Anales de la RANM
254 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 SERENDIPIA Y MEDICINA Maojo V, et al. An RANM. 2024;141(03): 248 - 258 de los pioneros del área Jean Raoul Scherrer, en Ginebra, de Octo Barnett en el Massachusetts General Hospital de Boston, y de Homer Warner en la University of Utah. Estos tres investigadores contaron a los autores, muchos años después, cómo había sido este primer encuentro de cada uno de ellos, que marcaría el inicio de toda una disciplina científica, que ha acabado siendo una especialidad médica en países como los Estados Unidos. Las investigaciones realizadas en el siglo XXI sobre mecanismos cerebrales inconscientes y automáticos han recordado las ideas premonitorias de Freud sobre estos procesos inconscientes, propuestas hace un siglo. El Nobel Eric Kandel reconsideraba esa propuesta de Freud, recordando la existencia de un inconsciente -no reprimido, contrariamente a la concepción psicoanalítica clásica de Freud- que constituye una actividad cerebral de una importancia mucho mayor a la que se ha considerado hasta hace poco, al no estar focalizada en impulsos instintivos ni conflictos psicológicos ocultos a la consciencia (29). Estos mecanismos inconscientes serían clave en numerosas tareas rutinarias, hábitos y habili- dades perceptivas y motoras, que requieren memoria implícita. Pese a no estar sujeto al tipo de represiones y complejos sexuales a los que se refería Freud en su teoría psicoanalítica, el inconsciente implícito no es accesible directamente a la conciencia -de ahí, por ejemplo, la limitación de educir todo el conoci- miento de expertos para construir sistemas de Inteli- gencia Artificial basados en el conocimiento-. Aquí se propone la conjetura siguiente: el papel de estas neuronas inconscientes sería clave en la investigación serendípica -particularmente en la pseudoserendípica-. En efecto, estas neuronas inconscientes habrían estado continuamente activas en los científicos que realizaron estos descubrimientos, y ante un fenómeno habitual, que no hubiese llamado la atención en la mayoría de personas de la calle, e incluso investigadores, habría desencadenado otra activación neuronal consciente. Un ejemplo es el famoso “¡Eureka!” de la leyenda, gritado por un Arquímedes que estaba concentrado en resolver el problema planteado por el rey Hierón II para averiguar cómo calcular la proporción real de oro en la corona que un joyero artesano le había entregado, y así descartar que le hubiese estafado. Al introducir su cuerpo en una bañera para darse un baño, como habría pasado millones de veces antes en tantos humanos, Arquímedes habría observado con atención el fenómeno que se producía, desplazando el agua con su cuerpo, descubriendo así la base del Principio físico que posteriormente describiría y lleva su nombre. Una actividad inconsciente, continua, habría propiciado ese descubrimiento. Son incontables los casos musicales en los que músicos afirman haber soñado célebres composi- ciones musicales durante ese periodo de descanso, particularmente en una primera fase del sueño, como Paul McCartney de The Beatles con sus célebres Let it be y Yesterday, Keith Richards de The Rolling Stones con su Satisfaction, o Tchaiko- vsky que contaba que no podía dormir, asediado por la música que su cerebro continuamente creaba. Kandel describía la actividad de estas neuronas inconscientes en los procesos creativos Figura 1. Uno de los autores (VM) con dos de los pioneros de la informática médica, Homer Warner y Reed Gardner, en Salt Lake City (2011)
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