Anales de la RANM
267 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 RELEVANCIA DE LOS DEPÓSITOS DE GADOLINIO Frontera Valero L, et al. An RANM. 2024;141(03): 266 - 273 INTRODUCCIÓN Los medios de contraste basados en gadolinio (MCBG) son un pilar fundamental para aumentar la calidad y precisión diagnóstica de numerosos estudios de resonancia magnética (RM). El uso diagnóstico de estos contrastes paramagnéticos basados en gadolinio (Gd) se aprobó en la práctica clínica durante la década de 1980 y han tenido, por lo general, un perfil de seguridad muy alto. En general, estos contrastes se distribuyen tras su inyección intravenosa por el compartimento intravascular durante un tiempo relacionado con la velocidad de administración y volumen de inyección. En esta primera fase puede evaluarse el sistema arterial y la perfusión tisular. Posteriormente el contraste atraviesa la pared de los capilares y se distribuye al compartimento intersticial extracelular, maximi- zando en general la detectabilidad de lesiones. Tras esta fase, la práctica totalidad del contraste vuelve al sistema de retorno venoso y se elimina por vía renal en un plazo de días. Aunque la mayoría de los contrastes comerciales se excretan por filtra- ción glomerular, existen los contrastes de excreción parcial hepatobiliar, que utilizan la vía biliar en una proporción variable tras su incorporación también al interior del hepatocito. A estos últimos se les conoce como medios de contraste hepatobiliares (1, 2, 3, 4, 5, 6). En general, todos los medios de contraste tienen un perfil de seguridad alto, aunque ya desde hace décadas se demostró la presencia residual de trazas de gadolinio en el cuerpo humano tras su adminis- tración en pacientes, incluso con una función renal adecuada, desafiando así las presunciones sobre su inocuidad. Además, hubo pacientes que presen- taron cambios importantes de fibrosis en tejidos e incluso desarrollaron una entidad que se denominó fibrosis sistémica nefrogénica (1, 2). Esta forma clínica yatrogénica propició extensos estudios, particularmente en lo que respecta a la retención y depósito de gadolinio en el cerebro y en otros tejidos corporales (1). Esas publicaciones hicieron que la Agencia Europea del Medicamento retirara diversos MCBG, manteniéndose en la actualidad solo los de estructura macrocíclica por su gran perfil de seguridad y los de eliminación hepatobiliar por su claro balance riesgo-beneficio (2). Desde este cambio se están publicando estudios que están demostrando la inocuidad de los contrastes aprobados en la actualidad, haciendo hincapié en las características químicas y farmaco- cinéticas que diferencian los diversos tipos de MCBG comercializados y que condicionan su interacción con el organismo. El objetivo de esta revisión es evaluar mediante una revisión sistemática narrativa el conocimiento actual sobre los depósitos de gadolinio en diversos tejidos, principalmente el cerebro, resaltando los mecanismos de depósito, su localización preferente, y su detección por imagen. Asimismo, se revisarán los potenciales efectos neurológicos secundarios relevantes para evaluar su seguridad a corto y largo plazo. REVISIÓN SISTEMÁTICA NARRATIVA Se ha realizado una revisión de la literatura mediante búsquedas en bases de datos como PubMed y Embase, recogiendo los artículos publicados desde 01/01/2018 hasta agosto de 2024 con las palabras clave “depósito” “gadolinio” y “humanos”. Se han priorizado aquellas publica- ciones con mayor nivel de evidencia científica y con fecha de publicación más reciente, y se han revisado sitios web de organismos reguladores como la European Medical Agency (EMA) y la USA Food and Drug Administration (FDA), y profesio- nales como la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM). CARACTERÍSTICAS DEL GADOLINIO COMO MEDIO DE CONTRASTE El Gd es un metal pesado de tierras raras, que hoy en día constituye el agente de contraste empleado en la adquisición de imágenes de RM. Se trata de un material paramagnético, con siete electrones desapareados, que es la mayor cantidad de espines de electrones desapareados posible para un átomo (4, 7). Estos electrones modifican el comporta- miento de los protones de agua próximos, lo que produce un acortamiento del tiempo de relajación T1 de los vóxeles de los tejidos en los que está presente el contraste, produciendo así un aumento de la señal (“contraste positivo”) en las secuencias potenciadas en T1 en RM (1, 4, 7). Su principal utilidad es mejorar la sensibilidad y especificidad de esta modalidad de imagen para detectar y caracterizar lesiones y anomalías, alterando las propiedades intrínsecas de los tejidos. Entre sus indicaciones, destacan pues la detección y tipificación de las lesiones focales en los órganos parenquimatosos, la visualización del sistema vascular y sus anomalías, y el cálculo de parámetros de perfusión mediante análisis de la modificación de la señal en el tiempo (8). En general, y si excluimos de este análisis a los medios de contraste de excreción parcial biliar, los contrastes empleados en RM son compuestos de distribución extracelular inespecífica. Se adminis- tran por vía intravenosa, distribuyéndose rápida- mente por el espacio intravascular e intersticial extracelular. Finalmente, estos MCBG se excretan por la vía renal (3), aunque ahora sabemos que el hueso y otros tejidos pueden actuar como un reservorio de pequeñas trazas de gadolinio, lo que contribuye a una fase secundaria y muy retardada de su eliminación (2, 9). Los iones de Gd en su forma libre son altamente tóxicos, por lo que deben administrarse conjugados a un quelante. Este ligando orgánico previene la liberación de Gd in vivo y su interferencia con los canales de calcio de los tejidos. De esta manera, se consigue reducir su toxicidad y biotransforma- ción, evitando los efectos secundarios derivados
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