatría ha entrado tarde, pero van apareciendo publicaciones destacando sus ventajas (40) y apor tando datos del primero de sus centros abierto a esta colaboración (41). Algo parecido ocurre en Cagliari, otro centro de incorporación tardía. Los resultados preliminares de un estudio prospectivo valoran readmisiones y fallecidos en mayores de 65 años ingresados por fractura de fémur (edad 83,7) (42). Algunas revisiones ponen el énfasis en las fracturas por fragilidad. Las ventajas de la atención ortogeriátrica en estos casos las evidencia un trabajo con 555 pacientes (edad: 83,8 a) y fracturas por fragilidad en diferentes localizaciones óseas durante el periodo 2019-2021 (43). Los benef icios alcanzan a poblaciones muy ancianas. Una apor t a c i ón ch i na d i v i de a 233 nonagenar i os en dos g r upos a l e at or i os , mode l o t r ad i c i ona l s i n ge r i at r a v s mode l o or t oge r i á - t r i co. Es t e ú lt imo mue s t r a menor mor t a l i dad a l me s y menor t i empo prequ i r úrg i co. Tambi én me j or re cup e r a c i ón f unc i ona l med i da por e l t i empo ne c e s ar i o par a re cup e r ar l a marcha . Lo s co s t o s f ue ron equ i va l ent e s ( 44 ) . De s de España s e apor t an dat o s i gua lment e po s it i vo s en edade s ex t rema s . S e e s tud i a a 69 c ent ena - r i o s ( 100 - 108 a . ) con e l e vada comor bi l i dad , ma l a s itua c i ón f unc i ona l y emp eor ami ent o dr amát i co de l a s itua c i ón t r a s una f r a c tura aguda. Hubo un 13,8 % de muer tes hospita- larias ( 45 ) . E l mi smo g r upo ana l i z a a 1177 nonagenar i o s , compar ándo l o s con pa c i ent e s má s j óvene s . Ob s e r va mayor pre va l enc i a de demenc i a y de i nsu f i c i enc i a c ard i a c a , mayor núme ro de comp l i c a c i one s p e r i op e r at or i a s y e s t anc i a s má s pro l ongada s . L a s med i da s pr i nc ipa l e s par a reduc i r l a mor t a l i dad a l o s 30 d í a s f ue ron pre ven i r i n f e c c i one s re spi r a-
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