Anales de la RANM

32 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 FIBRA ALIMENTARIA Y DIABETES TIPO 2 Pérez-Jiménez J An RANM. 2025;142(01): 30 - 40 Posteriormente, numerosos estudios prospectivos han obtenido resultados en la misma línea, y el número de trabajos acumulados ha permitido la elaboración de meta-análisis. Así, un meta-análisis de 19 estudios prospec- tivos (9) encontró que un aumento diario en la ingesta de fibra de 10 g daba lugar a un RR de desarrollo de DT2 de 0,91 (95% CI 0,87-0,96). Y resulta destacable que en otro meta-análisis de 17 estudios prospectivos (10) se encontrara un efecto dosis-respuesta, por el que solo a partir de una ingesta diaria de 25 gramos de fibra se empezó a obser var un efecto significativo en el RR de DT2. Esto significa que las ingestas de fibra recomendadas por algunos organismos, de 25 g/día, pueden resultar adecuadas para obtener efectos en el tránsito intestinal, pero insuficientes para llegar a causar un efecto en el riesgo de DT2, para lo cual serían necesarias dosis superiores. En este sentido, un meta-análisis que incluyó datos de estudios prospectivos sobre 3,2 millones de personas (con la aparición de 22.450 casos de DT2) encontró, asumiendo linearidad, un RR de 0,85 (95% CI 0,82-0,89) por cada 8 g de incremento en la ingesta diaria de fibra (11); la tendencia decreciente se seguía obser vando al alcanzar los 45 g/día de fibra, correspondientes a las dosis más altas consideradas en este trabajo. Por otro lado, resulta relevante abordar no solo los efectos de la fibra total, sino de sus dos fracciones -fibra soluble e insoluble- ya que, como se indicará posteriormente, presentan distintos mecanismos de acción. En esta línea, en la cohorte francesa NutriNet-Santé, con más de 100.000 participantes (12), se halló una relación inversa entre el riesgo de DT2 y la ingesta de fibra total (HR en la comparación Q5-Q1: 0,59; 95% CI: 0,42-0,82; P-trend < 0,001), de fibra soluble (HR: 0,77; CI: 0,56-1,08; P-trend =0,02) y de fibra insoluble (HR: 0,69; CI: 0,50-0,96; P-trend =0,004). Finalmente, se debe señalar que la ingesta de fibra juega un papel relevante no solo en la prevención, sino también en el manejo de la DT2. Así, los resultados de dos estudios prospectivos multicéntricos incluyendo pacientes con DT2 de 22 países (13) mostraron una asociación entre la ingesta de fibra y la mortalidad total en estos participantes (RR 0,55; 95% CI 0,35-0,86; I 2 0%), con una certeza “moderada” según el modelo GRADE. FIBRA Y DIABETES TIPO 2: ESTUDIOS DE INTERVENCIÓN La relevancia de la fibra en la modulación de la DT2 ha sido también validada en numerosos ensayos clínicos aleatorizados. En primer lugar, estos se han desarrollado desde un enfoque preventivo, dado que se ha descrito una ingesta insuficiente de fibra en personas con síndrome metabólico (14). Diversos estudios han mostrado cómo la suplementación con fibra en este tipo de población puede mejorar la respuesta glucémica, retrasando la potencial aparición de la DT2; por ejemplo, una intervención de 8 semanas con fibra insoluble de maíz en personas con síndrome metabólico mejoró la sensibilidad a la insulina en el músculo y el tejido adiposo (15). Global- mente, una revisión sistemática de 19 estudios sobre suplementación con almidón resistente, un tipo de fibra insoluble, en personas con síndrome metabólico (16) encontró modificaciones signifi- cativas en los valores en ayunas de glucosa (14 estudios), insulina (12 estudios), HbA1c (8 estudios) y perfil lipídico (13 estudios). Aunque en este campo lo más destacable son los estudios de intervención suplementando con fibra a pacientes con DT2. Así, el alto número de ensayos controlados aleatorizados desarro- llados hasta el momento ha permitido la elabora- ción de meta-análisis que muestran tendencias muy consistentes. Por ejemplo, un meta-análisis de 42 estudios de suplementación con fibra (12 de ellos con alimentos y 32 con comple- mentos alimenticios) en 1.789 participantes (incluyendo también personas con prediabetes o DT1) encontró un nivel de evidencia “alto” según el modelo GRADE, en los efectos en glucosa, colesterol total y LDL colesterol en ayunas, a la vez que un efecto “moderado” en HbA1c, insulina, índice HOMA, colesterol total y LDL, triglicéridos, tensión arterial e IMC (13). Por su parte, un meta-análisis de 46 ensayos centrados en la suplementación con fibra soluble en 286 pacientes con DT2 estableció, para cada tipo de fibra soluble, los parámetros que modulaba de una forma más acusada: galactomananos, los niveles de HbA1c, glucosa, colesterol LDL y triglicéridos; beta-glucanos y psyllium, los de insulina y HOMA; xilooligosacáridos y goma arábiga, los de colesterol total y HDL (17). En los últimos años, los ensayos con fibra han incluido, además de determinaciones bioquí- micas clásicas, otras evaluaciones, como los efectos sobre la microbiota, cuya modulación ha mostrado ser un aspecto fundamental en el manejo de la DT2 (18). Un estudio clave en este sentido fue el trabajo de Zho y colabora- dores publicado en 2018 en el que 43 pacientes con DT2 recibieron dietas isocalóricas, con alto o bajo contenido en fibra, durante 12 semanas. Los resultados mostraron que la suplementación con fibra aumentaba significativamente los niveles de bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta (AGCCs), lo cual daba lugar a una mejoría en los niveles circulantes de HbA1C, parcial- mente mediada por un aumento en la producción de GLP-1, péptido similar al glucagón-1 (19). Estudios posteriores han mostrado resultados en la misma línea al suplementar con fibra a pacientes con DT2 respecto a la composición y función de la microbiota, observándose aumentos significativos en Bifidobacterium en tres ensayos clínicos con un total de 122 participantes, o en los niveles de lipopolisacárido a partir de dos estudios con 79 pacientes (20).

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